Partido de Copa del Rey en el período más negativo de la temporada para Osasuna y ocasión para poderse redimir un poco y poner muchas cosas en orden.
- jueves, 18 de abril de 2024
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El encuentro era contra un Girona, que como piedra de toque valía, ya que está el sexto en la clasificación de Segunda División.
El comienzo del partido es un paseo para los jugadores, hoy de verde, todos en Babia, que diría el maestro en clase. Por eso les hacen un gol a los 6 minutos creyendo los rojillos que el partido era fácil. Bueno esto le puede pasar a cualquier equipo, pero, conforme pase el tiempo, veremos lo que da de sí cada uno.
El tiempo fue pasando y nos damos cuenta de que los que no quieren ganar son los verdes; el Girona con un gol por delante se pasea por el campo, contra un Osasuna, sin imaginación, sin rapidez, sin juego de balón y donde no se ven movimientos que indiquen ganas de vencer en este encuentro.
La presión aparente que se hace sobre el contrario es de mentira, pues se hace con lentitud y sin disputa real del balón. Daban a entender que el partido no iba con ellos o no lo querían ganar; sería mucho decir, pues creo en la profesionalidad de todos los jugadores. El partido de Osasuna era de hombres dormidos y lentos. ¿De verdad quería ganase el puesto alguno de los jugadores en el campo?
Quizás Jagoba en su televisor haya visto otro encuentro, porque si ha visto el mismo que yo, lo tienen claro los jugadores el próximo entrenamiento; a no ser que esto fuera lo previsto: demasiados partidos seguidos, demasiados jugadores con el COVID, y algún que otro lesionado; mejor pasemos la hoja de una vez de todo lo que está sucediendo.
Sólo resaltar la buena participación de Roberto Torres que todavía tiene fútbol en sus botas, el resto, mejor olvidar. Creo que tanto antes del partido como después del mismo, esta competición era una copa de más
Aúpa Osasuna.
