• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión / Políticamente incorrecto

El PSOE, clave para el futuro de Navarra

Por Jorge Valencia

Según el último “navarrómetro” los partidos constitucionalistas podrían sumar la mayoría suficiente para gobernar y desbancar al cuatripartito que gobierna en la actualidad.

Uxue Barkos y María Chivite (PSN) conversan minutos antes del pleno del Parlamento de Navarra. IÑIGO ALZUGARAY
Uxue Barkos y María Chivite (PSN) conversan minutos antes del pleno del Parlamento de Navarra. IÑIGO ALZUGARAY

Los datos del último “navarrometro” arrojan un cambio del panorama electoral en Navarra. El llamado cuatripartito, formado por los nacionalistas (Geroa Bai y Bildu), Podemos e Izquierda-Ezkerra perdería según este sondeo la mayoría para gobernar de la que goza desde las últimas elecciones del 2015. Aquí es un factor clave la fuerte caída de Podemos, que perdería cuatro de los siete escaños que tenía, pues el resto de sus socios se mantienen más o menos en los mismos escaños que obtuvieron en las pasadas elecciones.

Se puede observar de nuevo la tendencia a la baja de Podemos, como ya se ha visto en las recientes elecciones andaluzas. Si a la tendencia a la baja que Podemos tiene a nivel nacional le unimos las batallas internas que han disputado los diputados de Podemos en el Parlamento de Navarra, llegando incluso a partirse públicamente en dos su grupo parlamentario y expulsando el partido a su ex secretaria general, su previsible fuerte caída electoral es más que comprensible.

Por otro lado quiero pensar que ni UPN ni Ciudadanos (ni el PP si finalmente mantiene representación) tendrán problemas para pactar un gobierno alternativo de confirmarse los resultados de esta encuesta. La pregunta del millón, como de costumbre, es qué hará el PSN, al cual necesitarían para sumar la mitad más uno de los escaños del parlamento.

Es sabido que el partido socialista, no solo en Navarra sino a nivel nacional, se ha ido poco a poco “sectarizando” desde que José Luis Rodriguez Zapatero fue elegido secretario general. Él comenzó la demolición del partido (y por cierto, en consecuencia, de España) rompiendo todos los pactos de Estado y el espíritu de la transición con la pretensión de fomentar en España el surgimiento de un partido de extrema derecha para dividir a la derecha y que el PSOE pudiera perpetrarse en el poder. Cosa ésta primera, por cierto, que ha conseguido finalmente su todavía más descerebrado discípulo,  Pedro Sánchez, aunque no la segunda como se ha demostrado con el reciente batacazo del PSOE en Andalucía.

Es por esto que el PSOE ha convertido a la derecha, que es por definición su adversario político, en el enemigo a batir, mientras que quienes deberían ser sus enemigos por querer destruir la democracia y el Estado de Derecho son, no ya sus adversarios políticos, sino sus apoyos para gobernar.

Sin embargo, el factor Bildu siempre ha sido el freno final a las pretensiones del PSN de pactar con los nacionalistas para excluir a la derecha en Navarra. Pactar con Bildu sería pasar de la raya, no por cuestiones éticas para ellos, pues no conocen lo que significan los principios, sino porque esa alianza sería tan escandalosa que acabaría pasándoles factura electoralmente. Y esto último es la única razón a la que atienden.

Por este motivo el PSOE a nivel nacional siempre ha terminado vetando, incluso en contra de las pretensiones de sus líderes en Navarra, un acuerdo en el que necesitaran a Bildu, partido que a día de hoy sigue justificando el terrorismo y el proyecto totalitario de ETA. Pero es que a día de hoy es el propio secretario general del POSE, Pedro Sánchez, quien no tuvo reparos en llegar al poder de la mano de Bildu, entre otras perlas. Por tanto, desde mi punto de vista, la solución a la ecuación en Navarra será una incógnita mientras el PSOE esté liderado por un personaje sin dos dedos de frente y dispuesto a lo que sea por el poder.

Por otro lado no hay que olvidar que su líder en Navarra, María Chivite, fue uno de los apoyos de Sánchez en su carrera a la secretaría general. De modo que su “ideología”, si es que tiene alguna, no difiere mucho de la de su jefe.

Las encuestas son solo encuestas, pero parece ser que se vislumbra un cambio en el panorama político de Navarra y debiéramos aprovecharlo para impedir que los nacionalistas y populistas sigan gobernando esta comunidad. ¿Por dónde le dará está vez el viento al PSOE? Esa es la cuestión.


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