• jueves, 18 de abril de 2024
  • Actualizado 08:55

Opinión / Analista político.

Entre los añicos del PSOE

Por José Luis Heras Celemín

«Él era un hombre sincero, de donde crece la palma».

El mensaje lo recibí en el móvil tras una composición, que titulaban “El entierro del Conde de Ferraz”, a la que acompañaba la nota «Para asistir, traje oscuro y corbata negra». Como intuí desde el principio, se refería al dimitido Secretario General del PSOE Pedro Sánchez.

Me entretuve viendo las caras de los socialistas que el compositor había colocado sobre las figuras que existen en el cuadro de El Greco “El entierro del Conde Orgaz”: Pedro Sánchez (en lugar del Conde), Susana Díaz (al lado y sonriente), Felipe González, Bono, Chaves, Griñán, Rubalcaba, Tomás Gómez, Eduardo Madina, Almunia, Zapatero, Guerra, Patxi López, José Blanco, Carme Chacón... También, Mariano Rajoy y Pablo Iglesias con golillas al cuello; y una cara, acaso de Albert Rivera, oculta tras una de las capuchas frailunas del cuadro. 

Dolido por la realidad política del fin de semana, no tuve que evitar sonrisa alguna, porque los hechos no mueven al jolgorio. El estropicio ocasionado al PSOE es tan importante, y grave, que sólo provoca preocupación. Decidí repasar los episodios que causaron el trastorno: Conflicto de intereses de grupos y personas. Dimisión de parte de la Comisión Ejecutiva Federal. Diferencia de interpretaciones de las normas socialistas. Convocatoria de Comité Federal. Malos modos, tensiones, gresca. Y la “Noticia de actualidad” que publicaba el PSOE: «El Comité Federal ha designado a la Comisión Gestora que desarrollará funciones ejecutivas hasta la celebración del Congreso Federal Extraordinario del PSOE».

Añicos. Entre los añicos del PSOE, que eran más importantes que la broma de dudoso gusto del “Entierro del Conde de Ferraz”, estaba el mensaje de mi amigo Aurelio Montaño «Él era un hombre sincero, de donde crece la palma».

Lo releí. Recordé una parte de la letra de la canción “Guantanamera”, que popularizó la cubana Úrsula Hilaria Celia Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso, conocida como Celia Cruz.

Sin duda, se refería a Pedro Sánchez. Pero Montaño no es dado a nimiedades. Tras el texto había más. Después supe que la frase se le ocurrió al ver una foto de José Martí, un político cubano del siglo XIX, creador del Partido Revolucionario Cubano, filósofo, romántico y poeta.

Repitiéndola, entre los añicos y en relación con ellos, reparé en su origen cubano y vislumbré la dualidad de la frase. Por una parte, Pedro Sánchez como hombre de “donde crece la palma”, anclado en la idea cubana del “castrismo”, de izquierda no evolucionada, reivindicativa en pugna con la izquierda radical de Podemos. Por otra, la facción contraria a Sánchez, los que no ven solución en utopías antiguas de otros lugares y condiciones: castrismo cubano, chavismo bolivariano, sindicalismo cocalero boliviano.

Cabía estudiar la facción de los opuestos a Sánchez, para ver si su forma de obrar era propia de unos facinerosos (hombres malvados y de perversa condición) irreflexivos; O si la acción había sido sensatamente planeada con información anticipada al Jefe del Estado y al Presidente del Gobierno.

Hecha la verificación sobre la sensatez de la facción (positiva), me concentré en el «un hombre sincero», el ente humano (hombre y mujer) al que se refieren algunos socialistas, a pedradas con la gramática cuando repiten masculinos y femeninos. Un ser humano sincero, que, entre los añicos socialistas, ha de buscar el origen de la realidad que ocasionó el aprieto que desembocó en lo ocurrido el fin de semana.

Un aprieto que no es un simple estropicio y que produce un conflicto, socialista y nacional, mucho más importante que lo que se vio. El que se detecta en la frase de Montaño, que ha ido gestándose, poco a poco y con gravedad en la izquierda racional que representa el PSOE, desde épocas lejanas.

Porque ocurre que, tras el abandono del marxismo, que decidió el PSOE a instancias de Felipe González hace décadas, el socialismo español, también el internacional, no ha llegado a proponer una solución de continuidad de acuerdo con la realidad moderna y la evolución social. En su lugar, se ha pasado, como de puntillas, en algo llamado socialdemocracia, que ha bastado durante una época, pero incapaz para armonizar las apetencias de la izquierda moderna en la “Aldea Global”.

Es cierto que la socialdemocracia ha intentado evolucionar con la llamada “tercera vía al socialismo” y algunos añadidos liberales, de hace unas décadas, para crear un parapeto llamado social-liberalismo; y que desde la izquierda radical se intenta aprovechar el vacío ideológico con las ideas marxistas de Antonio Gramsci aderezadas y aprovechando el descontento de las clases sociales desfavorecidas.

Pero no parece que todo ello sea menos cierto que la actual falta de evolución en una izquierda nacional que se acomodó en el “felipìsmo” no marxista, que no supo aprovechar su paso por la oposición en el periodo de Aznar como Presidente de Gobierno para evolucionar en ideas y programas, que se adormeció con un “zapaterismo” ideológicamente indigente; y que ha seguido en la penuria intelectual e ideológica en época de Rubalcaba, un buen segundón en la historia de la izquierda nacional. Todo ello, previo a las carencias habidas con Pedro Sánchez y la cohorte dibujada en el “Entierro del Conde de Ferraz”.

Una persona, Pedro Sánchez, y una compañía, adláteres y adversarios, que no son, no pueden ser, el origen del conflicto del fin de semana, sino las muestras y consecuencias de la realidad de una izquierda socialista que, en medio de la catástrofe actual y entre los añicos, ha de optar, desde la realidad humana y con seriedad, entre quedarse en “el lugar donde crece la palma”; o evolucionar buscando programas y soluciones con los que asentar el futuro del socialismo nacional.

 


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
Entre los añicos del PSOE