• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Desde la Estafeta

Que llueva, que llueva

Por Jimi Jiménez

La tormenta de primera hora de este sábado ha evitado la masificación propia del día 7 en el encierro. 

Primer encierro de San Fermín 2018 con toros del Puerto de San Lorenzo. REUTERS / AFP
Imagen del primer encierro de San Fermín 2018, con toros del Puerto de San Lorenzo, en la que puede apreciarse claramente los adoquines mojados. REUTERS / AFP

Dice el adagio que la Naturaleza es sabia y así ha quedado demostrado en este primer encierro de los Sanfermines. Desde hoy se acabaron las discusiones. Para evitar la masificación, ni tornos, ni "carné de corredor", ni adelantar la hora en la que soltamos a los bureles por las calles de Pamplona. Todo tan sencillo como una buena tormenta con aparato eléctrico o como decía mi tío Enrique (q.e.p.d) "un agua-tiempo" para que la cosa quede aclarada y las masas que están con la duda, tomen las de Villadiego. 

Porque la crónica de este primer encierro coincide con las de todos los primeros encierros que en la historia han sido en el tema de los nervios y las ganas por disfrutar y quedar bien pero, a partir de ahí, este año los plumillas no podemos recurrir al tópico de muchísima gente. Entiéndame. Había gente como buen encierro de fin de semana pero no había esa marea que te impide ver a los "toricos" hasta que los tienes prácticamente encima. 

Además, los del Puerto de San Lorenzo venían con la lección aprendida (¡ojo! como la mayoría de las ganaderías del ciclo, ya aviso). Es decir, carrera rápida de los protagonistas hasta que les ha durado el motor. Además, a media carrera (para facilitar la carrera de los mozos y mozas) se han disgregado llegando en tres paquetes distintos.

Cabe destacar aquí la carrera de Sergio Colás y un compañero que a la altura de Telefónica han entrado en plan triunfador del Tourmalet mandando besos y abrazos al público congregado tras el vallado. 

El resto, un poquiiiiiiiiiiiito de emoción con mucha iiiiiiiiiiii por parte del último toro descolgado. Pero vamos, como dirían los castizos ¡ná! porque el bichillo era un noblote grandullón que con su tran-tran ha pasado de todos (y de todas) camino de los corrales. Así ha sido, grosso modo, la primera del ciclo mañanero, una carrera que en cuanto a los heridos (visto y no visto) apunta a dos / tres heridos por asta de toro repartidos entre Santo Domingo y Ayuntamiento.

Nuestros recuerdos a estos bravos corredores y nuestro deseo de su próxima recuperación. Como Argentina, España y, este viernes Brasil, creo que a estos buenos mozos y mozas este año se les ha acabado la Champions de los encierros. Suerte el año que viene, chicos/chicas ¡Ah! Y San Fermín, gran patrón, gracias por la lluvia pero que digo yo que estando ya en julio nos estamos pasando con el grifo abierto, ¿no le parece a vuesa merced? 


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Que llueva, que llueva