• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Analista político.

Tropezón de Ciudadanos

Por José Luis Heras Celemín

A medio camino entre “cementerio de elefantes” y “patio de yogurines con chupete”. 

El desayuno en el Ritz del día 12 de febrero había producido interés. El orador era el Portavoz Parlamentario en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, al que presentaba Albert Rivera. 

Pero lo que realmente importaba era lo que pudiera decir Rivera, en medio de los pactos para la investidura de Presidente de Gobierno; y aspirante a solventar las diferencias entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. 

Al comienzo, en la presentación, Rivera hizo lo que se esperaba: Men-cionar la corrupción como algo a tener en cuenta en el momento de los pactos. Y presentar al orador como parte “de una hornada de Ciudadanos” que en la Asamblea de Madrid logra cambios a base de diálogo.

Aguado también siguió el guion esperado: Transformación en la Asam-blea. «Llegamos a las mesas y no pedimos sillas». Lo conseguido en Madrid con un acuerdo para hacer Presidenta de la Comunidad a Cristina Cifuentes asentado en 76 medidas sobre regeneración, fiscalidad, cuestión social y pre-supuesto.

Después, en el turno de preguntas, la prensa trató de sacar provecho de la presencia de Rivera, propenso a “entrar a todos los trapos”. Motu proprio (acaso), o estimulado (¿por qué no?), el moderador del desayuno, al final, también le aguijoneó (o satisfizo) con cuestiones del momento que propiciaron titulares:

Hay que modificar «El cementerio de elefantes» en que se ha converti-do el Senado. Vigilancia constructiva al PP, en Madrid; y al PSOE en, Andalu-cía. Es política ficción pensar en que dé un paso adelante relegando a Rajoy y a Pedro Sánchez. Si la condición es la silla, España no tendrá Gobierno. Hay que poner al país delante del partido y de la silla. Rajoy y Sánchez, que dejen de pensar en sus agendas y piensen en España. Rajoy no puede liderar la lucha nacional contra la corrupción si no la ha evitado en su partido Lo que necesita España va más allá del candidato.

La oratoria de los dos hombres de Ciudadanos, con frases enlazadas con habilidad es atrayente. Y puede ser útil para transitar por el «cementerio de elefantes» que ve Rivera en el Senado; y por algunos otros, con normas flojas y costumbres deterioradas lo largo de los años.

Que los hechos son como son y anuncia Ciudadanos es evidente. Y que C’s intermedie entre PP y PSOE e impulse cuantas medidas sean oportu-nas parece positivo. También es positivo que Rivera y sus hombres, además de detectar deficiencias, tengan capacidad para impulsar medidas eficaces con las que superarlas. 

Para comprobar su capacidad, parecía lógico prescindir de los hechos noticiosos, que surgieron en el Ritz en torno a la actividad “pactista”, y analizar algo tan importante e ilusionante para un partido político como su actividad Parlamentaria al llegar al Congreso de los Diputados. 

Al hacerlo, desilusión y descalabro. No como motivo de censura, sino como acicate para el grupo neonato, aparece una de las primeras iniciativas de Ciudadanos. Es el documento con fecha de Registro 08/02/2016 y número de Registro 1676, del Grupo Parlamentario C’s a la Mesa del Congreso de los Diputados solicitando la comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, que per-tenece al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. 

La iniciativa merece el afecto a las buenas intenciones que se supone en los que comienzan una actividad. Pero en la exposición de motivos de la comparecencia surge un “tropezón” con un texto tan audaz como inadecuado:

“La Comisión Europea ha señalado reiteradamente que existe un riesgo grave de incumplimiento del objetivo de déficit de España, en 2015, y también en el ejercicio de 2016, solicitando un ajuste en los presupues-tos. Ante esta circunstancia, se hace preciso conocer en profundidad la situación presupuestaria, y se solicita la comparecencia del Presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, con la finali-dad de que informe de la evolución de la situación presupuestaria en España y de la ejecución de los presupuestos de las Administracio-nes Públicas para 2016.

¡Para 2016! Se pide el 8 de febrero, a sólo 39 días del comienzo del año. ¿Qué ejecución de Presupuestos va hecha y qué informe puede hacerse y pedirse en esa fecha?
 
    Parecía adecuado echar un vistazo a la Ley Orgánica 2/2012, de Estabi-lidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que se ocupa de la estabili-dad financiera. Repasar el artículo 135 de la Constitución que fija el equilibrio de la política presupuestaria y marca un límite de endeudamiento de las Admi-nistraciones Públicas referido al Tratado de Funcionamiento de la Unión Eu-ropea. Y ver la Ley Orgánica 6/2013, de creación de la Autoridad Independien-te de Responsabilidad Fiscal, que establece la forma y fechas en que ésta ha de hacer sus informes. 

Todo ello para ver si en la legislación hay algo que se aparte de lo habi-tual: Una primera comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Con-greso de la Secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, a principio de abril, para dar cuenta del cierre de la ejecución presupuestaria del ejercicio vencido, una vez que ésta se ha comunicado a Bruselas a finales de marzo. Y donde, como mucho, sólo podrían adelantarse datos del mes de enero del ejercicio y únicamente referidos a la Administración General del Estado.

Tras bichear entre leyes y articulado, apareció una fecha. Y con ella las características del tropezón: El artículo 17 Ley Orgánica 6/2013, que se ocupa de los “Informes sobre el análisis de la ejecución presupuestaria, deuda públi-ca y de la regla del gasto”. Y que establece:

 «Antes del 15 de julio de cada año, la Autoridad Independiente de Res-ponsabilidad Fiscal informará, considerando la ejecución presupuestaria y las medidas previstas en el año en curso y el inmediato anterior, sobre el cumplimento de los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública del ejercicio en curso así como de la regla de gasto de todas las Administraciones Públicas».

15 de julio. Cinco meses y una semana después del 8 de febrero.

En ese momento, alguien cerca de mí se ocupaba de la edad de los pe-queños y comentaba cómo, al pasar el tiempo, estos pasan del “recinto para bebés” al “patio de yogurines con chupete”.

Con ello in mente, traté de concertar las posturas de Aguado y Rivera, en el Ritz por la mañana, con el escrito del Grupo Parlamentario de Ciudada-nos a la Mesa del Congreso. Juntos definen una situación original…

    A medio camino entre “Cementerio de elefantes” y “patio de yogurines con chupete”.  


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