• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Pedro Sánchez visita el zulo de sus socios

Por Javier Ancín

Ver a Sánchez en un zulo impresiona, para qué vamos a negarlo, sobre todo porque no sabes qué pinta ahí con todo lo que lleva de inmoralidad en su mochila política.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visita este martes al Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, que recorre la historia del terrorismo en España desde 1960, año de la muerte de la niña Begoña Urroz en un atentado del grupo antifascista DRIL, hasta la actualidad, en el que han podido observar un elemento verdaderamente sobrecogedor, la réplica del zulo en el que ETA encerró al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara durante 532 días. Adentrarse en ese espacio subterráneo de 3 metros de largo, 2,5 de ancho y 1,8 de altura transmite angustia y claustrofobia, y transporta a un época muy negra de la historia de España. EFE/ Pool Moncloa/Borja Puig De La Bellacasa
El presidente del Gobierno en la réplica del zulo en el que ETA encerró al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara durante 532 días.. EFE/ Pool Moncloa/Borja Puig De La Bellacasa.

Inauguraron ayer martes los reyes en Vitoria un memorial que las víctimas del terrorismo han levantado para que no se olvide nunca su historia, su drama, su dolor, sus asesinatos y sus torturas. 

También estaba Sánchez, que conociendo al personaje, y por la cara de indiferencia que tenía, como la que se les pone al visitar el enésimo monumento a los turistas de un viaje organizado, supongo que fue solo a hacerse la foto para el álbum que enseñará a las visitas.

Quizás el espacio que más impacta del recorrido, a la par que las proyecciones de las retratos de los niños asesinados, es una reproducción del agujero donde el terrorismo nacionalista vasco torturó a Ortega Lara y al empresario Julio Iglesias Zamora, a uno por pertenecer al cuerpo de funcionarios del estado y al otro para robarle por ser sobrino del fundador de una empresa tecnológica donostiarra.

Y justo en ese lugar, posando con esa cara suya de estoy aquí pero que quede claro que no quiero estar aquí, pasota, a ver si termina este muermo rápido, me cojo el avión en Foronda y llego a cenar pronto a mis aposentos es la foto que difundieron desde Moncloa. 

Ver a Sánchez en un zulo impresiona, para qué vamos a negarlo, sobre todo porque no sabes qué pinta ahí con todo lo que lleva de inmoralidad en su mochila política. Conocida su alergia a las víctimas del terrorismo, vete tú a saber si en realidad no es un precio más que le toca pagar para seguir en el poder y ha ido por imposición de sus socios, los del partido de la Eta, para prestigiar el otro punto de vista, en el del criminal y su obra: por aquí le metíamos la bandeja con la comida hasta que decidimos abandonarlo y matarlo de hambre, en este lugar le dejábamos el cubo donde el torturado cagaba y meaba... Te acercas y nos certificas que todo está donde lo pusimos.

Al partido de la Eta le ha sentado como un tiro del los que ellos pegaron a miles que las víctimas les jodan el marco mental que habían forjado y en el que tan cómodos estaban, llamando cuneteros a los bisnietos que no conocieron ni a sus abuelos de la guerra civil, mientras se olvidaban los crímenes que ellos habían cometido en el presente, hoy, pasado el año 2000, en pleno siglo XXI. Que la gente descubra y recuerde ya para siempre en un memorial concreto que durante el último medio siglo asesinaron y aterrorizaron a toda una sociedad les jode el relato tétrico de su ‘conflicto’ quizás ya sin remedio. 

Si Sánchez hubiera querido escenificar una posición política concreta, yo con las víctimas, por ejemplo, habría pedido que estuviera en esa visita Ortega Lara y que fuera él quien le explicara cómo lo torturaron ahí dentro. Pero Sánchez no está en eso, el Psoe de Sánchez está en el otro lado, pactando con los que han dicho que es muy mala idea enseñar esas cosas porque no ayuda a pasar página recordarlas.

532 días estuvo Ortega Lara. Un año y medio metido en un zulo de 3 metros de largo por 2,5 metros de ancho. En esta pandemia estuvimos 50 días encerrados en nuestras propias casas y casi salimos de ahí todos desquiciados. O sin casi. Háganse una idea de lo que los socios de Sánchez no quieren que veas -es una irresponsabilidad abrir este memorial dice Otegi-, que sientas, que imagines la humedad nauseabunda que respiro todo ese tiempo, que te preguntes para qué... no vayas a concluir que fueron solo unos simples asesinos sin alma y que donde tendría que estar su ideología nacionalista es en la fosa séptica de la historia. Y eso es todo.


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Pedro Sánchez visita el zulo de sus socios