• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / Políticamente incorrecto

La traición del PSOE en Navarra

Por Jorge Valencia

Se habla mucho últimamente de los propósitos del PSOE o las diferentes posibilidades de formar Gobierno, y se pide a PP y Cs que se abstengan permitiendo la investidura de Pedro Sánchez, como si éste no se hubiera decidido ya por sus compañeros de viaje.

Ronda de consultas del presidente del Parlamento con la delegación de PSN. IÑIGO ALZUGARAY
Ronda de consultas del presidente del Parlamento con la delegación de PSN. IÑIGO ALZUGARAY

El PSN, con el visto bueno del PSOE, y por tanto el PSOE, ha decido libremente en Navarra

Como no quería gobernar con la derecha, ha decido gobernar con la derecha del PNV representada en Navarra por Geroa Bai, que además es nacionalista y cuya única pretensión es amoldar la sociedad navarra a base de imposición lingüística e ideológica con el fin de anexionarla al País Vasco y ampliar así su “Lebensraum”, el espacio vital de su soñada Euskal Herria.

Digo yo que, si no hay otra alternativa que gobernar con la derecha, mejor hacerlo con la que al menos defiende la Constitución Española, garante de nuestros derechos y libertades. Pues parece ser que no.  Por cierto, ¿Hay algo más reaccionario que el nacionalismo? Siempre pensé que la izquierda era internacionalista. Debe ser fuera de España... ¿Tendrán algo que ver las amenazas de Andoni Ortuzar a Sánchez diciendo que lo que haga el PSN en Navarra tendría consecuencias a la hora de recibir el apoyo del PNV?

La decisión que ha tomado el PSN es además una perversión del sentido del voto de los ciudadanos. Es una burla al deseo de los navarros expresado en las urnas de mandar a casa al anterior gobierno nacionalista, pues el cuatripartito formado por Geroa Bai, Podemos, IE y Bildu no logró revalidar el pasado 26 de mayo la mayoría necesaria para gobernar. Lo que ha hecho el PSN, partido que supuestamente era oposición a este cuatripartito y en ese sentido iban muchas de las intervenciones de su líder, María Chivite, es traicionar a sus votantes y prestarse a ser la pieza del puzzle que le falta al cuatripartito para volver a gobernar.  Son el tonto útil de los partidos nacionalistas, quienes ya se frotan las manos ante su influencia en el próximo gobierno.

Pero la cosa no acaba ahí, lo cual podría merecer una crítica meramente política. La realidad que el PSN ha intentado y sigue intentando ocultar es que necesitan pactar con Bildu. El apoyo o la abstención de los proetarras es imprescindible para que el PSN forme gobierno en Navarra, pues sin los escaños de Bildu no suman la mayoría suficiente. ¿Alguien puede creer que este apoyo directo o indirecto es gratis? Quienes a día de hoy siguen justificando el terrorismo no ocultan sus exigencias y se presentan a sus bases como el "interlocutor prioritario" del PSN en Navarra. El PSOE tenía que elegir entre la coalición “Navarra Suma”, que fue la fuerza más votada, y el tándem nacionalistas/proetarras.  Y ha elegido como socios a estos últimos, entre los que se encuentran quienes creen que los recibimientos a etarras salidos de la cárcel “son signos de normalidad”. Vamos, que está bien recibir con honores a quienes han sido condenados por terrorismo, como ha ocurrido hace poco en Hernani y Oñati. Porque si es digno de reconocimiento, será que matar a más de 800 personas (muchos compañeros del Partido Socialista) no estuvo tan mal.

La indignidad del PSOE es indescriptible, pero la verdad es que ni ellos mismos lo ocultan, como demostró hace poco la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, justificando que vayan a gobernar en Navarra gracias a Bildu: “Nuestro rival son las derechas”.

Hubo un tiempo en que la derecha era, como es lógico, un adversario político del PSOE pero a la vez un aliado en la defensa de la democracia y el Estado de Derecho. Eran los tiempos en los que Rosa Díez y María San Gil iban juntas a las manifestaciones por la libertad en el País Vasco a pesar de que sus respectivos partidos competían electoralmente. Los tiempos en los que Mayor Oreja y Nicolás Redondo sellaban con un abrazo su compromiso en la defensa de la Constitución Española antes de disputarse el voto en las elecciones vascas. O los tiempos en los que UPN y PSN eran capaces de entenderse en aras de la gobernabilidad de Navarra con un objetivo común de garantizar un gobierno constitucionalista, aunque ambos tuvieran que hacer cesiones políticas.

Hoy la derecha democrática es el enemigo del PSOE y los enemigos de la democracia, esto es, quienes reciben con vítores y homenajes a terroristas por el servicio prestado en la tarea de volar la democracia, sus compañeros de viaje.

Lo que ha ocurrido en Navarra no es solo una condena a esta comunidad para ser gobernada otra legislatura más por los nacionalistas (con María Chivite de presidenta marioneta disfrutando del caramelito que Uxue Barkos le ha dado por dejarse utilizar) y lo que ello conlleva en cuanto al proyecto de “euskaldunizar” a la sociedad navarra. Es además el certificado de defunción de un partido ya desde hace tiempo terminal, otrora nacional como fue el Partido Socialista Obrero Español.

La retirada hace unos días de la bandera española en la sede del PSN en Pamplona para quizá contentar así a sus socios preferentes es la perfecta representación gráfica de otra retirada más sonora: La del PSOE en la defensa de los valores constitucionales por los que tantos perdieron la vida. Triste.


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