• sábado, 20 de abril de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Osasuna pesca en río revuelto

Por José Mª Esparza

Victoria importante desde el punto de vista anímico, entre otras cosas porque el conjunto navarro ya no será el peor de la Liga al superar los 13 puntos del Sporting en 1997-98.

Alavés - Osasuna LFP 7
Alavés - Osasuna LFP 7

Resulta difícil explicar las incongruencias con que funcionan Vasiljevic-Alfredo y Osasuna. De acuerdo que el equipo estaba plagado de bajas, pero no hasta el extremo de sacar a Olavide de lateral cuando Aitor Buñuel se encuentra en el banquillo, o de alinear de central al incombustible, por decir algo, Fuentes cuando, si se trata de abrir hueco a la cantera del futuro, un ‘promesas’ con experiencia en Primera, Iván Márquez, se encontraba igualmente dispuesto y preparado. Se trata de dos ejemplos claros que demuestran lo difícil que resulta entender las directrices que el entrenador y su segundo imponen a este equipo, que pese a todo esto en Mendizorroza encontró el consuelo de la segunda victoria de la temporada, el bálsamo de una alegría.

Osasuna pescó en el río revuelto de su falta de criterio y también de la Maurizio Pellegrino. Bien es cierto que el Alavés ya ha cumplido más que de sobra en la Liga, donde la permanencia la tiene prácticamente asegurada, y firmará una temporada inolvidable con la final de Copa, pero de ahí a confiarse de la manera con que lo hizo ante el conjunto navarro media un abismo, incluido el del respeto al rival. El técnico ‘babazorro’ calculó demasiado fácil la victoria ante el cuadro navarro, tanto que se equivocó.

Pellegrino alineó un equipo de circunstancias, que pasó tantas dificultades o más que Osasuna para articular dos jugadas seguidas, que se mostró vulnerable en defensa y que, pese a disfrutar de la posesión, se mostró muy lento, falto de ideas, y no creó peligro en todo el partido. El míster argentino quiso reaccionar en la segunda parte dando paso a sus tres de sus pesos pesados (Ibai, Theo, Deyversson), pero no fueron suficientes para dar la vuelta un equipo sin personalidad alguna. A cambio consiguieron espolear a Osasuna, que se creció tras cambiar de esquema por enésima vez.

Con los antecedentes expuestos no resulta demasiado difícil comprender que resultó muy duro, demasiado duro, aguantar la primera parte y gran parte de la segunda. Los vitorianos apenas hicieron nada en más de ochenta minutos, y los rojillos crearon las dos únicas jugadas de interés, el cabezazo de Tienza y el gran pase que éste dio a De las Cuevas para plantarse ante Pacheco. Escaso balance para los más de cien aficionados navarros que tuvieron agallas de ir a Mendizorroza.

A Osasuna le costaba mucho hacer fútbol. Lógico. Si ante el Athletic hubo seis cambios respecto al partido anterior, ante el Alavés fueron cinco. Imposible aclararse. El cuerpo técnico debería explicar qué pretende, qué busca. ¿Tener contenta a la plantilla en medio del naufragio? Pues que lo digan, no pasa nada. El aficionado no entiende por qué si Oriol es titular hoy no es convocado mañana o no juega, y así con tantos otros. El osasunismo merece un respeto. Después de meterle en el lodazal a su equipo, no entiende cómo juegan con él.

Si repartiendo minutos mantienen un cierto nivel de compromiso en los futbolistas, se dice y todos nos enteramos de qué va esto. Porque lo cierto es que a pesar de no presionar ni coger un balón dividido, los jugadores bregan. En Mendizorroza se vinieron arriba en los instantes finales, después de que el banquillo pusiera un mínimo orden y criterio reordenando al equipo en una especie de 4-4-2 con las salidas de Aitor Buñuel y Berenguer, autor de un golazo que vale su peso en oro por lo que ya significa en la clasificación histórica de Primera.

Osasuna ya no será el peor equipo de la historia de la Liga. Con los tres puntos de Mendizorroza supera en un punto a los 13 del Sporting en la temporada 1997-98. Además tiene al alcance superar también los qu8ince del Logroñés en la 1994-95. Más difícil resultará llegar a los 21 del Elche en 1988-89, pero si a cambio nos regalan una victoria en casa, aunque solo sea una, el osasunismo volverá a sonreír como tras el triunfo de Vitoria. Nos conformamos con poco, con muy poco.


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