• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Nuevo curso, viejo PSOE

Por Javier Ancín

Inauguramos nueva reforma educativa socialista, que en el fondo es la de siempre, bajar el nivel para que todos se acaben pareciendo a los políticos que nos gobiernan.

Bakartxo Ruiz, de EH Bildu habla con Ramón Alzórriz, del PSN. PABLO LASAOSA
Bakartxo Ruiz, de EH Bildu habla con Ramón Alzórriz, del PSN. PABLO LASAOSA

Comienzo del curso. Al cole... Ah, qué ilusión, madrugar. Estrenar cuadernos y estuches. ¿Seguirán existiendo aquellos que apretabas botones y se abrían compartimentos secretos donde guardabas tesoros como la goma de borrar lápiz y boli? ¿Y aquellas mochilas que tenían hasta alarma?

Ay, qué tiempos donde te enseñaban que la propiedad privada era sagrada y te daban herramientas para conservarla. Ahora creo que ya cualquiera puede ocuparte hasta los zapatos. Como se te ocurra quitártelos para recolocarte el calcetín, se te mete uno dentro y te deja sin vida.

Volver a ver a tus papeles milimetrados, cuadriculados... al pánico de la hoja sin racializar en los exámenes, a tus profesores a los que vacilar, a los compañeros, también al hijoputa que te quita el bocadillo en el recreo para redistribuirlo contigo. Para él el bocata, para ti el hambre. Ese acabará mínimo de jefe de gabinete de partido rojeras a 60.000€ al año la mordida. Hay a gente que se le ve venir desde el parvulario. Desde pequeñito saben cómo funciona lo público: tú pagas, yo me lo como.

Inauguramos nueva reforma educativa socialista, que en el fondo es la de siempre, bajar el nivel para que todos se acaben pareciendo a los políticos que nos gobiernan. El socialismo es así, igualarnos todos en la antiexcelencia, como los cuadros del PSOE, hasta que los que podían haber tenido posibilidades de progresar en la vida con una educación más exigente, y no sólo los mediocres por naturaleza, consigan ser presidentes de Navarra. Esa es la idea.

Ya no hay miedo al suspenso. El suspenso ya no sirve de nada, lo han vaciado de contenido las sucesivas reformas socialistas. Antes oías suspenso y se te caía el mundo encima. Todo era entonces preocupación, diseño de estrategias para levantarlo, buenos propósitos. Ahora pasa como con la palabra fascista, que no nos dice nada y que quien no lo es, algo malo habrá hecho, yo qué sé... ser de izquierdas.

-¿Progenitor A, donde puedo encontrar un suspenso, para saber qué es?

-Yo qué sé, pregúntale a tu abuela que lo guarda todo. A lo mejor tiene algún suspenso en alguna caja del altillo del armario, junto a las cintas de vídeo VHS.

Nuestra izquierda, amiguitos, es especialista en dejar sin significado palabras de tanto usarlas para todo.

-Camarero, póngame un poco de leche fría que está el café de un caliente que no se puede tomar.

-¿La leche la quiere fascista o semifascista?

-Fascista, que estoy a régimen-, dice, mientras se toca la barriguita fruto de la felicidad estival, con sonrisa cómplice.

Por volver, que se ha pegado unas vacaciones como si fuera maestro, a revuelto hasta Coronalzorriz a su puesto de nini foral y lo primero que ha dicho es que piensa pactar el PSOE navarro los presupuestos con el partido de la ETA, sin vetos, que apoyar asesinos, tampoco ya significa nada para los socialistas. Y eso es todo.


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