• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Celebremos la vida ¡Viva San Fermín!

Por Javier Ancín

Aún tenemos una misión que completar aquí, aún tenemos un día más de regalo para disfrutar de la luz cálida y dulce que barre la calle Mercaderes a las ocho menos un minuto, con las torres de la iglesias de San Cernin al fondo, antes que se desencadene el diluvio y el torrente llene el cauce, formado de maderos pulidos, de respiraciones y miradas y gritos.

El futuro no está escrito. Nunca. Tengo una foto al final de la corrida de toros del 14 de julio de 2019, que hice desde el tendido de sombra, con un Viva San Fermín 2020 en el luminoso donde nos informan de los banderilleros y picadores. Luego vino lo que vino, que es que no vinieron. En cascada. A falta de uno, dos cancelados. No hubo Sanfermines ni en 2020 ni en 2021. 

Con la tontería prácticamente han pasado tres años. Tres años menos una semana desde el último chupinazo. Quién nos iba a decir el desierto, el infierno, que íbamos a cruzar durante este tiempo. No supimos leerlo porque no estaba impreso en ninguna hoja. 

Se han quedado muchos en el camino. Todos tenemos a conocidos que ya no están...  por el Covid y el no Covid, por la existencia misma, que es la muerte también, como cada mañana desde la cuesta de Santo Domingo a la Estafeta que cuando la corres ves que pica hacia arriba, hacia el cielo, nos recuerda el encierro. Memento mori, pamplonauta. 

Todo en un segundo puede acabarse, todo en un instante puede fundirse a negro, rodeado de vida en su máximo apogeo, explotando como una palmera de los fuegos artificiales mientras decimos adiós. Va por ellos, que la muerte les sea leve, que la vida se abra camino una vez más para los que conseguimos a duras penas alcanzar esta orilla y vivamos. 

Los volveremos a vivir, decía el lema que hizo fortuna en este tiempo suspendido. Y los que hemos llegado los volvemos a vivir, los volvemos a disfrutar, se lo debemos a los que nos dejaron, nos los merecemos todos. 

Como decía el nubio al despedirse de su amigo Máximo Decimo Meridio, mientras enterraba los exvotos del Gladiador, sus lares familiares a los que rezaba antes de cada combate en la arena del coliseo, ‘nos volveremos a ver... pero aún no’. 

Aún tenemos una misión que completar aquí, aún tenemos un día más de regalo para disfrutar de la luz cálida y dulce que barre la calle Mercaderes a las ocho menos un minuto, con las torres de la iglesias de San Cernin al fondo, antes que se desencadene el diluvio y el torrente llene el cauce, formado de maderos pulidos, de respiraciones y miradas y gritos.

El futuro no existe, ojalá cada uno firmemos una buena historia, una buena Fiesta, y a la vuelta de ella, nos la contemos con alegría. Ernest Hemingway escribió muchas cosas, un libro que nos hizo eternos, universales, y una frase que es una verdad como un templo: La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre. 

Alegrémonos, joder. Celebremos la vida, que además nos hace mejores personas.

Surca ya el chupinazo el cielo húmedo de Pamplona. Unzué nos hace más grandes con su ejemplo, con sus palabras, con su sonrisa. Pum...

Que todo sea para bien, compañeros, que lo será. The sun also rises. Nos vemos al doblar la curva de la Estafeta, hasta donde alcance cada uno en esa carrera que es la vida. También sale el sol... siempre. Viva San Fermín. Y eso es todo.


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Celebremos la vida ¡Viva San Fermín!