• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Tribuna

¿Dónde está la función pública?

Por José Luis Díez Díaz

En casuales encuentros con colegas de profesión, veteranos expertos de la función publica, comentamos si la patente ignorancia y falta de preparación de muchos cargos electos es una providencial vacuna, cuyos anticuerpos serán vencidos por la razón y el derecho, o es  un fenómeno cíclico y también en los comienzos de la transición ocurrió lo mismo.

Quizás sí, aunque tengo mis dudas, pues entonces existía lo que se llamaba la función  pública, la Administración, conjunto de funcionarios públicos (secretarios, interventores, letrados, TAP, arquitectos, ingenieros, etc…) que llevaban  el peso en el  proceso de los expedientes, y  minimizaban esas posibles carencias, e incontrolables  ímpetus de cambio y de hacer algo aunque fuera mal.

Entonces poco a poco se les iba adaptando y entronizado en los principios  generales  del derecho  y del servicio con objetividad  al interés publico, y aquellos políticos que no eran “ profesionales”  comparando con las  retribuciones actuales, fueron capaces de cumplir en general con el cometido para el que fueron elegidos.

Por eso me pregunto ante esta serie de irregularidades, e ilegalidades, tramas de corrupción, que se están denunciando, y presumiblemente cometiendo, en adjudicaciones: negociadas o no, arbitrarias decisiones al margen del estado de derecho, acuerdos en asuntos de manifiesta incompetencia, desarrollos urbanísticos… ¿dónde están los preceptivos informes técnicos, jurídicos, económicos…. de los funcionarios, que deben sustentar y garantizar la adopción de esos acuerdos conforme  a la ley y al Derecho ?

Ahora se impone, el político que juega a técnico, que previamente ha obviado al técnico-funcionario,  al profesional, que ha sido apartado o arrinconado o sometido  “sine die”, pues no habiendo limite de legislaturas esa situación se pasa de coyuntural

La UFA (Unión de Funcionarios Arrinconados) estuvo en boga  en  las dos ultimas décadas del siglo pasado en la Diputación Foral, y aunque  algunos  de sus componentes aguantaron  estoicamente, otros se jubilaron con antelación una vez aprobado el reglamento foral de funcionarios.

El ejercicio de la política,  precisa como mínimo de sentido común y honradez, ya que  la base técnica-jurídica  la aportarán  los funcionarios. Corresponde al   político  formar o completar  su opinión, y votar  o cooperar a adoptar la decisión mas acorde con el bien común o interés general.

Sin embargo, hoy prima en la mayoría de los electos, el interés particular, el puesto de trabajo, la colocación y  la duración en el mismo, porque cuando queda un año de cargo (soy partidario de mandato de seis años mejor que dos de cuatro) entra el canguelo y ya no se nace nada de provecho  y se tiende a favorecer a quien me favorece.

Últimamente hemos visto en prensa contrataciones  temporales de Grupos políticos y  cargos electos, para  puestos eventuales/temporales que llaman asesores o  asistentes donde un mérito parece ser  la inexperiencia... que supongo esperan obtenerla ayudando y colaborando con las caprichosas  ideas de sus grupos o jefes políticos.

Me quiero convencer y así lo transmito, en el sentido de  que este efecto vacuna,  se pueda superar, y que tras  un periodo de adaptación o transición   el sentido común y la honradez se impongan.

Que  los cargos  electos se dediquen a  su papel, y dejen operar a los especialistas profesionales, y que la función pública recobre  su genuino origen y objetivo  para que   esto funcione, terminando  con este evidente  deterioro de la Administración pública tanto local, regional o estatal.

En Navarra con  la Cámara de Comptos, cuya presidenta, conocedora de la materia (auditora del organismo) ha hecho unas declaraciones en los medios, que me han parecido muy juiciosas, tenemos una cierta garantía, aunque  recuerdo  una anécdota de hace años en la que la Cámara evito auditar un Ayuntamiento, por ser imposible dado  su caos económico-administrativo.

“Cuanto peor….mejor” para hacer lo que a uno le de la gana..y encima sin limite de mandatos, (reforma urgente ) con el grave riesgo del funcionario que se opone al decisor de turno o intercala algún reparo en el expediente, a ser titular del equipo de la UFA  para el resto de  su vida profesional.


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