• martes, 19 de marzo de 2024
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Opinión / Tribuna

La incapacidad al poder

Por José Luis Díez Díaz

Su tardía y torpe reacción para esta situación extraordinaria les hace, y me refiero sobre todo al presidente, estar siempre dispuestos para admirarse, con esas comparecencias televisivas de extensión castrista-bolivariana.

El presidente Pedro Sánchez durante una videoconferencia con los presidentes autonómicos. Europa Press.
El presidente Pedro Sánchez durante una videoconferencia con los presidentes autonómicos. Europa Press.

La lectura me ocupa parte de la jornada de este confinamiento, y me permite hojear y repasar algún clásico, que como en muchas bibliotecas de casa permanecen algo retirados de la actualidad, teniendo oportunidad de reflexionar sobre algunos textos cuyo contenido nos hacen cuestionar la capacidad de nuestros gobernantes, que ha quedado al descubierto ante esta pandemia que les está tocando gestionar.

El emperador romano Marco Aurelio(121-180) en sus “Meditaciones-Enseñanzas para una conducta moral”, obra escita al final de su vida, en una de sus máximas dice: “Siempre tienes que ser capaz de dos cosas: PRIMERO hacer exclusivamente lo que según tu razón beneficia a los hombres; la otra cambiar cuando alguien te corrija o te convenza. Hazlo siempre movido por la justicia y el bien común, y no por lo que parezca agradable o popular”

Quiero pensar que nuestros actuales gobernantes, actúan de buena fe, pero posiblemente no hayan tenido en cuenta esos sabios consejos, ya que es evidente su falta de capacidad para liderar o coordinar, les sobra improvisación, abusan del engaño con tanto aviso y promesas de aviones que van y viene con material de protección, que llegaran de un momento a otro, o devolución de test, o cuando llegará el pico de la pandemia, etc… permaneciendo presos del populismo con el que han pactado.

Su tardía y torpe reacción para esta situación extraordinaria les hace, y me refiero sobre todo al presidente, estar siempre dispuestos para admirarse, con esas comparecencias televisivas de extensión castrista-bolivariana y de vacuo contenido basado en próxima reunión y lo que dirá en otra nueva comparecencia, en vez de escuchar a quien sabe.

Ha querido arreglarlo con el Comité Técnico, que nos tiene al día, pero se está pareciendo cada vez más al equipo médico habitual que algunos recordamos con su partes diarios, en el final del jefe del Estado anterior a la monarquía.

No todo es negativo en esta gravísima, difícil y, previsiblemente larga coyuntura, pues la respuesta de la sociedad civil está siendo ejemplar, solo superada o comparable por el esfuerzo, sacrifico, dedicación y riesgo de los profesionales sanitarios, fuerzas de orden público y ejército de todo ámbito y nivel, así como de los servicio esenciales: transportes, sector primario etc…

Es de justicia resaltar también la disposición de la Iglesia Católica que con sus pastores diocesanos, de forma discreta y eficaz utilizando la tecnología, están realizando una ingente labor de apoyo sicológico y social, y de refuerzo de la fe, al menos en los creyentes, en este duro y frio proceso de despedida de este mundo de familiares y amigos, y en la compañía virtual y atención espiritual a muchos pacientes.

La humanidad ha superado todo tipo de crisis, guerras, pandemias, fenómenos naturales, etc.. y como todo se olvida, pasados algunos años, apelo a que en la próxima ocasión que tengamos la opción de votar a nuestros representantes políticos lo hagamos con libertad de elección.

Libertad de elección que requiere, sin entrar en disquisiciones filosóficas de más nivel para el que obviamente no estoy preparado, no estar ciego y sometido al azar o a la necesidad, ya que para acertar hay que saber oir a los que saben.

Circulan mensajes con datos de los miles de políticos electos o de libre designación entre Gobierno, CCCAA, Entidades locales Mancomunidades, Diputaciones y otros organismos públicos  y que precisamente ahora se ha demostrado (Congreso y Parlamentos) que no es necesario que esten todos presentes para apretar el botón,ni para discutir y adoptar importantes acuerdos, pues han sido suficientes una mínima parte de los representantes, lo cual evidencia que sobran muchos en ese nivel o ámbito de decisión.

Aunque en algún caso como en Estella ha sido al revés, con total irresponsabilidad y hasta la fecha impunidad de una concejala asistiendo a un pleno municipal de censura.

Es notoria la falta de adaptación a esta situación de crisis de la mayoría gobernante, agravada por la composición del ejecutivo, donde es imposible pueda existir coherencia y las decisiones son fruto de cesiones, o falsos acuerdos que crean gran desconfianza a la comunidad al ver tanta improvisación y dudas en la redacción e interpretación de los decretos donde se comprueba que solo interesa el poder.

La sociedad civil tiene el deber de exigirles honestidad y que empiecen por reconocer que muchos no están preparados para el cargo que ostenta o les han propuesto, y no enmascarar su incapacidad, con pueriles justificaciones o disculpas, o llamando a la unidad, y así mismo los ciudadanos tenemos que ser conscientes también de nuestro nivel de incompetencia, por haber propiciado este Gobierno.

Parece que se vislumbra un tenue luz de esperanza, cada día que pasa queda menos, y sería una buena enseñanza de esta arriesgada travesía, que siguiendo en casa, aprovecháramos la tecnología y la inmediatez de la comunicaciones para disponer de un contrastado conocimiento que nos facilite una auténtica libre elección de nuestros gobernantes en la próxima cita electoral.  


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La incapacidad al poder