• miércoles, 24 de abril de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

¿Quiere usted integrarse en Euskadi?

Por José Mª Esparza

Me apunto, ¿dónde hay que firmar? Mañana, mejor que al día siguiente. Años y años con la misma cantinela. ¡Ya está bien! Los Bildu llevan razón, que el pueblo se exprese y decida. Que Navarra diga quién es.

Eso es democracia, y no las especulaciones y temores, los amenazas o imposiciones. Casi cuarenta años de democracia y sigue la misma campaña, la de “Nafarroa Euskadi da” en su enésima versión. Ya está bien, que Navarra se pronuncie alto y fuerte, que haga justicia a su Historia, que el mundo entero sepa lo que piensa, y si es a propuesta de los Bildu, mejor que mejor. Seguro que el resultado sería completamente diferente a si convocara el plebiscito el Partido Popular. Así que adelante. De acuerdo con la propuesta de Bildu secundada por el cuatripartito y puesta sobre la mesa en un pleno sobre el derecho a decidir.

Solo una condición, que sea cuanto antes. Basta de marear más la perdiz. Todos somos mayorcitos y sabemos qué queremos, así que basta de más palabrería. Hay que pasar a la acción. Si de verdad se quiere un referendum, no hace falta ni reformar la Constitución, pues Navarra dispone del marco jurídico. La Transitoria Cuarta dice que si el organismo competente decide la incorporación a Euskadi, es decir, el Parlamento de Navarra, donde el cuatripartito es mayoría, su decisión deberá ser ratificada en un referéndum, igualmente por mayoría. Así que si el actual Gobierno lo desea, puede haber referéndum por vía legal, y paz durante los próximos cinco años, si para entonces no se ha reformado la Constitución y ampliado el plazo establecido. Eso sí, de paso que se modifique también la Transitoria, porque no es de recibo que haya puerta de entrada y no de salida. Una falta de respeto a la voluntad popular.

El Parlamento ha decidido dedicar una sesión monográfica al ‘derecho a decidir’. No hace falta. Mejor ir directos al grano, al referéndum. Que cada cual muestre sus preferencias cuanto antes, y que así el Gobierno se dedique a lo que realmente importa, a mejorar la vida de las navarras y navarros. No necesita repetir el proceso de Cataluña, que eso aburre a los muertos y desgasta hasta a la piedra pómez. Entre ley de símbolos, discursos en el balcón consistorial y reparto de consignas podemos volvernos todos locos. No hay más que ver la cara de Artur Más para comprobar dónde acaba un proceso tan largo, y éste ya lo arrastramos más de cuarenta años con los mismos parámetros.

Argumentos para detener esta consulta popular hay tantos como para propiciarla. Que si divide a los navarros o metería a Navarra en una dinámica insoportable. ¿Y cómo está este bendito pueblo? ¿dónde va? Además, la indeterminación existente sirve a unos para parapetarse en que los vascos ya han llegado, y a otros para campar a sus anchas amparados en la indefinición de la argamasa de votos salida de las urnas. Lo que hace falta es articular bien las preguntas, y el ámbito de la consulta. Arzallus proponía en su tiempo que votaran a la vez navarros, vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses, y esto no cabe. Quizás hubiese urgido más entonces preguntar a los alaveses si se veían bajo la bandera de Bizkaia y Gipuzkoa.

Aquí la pregunta sería bien sencilla: ¿Quiere usted integrarse en Euskadi? ¿Sí o no? Si fuera posible, cabría aprovechar la ocasión y lanzar otras más. Por ejemplo: ¿Desea ver la ikurriña en el balcón común? Y rizando el rizo, perdonen la boutade, también podría preguntar al navarro medio si el referéndum lo pagan las reservas del impuesto revolucionario, o simplemente si quiere a Bildu campando en sus instituciones. La respuesta mayoritaria no dejaría lugar a dudas. Pero tampoco es eso. En Navarra existen diferentes sensibilidades, eso lo ve un ciego. Lo que hace falta es tender puentes de ida y vuelta desde unas a otras en vez de estrangular una convivencia dificultosa de por sí, y más cuando las vísceras se imponen a la razón. A pesar de las diminutas dimensiones geográficas de esta tierra, aquí cabemos todos. Al menos así venía sucediendo.


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