Pamplona estos días es como un gran plató de cine y televisión. En la zona de los Golem anda Imanol Uribe rodando una peli y la semana pasada por el palacio de Navarra estuvo Sánchez en un set de televisión montado aprisa y corriendo por Txibite, como los pueblos truchos de cartón piedra de Almería para los Spaghetti western.
La cosa empezó rara porque se nos iba a aparecer Sánchez Deus ex Machina en Irroña, bajando de los cielos, pero la máquina, el Falcon 900 con el que se mueve, tuvo que aterrizar en Fuenterrabía porque en Noain había niebla. Total, una comitiva de unos 15 vehículos tuvo que recorrer por una vulgar carretera el camino hasta los jardines de la diputación. Y cuando digo los jardines es literal, un poco más y se caen al estanque de la fuente.
En el socialismo todo es un puto fraude, un decorado, un postureo absurdo. Metieron los coches de la comitiva de Sánchez por lo que nunca ha sido una puerta de entrada a nada. Ni ahora. Todo para hacerse una foto subido a una escalinata, como una vedette. A Sánchez solo le interesa de la política las puestas en escena. El cámara, acción, rodando para el telediario y el corten. Que pasen los tramoyistas para el cambio de decorado, el show de la trola debe continuar.
De ahí se fueron al Baluarte a presentar un plan que ya ha presentado tres o cuatro veces antes y que volverá a incumplir y, hala, a casa, en avión, que se lo trajeron a lo largo de la mañana -un vuelo de 70 km, luego el fascista antiecologista eres tú por dejar correr el agua un par de minutos al lavarte los dientes- para que el Dios de las mentiras no tuviera que recorrer de nuevo los 45 minutos en coche que le separaban del aeropuerto donostiarra.
¿A qué ha venido este?, me dije. Pues a lo de siempre, a bendecir el pacto con el que nos levantamos al día siguiente, bien temprano: el partido de la ETA ha llegado a un acuerdo con los socialistas navarros -ellos dicen el gobierno de navarra, para enguarrar la institución e intentar salvar de la ignominia al partido-, por el que les aprueban los presupuestos.
Como el PSN es ya solo un felpudo sin dignidad en el que limpiarte la mierda de los zapatos... y Bildu lo sabe, les pusieron a Araiz para dejar claro que con quien firmaban es directamente con el hilo conductor con la banda terrorista.
El vicepresidente Remírez, el listo inútil de esta historia, firmando un acuerdo con uno de los responsable de la ponencia Oldartzen que se concretó en la doctrina etarra de la socialización del dolor. Ya saben, aquella por la que ya no había objetivos “militares” y toda la sociedad era susceptible de ser asesinada, incluso los bebés.
Pero bajemos a la tierra para entenderlo de forma práctica, que tanta teoría a muchos les anulan los sentimientos.
Leía ayer en la hemeroteca de El País una noticia con este titular: ETA asesina a un niño de dos años con una bomba en el coche de su padre.
“Antonio acababa de recoger a sus hijos en una piscina cubierta de la localidad vizcaína de Getxo, donde habían pasado unas horas con su madre, y se dirigía hacia su casa cuando estalló la bomba. El niño murió en el acto. Tenía la cabeza destrozada y un brazo prácticamente desgajado. Mientras abrazaba el cadáver de su hijo, que acababa de recuperar entre la chatarra del vehículo, Antonio repetía mecánicamente: «Ya me lo han matado esos hijos de puta»"
Es tan obsceno todo lo que está ocurriendo con el socialismo, tan miserable, que el escenario más adecuado que podían haber elegido Txibite y Remírez en Irroña para firmar este pacto de sangre con el partido de la ETA es el portal de la manada. Y eso es todo.
