• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Vuelve Alzórriz, por los loles te lo pido

Por Javier Ancín

No estamos para hacer bromas siendo del PSOE con la factura de la luz, como si esto, lo de descojonarnos, lo hiciéramos por la bilis...

Ramón ALzórriz, del PSN, entrando al Parlamento. PABLO LASAOSA
Ramón ALzórriz, del PSN, entrando al Parlamento. PABLO LASAOSA

Me tomo negronis porque se los tomaba Gistau, para qué te voy a engañar. El otro día fui a cenar con unos amigos y para no dejarlos solos con sus drymartinis, cuando me preguntó la camarera si quería tomar algo antes de la cena, me saltó el piloto automático: un Negroni, como el penúltimo de Gistau que tengo siempre sobre la mesa del despacho. Uno pide lo que pedían los escritores que admira... A ver si se le pega algo.

Antes de empezar esta aventura de escribir columnas, le oí en una entrevista a Jabois que cuando se atascaba y no sabía de qué darte a la tecla, abría los Diarios de Iñaki Uriarte, se daba un paseo y terminaba saliendo algo, aunque solo fuera para cubrir el expediente, que básicamente es la primera labor del escritor de periódicos, cubrir el expediente antes de que la edición cierre.

Me gustó la idea y desde entonces fui acumulando libros para que cuando me pasara lo mismo, tener el recurso de zambullirme en sus páginas y darle a la tecla. Escribir no tiene mucha mística, solo necesitas de un teclado y una pantalla y eso ahora te lo da hasta el móvil, artilugio, por cierto, donde componía sus artículos el periodista ya fallecido Pepe Oneto. Yo sin ir más lejos, algunas notas he llegado a tomar incluso en tanatorios, haciendo como que mandaba algún mensaje, de pie, solitario, avanzando por los pasillos. Mi más sentido pésame... gracias, gracias, pero aún no lo he publicado para que me lo des, joder, espera al menos a que este muerto el texto.

La mística, de haberla, está en en el segundo antes de poner la primera letra, cuando ya has vencido el de qué hablo ahora yo y te lanzas empujado muchas veces por una fuerza incomprensible a dibujar la palabra que tirará luego como por arte de magia de todas las demás. Esa "Rosebud" pronunciada por el magnate de Ciudadano Kane cuando muere, dejando caer la bola de cristal repleta de nieve, sin la que habría sido imposible construir la película que vino después rodada.

Hoy estaba así, ojeando y hojeando, el libro de Gistau, El penúltimo Negroni, con el primer café de la mañana cuando me topé con un artículo en el que hablaba de ese cigarro que se fumó con un colega en las gradas vacías ya del Prater, justo después de que España ganara la final a Alemania e iniciará el círculo victorioso de las dos Eurocopas y el Mundial. A mí me arrastraron al césped de ese estadio para ver un concierto de Madona justo con esa excusa. ¿Te imagines poder fumarte un cigarro en el césped de ese estadio donde Torres después de aquella galopada metió el gol del triunfo en la final de Viena?

En esas estaba, decía, sin decidirme a echar unas risas con mis amados lectores por el tuit de ayer noche de Coronalzorriz, que aún de vacaciones, supongo, nos anunciaba con una extraña efusividad de chiringuito, que volverá, le joda a quien le joda y que nos traguemos la bilis porque va a volver, con las energías renovadas, que no renovables, que no estamos para hacer bromas siendo del PSOE con la factura de la luz, como si esto, lo de descojonarnos, lo hiciéramos por la bilis y no por pasar el buen rato que echamos con las ocurrencias del personaje, como las de darse a me gusta y retuitearse cuando se pone intensito en las redes, por ejemplo.

Pero la cosa no da mucho más de sí que los loles que echamos unos cuantos mirando incrédulos el tuit y los mensajes privados que me cayeron de la manada de cabrones que nos juntamos por Tuiter para ir pasando los días. Tenía que haber tirado por el tema del cigarro en Austria. Mierda. Y eso es todo.


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