• martes, 16 de abril de 2024
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Opinión / Tribuna

Aciertan cuando rectifican

Por José Ignacio Palacios Zuasti

El Gobierno de Navarra acaba de admitir que la solución para que nuestra Ribera disponga de agua suficiente pasa por llevársela desde el embalse de Itoiz.

Un tramo del Canal de Navarra. ARCHIVO
Canal de Navarra.

Un giro de 180 grados con lo que ese mismo Gobierno nos había dicho en sede parlamentaria, nada más tomar posesión (22.09.2015), cuando anunció que se iba a replantear la obra del Canal de Navarra en lo relativo a su Segunda Fase, la comprendida entre Artajona y Ablitas, que es la que tiene que suministrar ese agua de Itoiz a la Ribera. Un gran cambio y ante él lo único que podemos decir es que este Gobierno acierta cuando rectifica.

Ahora bien, para que nuestra Ribera pueda beber agua de Itoiz y para que con ella pueda regar sus tierras y pueda multiplicar por cuatro el valor de sus cultivos, como ya sucede ahora con las tierras que riega ese Canal, fue preciso construir el embalse de Itoiz, una obra que se culminó a pesar de las trabas y obstáculos que le pusieron los partidos que hoy apoyan a ese Gobierno. Porque los que tenemos memoria y lo padecimos nos acordamos de que el entonces presidente del Consejo Ibérico sobre Planificación y Gestión del Agua y hoy diputado de Podemos en el Congreso de los Diputados, Pedro Arrojo, decía que «Itoiz es un mero depósito gigantesco de agua destinada al Levante», que «el Canal de Navarra no tiene justificación porque el agua irá a Levante» y que: “el Gobierno de Navarra solo puede estar actuando «con ignorancia o mala fe» al negar esta circunstancia” (Gara, 18.09.2000). Tampoco nos podemos olvidar de los sabotajes y atentados de los ‘Solidarios con Itoiz’, que en 1996 destruyeron el sistema de hormigonado de la presa y que en 1998 atentaron contra la maquinaria que estaba construyendo la nueva carretera de Aoiz a Nagore. Y, lógicamente, tenemos que tener muy presente a la Coordinadora de Itoiz, que durante años estuvo intoxicando, boicoteando, retrasando y encareciendo esa obra, y en la que jugó un papel fundamental la hoy consejera de Interior de ese Gobierno, Sra. Beaumont.

Sí, no nos podemos olvidar que el portavoz de esa Coordinadora de Itoiz, Sr. Gorráiz, declaró que «Itoiz es una pieza fundamental no de y para Navarra sino para el Plan Hidrológico Nacional» (Gara, 30.07.2000). Y, ¡cómo no!, tenemos muy presente la rueda de prensa que la Sra. Beaumont, junto a otros tres representantes de esa Coordinadora dio (26.10.2001) para anunciar que desde la CHE, y traspapelado con otros documentos, les había llegado un “informe” en el que se reconocía la existencia real de riesgos geológicos del proyecto de Itoiz, en el que se hablaba de “grietas con síntomas evidentes de movimiento” y se apuntaba como causa más “probable y preocupante” de las mismas a la inestabilidad del macizo. Naturalmente, al día siguiente, su prensa afín recogió la noticia con escandalosos titulares y, aunque Diario de Navarra publicó ese mismo día que el autor del informe había declarado: “que los datos que en él apuntaba no son importantes” que era “una comunicación rutinaria”, que “ni me parecía algo preocupante entonces ni me parece preocupante ahora” y que “si hubiera motivos de alarma no es algo que hubiéramos despachado a la ligera”, el escándalo estaba ya montado y Batasuna solicitó mi comparecencia parlamentaria para que valorase “la reciente denuncia pública sobre grietas en el talud izquierdo de la presa auxiliar de Itoiz”.

Aunque en la comparecencia (11.03.2002) se vio la falta de fundamento de la denuncia de la Sra. Beaumont, unos días después (Diario de Noticias, 18.03.2012), su hermano me escribía: “Señor Palacios, intente olvidarse de la Coordinadora de Itoiz. El problema no es ni ha sido nunca esta asociación. Uno de los problemas más candentes de Itoiz-proyecto, quizás el más actual, y el más candente, está en las laderas y en los terrenos potencialmente afectados por el mismo. Téngalo siempre presente”. Y yo, que soy obediente, lo tengo muy presente y me acuerdo de lo que esa Coordinadora nos decía: que una vez que el embalse de Itoiz se llenara se iban a reblandecer sus laderas y se iban a deslizar en grandes volúmenes, por lo que el agua movilizada, bajo el efecto “Tsunami” iba a arrasar, aguas arriba y aguas abajo, todo lo que se pusiera en su camino. Por eso acordándome de sus vaticinios, no me explico que la Sra. Beaumont haya invertido sus ahorros en una casa en Artieda, aguas abajo de Itoiz, y que se dedique a dar paseos a la orilla del río Irati con el riesgo que, según ella, eso implica. Y por eso me pregunto ¿Es ahora una temeraria o nos mintió en su día?


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