• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Si el periodista navarro calla, el político aberchándal vive tranquilo

Por Javier Ancín

¿Y los silencios cómo se compran? Con dinero, como todo en esta vida, amigo contribuyente. Lo que pasa es que en este caso no con el suyo particular sino con el de todos, con el presupuesto público, ya sabes, eso que te dicen que es para sanidad y educación, fachita.

La expresidenta del Gobierno de Navarra Uxue Barkos habla con María Chivite, actual Presidenta. PABLO LASAOSA

La tranquilidad es lo que más se busca, que decía aquel rollizo chaval metido en la piscina a preguntas de la tele. Como lema te lo podía firmar el régimen aberchándal inaugurado por Barkos y continuado fielmente su escudera la socialista Txibite.

Podrían ponerlo en los membretes forales, como el Liberté, égalité, fraternité gabacho, para que nadie lo olvide. La tranquilidad es lo que más se busca... y el silencio, y para ello no reparamos en gastos, que pagarás, como es obvio, tú con tus impuestos, fachita. Que si por algo se caracteriza este gobierno de aberchándales y socialistas, valga la redundancia, es que a ellos no les cuesta nada. Quien controla el presupuesto público controla los silencios, es decir, su tranquilidad para hacer y deshacer a su antojo.

A ti te van a contar desde el aberchandalato que es para sanidad y educación los impuestos elevadísimos que te soplan, intentando chantajearte moralmente para que te señalen como insolidario por la calle. Sanidad y educación y tranquilidad... y silencio. Te lo van a contar sin que nadie rechiste porque no hay nadie la otro lado que quiera hacer su trabajo. Hace tiempo que el panorama mediático en Navarra es un solar, un mar de la tranquilidad lunar para que retocen a su gusto políticos flotando boca arriba, adornándose haciendo fuentecitas con la boca, como las ballenas.

Unos porque hace años que se rindieron y los otros porque, desde su fundación, solo tienen como objetivo el de ser una hoja parroquial propagandística del nacionalismo vasco. Al régimen aberchándal de Navarra nadie lo vigila, ah, la tranquilidad... o casi nadie, de ahí que sea tan importante comprar los silencios.

¿Y los silencios cómo se compran? Con dinero, como todo en esta vida, amigo contribuyente. Lo que pasa es que en este caso no con el suyo particular sino con el de todos, con el presupuesto público, ya sabes, eso que te dicen que es para sanidad y educación, fachita.

El régimen aberchándal utiliza dos métodos básicamente, por un lado el uso arbitrario de la publicidad institucional, el cuidado que te la quito omque directamente como a esta casa no te la doy, el otro es haciendo jefes de gabinete a cuantos más periodistas mejor, del que algún día habrá que hablar también. 60.000€ al año, que entre una cosa y otra, más pluses, plases y ploses, pluseak en euskera batua, se convierten en más o menos 300.000€ en una legislatura, que como sean dos te llevas al coleto más de medio millón de euros que dan mucha tranquilidad vital al periodista, gatzetilleroak en euskera batua.

Así había sido siempre, era la tradición, había mucha tranquilidad y, cómo no, mucho silencio, hasta que esta casa denunció ante el juzgado esta práctica que le dejaba por su posición crítica con el régimen aberchándal, es decir, por hacer periodismo, fuera del reparto de esa publicidad institucional, siendo un medio con muchas más visitas que el resto, por ejemplo. Auditadas externamente, ojo, que en sede judicial no vale con decirlo de boquilla, como en la calle, que somos los más leídos, sino que hay que demostrarlo.

Ayer, una sentencia dejó constancia de esa práctica ilegal por parte del régimen que inauguró Barkos hace ya unos cuantos años. Lo que se tendrían que preguntar es por qué se lo cuento yo, amigo contribuyente, que no soy ni periodista y no esos grandes medios que hay en Navarra, con su ejército de licenciados, sus asociaciones y sus monsergas. Ah, la tranquilidad... la tranquilidad es lo que más se busca, menos para algunos, que nos aburre. Y eso es todo.


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