• martes, 16 de abril de 2024
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Opinión / Tribuna

Cuando todo esto pase... ¿Y mientras tanto qué?

Por José Luis Díez Díaz

Una mujer en Urgencias del Complejo Hospitalario de Navarra durante el toque de queda. PABLO LASAOSA
Una mujer en Urgencias del Complejo Hospitalario de Navarra durante el toque de queda. PABLO LASAOSA

Seguramente una de las frases que más se están pronunciando en nuestras habituales u ocasionales encuentros y breves despedidas, tras la mascarilla, con familiares, amigos, conocidos, vecinos, personas de nuestro entorno es la de ”Cuando todo esto pase…” y me pregunto ¿ y si no pasa o tarda en pasar, mientras tanto qué?

Ante todo lo que si conocemos es lo que está pasando desde hace casi un año, donde de una subliminal forma se está imponiendo un poder/dictadura que Michel Foucault (pensador francés 1926-84) llama “biopoder o biopolítica” consistente en un conjunto de estrategias de control de la vida de los ciudadanos consiguiendo el dominio sobre las personas.

Mientras tanto, los gobernantes campan a sus anchas con total opacidad, con sus espurios y “secretos” acuerdos, con todo descaro y desfachatez, contraviniendo normas constitucionales, fomentando con sus cesiones y trapicheos la ruptura de la nación, con el solo objetivo del poder por el poder, controlando a su antojo a la ciudadanía.

La estrategia aplicada, creo no la superaría el nazi Goebbels, está consiguiendo con ello dejar el territorio patrio (peninsular/insular) como un erial, han deshecho la sanidad, ( Navarra no estaba mal) la educación, la economía, el empleo, la familia, el turismo, sin política clara de migración, etc…y se permiten todavía controlar su verdad, con tal de seguir ostentado el poder.

Como apunta J. Manuel de Prada, “nuestra generación ,ahíta de ideologías a la greña, ha sido amputada por completo de inquietudes espirituales” y se está propiciando una sociedad adormecida, atemorizada ( en parte lógico ante la pandemia) y que como finaliza Víctor M. Arbeloa, en un artículo publicado recientemente, “una sociedad pasiva o complaciente[…] con esta situación sería lisa y llanamente una sociedad idiotizada” 

La falta de competencia profesional, y dedicación de muchos de nuestro políticos, preocupados solo por su sueldo y la entrada en las listas, facilita que la clase gobernante este haciendo lo que le da la gana, aprovechando esta caótica situación de pandemia. 

¿Mientras tanto, la ciudadanía que puede hacer?, podríamos recurrir a la resignación cristiana o como decía el filósofo y político Donoso Cortes, la “reacción cristiana “ ante ese miedo, o temor de lo que me pueda suceder a mi o a los míos, tanto si no seguimos o nos oponemos a las continuas, contradictorias e inexplicables  directrices del poder o que nos pueda afectar personalmente de modo grave la pandemia.

El mismo político español se preguntaba hace más de siglo y medio:” ¿es posible esta reacción? posible lo es, pero no la creo probable….pues la historia, vincula el descenso de la religiosidad con el ascenso de la tiranía” algo que según compruebo personalmente no parece ser así actualmente en nuestra comunidad

Los gobernantes tienen una gran responsabilidad, y no deben engañarnos o intentarlo acudiendo al anuncio de una inminente vacuna o hacer olvidar duras restricciones como las de movimiento, consolándonos través de los medios, sobre todo audiovisuales, con futbol u otros espectáculos o series, copiando el mismo método, tan denostado y cínicamente criticado de la dictadura pasada.  

Marco Aurelio, en sus Meditaciones: “Nadie pierde otra vida que la que vive, y no se vive más vida que la que se pierde” y desgraciadamente la pandemia y sus gestores nos están llevando hacia esa pérdida irrecuperable.

Por eso mientras tanto, actuemos en presente, despertemos de ese letargo e hibernación, no caigamos en la posible idiotización, reclamando al Gobierno una exquisita transparencia en sus opiniones y decisiones. Hace unos días, Juan L. Beltrán, presidente del Consejo de Trasparencia de Navarra “sin transparencia no hay democracia”. 

No esperemos pasivamente a “que pase todo esto” ahora es el  mejor momento, no nos demoremos con inciertas y falsas esperanzas de futuro sin base científica alguna, según los expertos, y exijamos a los gobernantes, lo que proclamaba el dramaturgo y ex -presidente checo Vaclav Hável “La política es una actividad humana que requiere más que otras, sensibilidad moral, […] ponerse en lugar de los demás, ser humilde y moderado. Ser responsable ante algo que está por encima de mi familia, de mi país, de mi propio éxito”.

Y finalizando con Montesquieu: ”Si alguien me ofreciera algo en mi propio beneficio que fuera en detrimento de Francia… lo rechazaría”.


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