Siempre había pensado, supongo que influido por las películas de Hollywood, que los gobernantes si su ciudad, comunidad o país está en crisis no salen su despacho, durmiendo incluso en él, hasta que toda la población está a salvo y el estado de alarma termina. Y entonces sí, se quitan el traje de mandamás, se ponen en chandal o los vaqueros, todos se abrazan, y se van de barbacoa o de chistorrada con muchas cervezas o bien de vino de la Ribera o a hacer dulce de higo, lo que les pida el cuerpo.
Pues olvídense de la fantasía, eso en Navarra no pasa. Aquí las crisis tienen horario de oficina y cuando se acaba la semana, la presidenta se va su casa, de finde, a enseñarnos por sus redes sociales que los sábados no está para nadie de la comunidad que le paga.
Ella se dedica a hacer bricolaje en su jardín, al solete, con su ropa deportiva, su lijadora, su maderita, sus gafas de protección -esas con las que no ha sabido dotar a los sanitarios su Psoe en España-, y nos lo cuenta en su Instagram, que a mí maldita la falta que me hacía saber qué hace esta buena señora tras los muros de su castillo de barrio antiproletario cuando no está currando para el ciudadano.
¿Pero no se da cuenta de que es la presidenta de una comunidad encerrada, al borde ya del ataque definitivo de nervios? ¿No tiene nada mejor que hacer, ni ningún problema más urgente que solucionar que lijar una madera y enseñárnoslo en un acto de exhibicionismo pornográfico absurdo? El virus no tiene horario y el leñazo que se prevé del PIB con una caída cercana, siendo optimistas, al 10%, menos. ¿De verdad que era necesaria esa foto, presidenta, en vez de estar en su puesto de trabajo, al pie del cañón, todo el puñetero rato?
Si en un estado de alarma te da tiempo a lijar una mesita auxiliar de jardín o sobra el cargo de presidenta de Navarra, porque no sirve para nada, o sobra Txibite, por lo mismo.
Decía que había pensado en que los gabinetes de crisis eran otra cosa viendo las pelis de Hollywood. Lo que pasa es que los actores de Hollywood, cuando se cuelgan su personaje, como Txibite cuelga el suyo de presidenta de horario de oficina para calzarse las zapas y las mallas de gimnasia, no se van a hacer bricolaje, sino que incluso son mejores y dejan reflexiones muy sensatas.
El otro día reapareció Tom Hanks en el Saturday Night Live de la NBC después de haber pasado el coronavirus y entre otras cosas dijo una frase que lo resume todo: Ya no hay sábados, ya no hay días de la semana. Ahora todos los días son hoy.
Señora Txibite, señora presidenta del gobierno de Navarra, todos los días mientras estemos en estado de alarma son ahora, y si no le gusta y no está dispuesta a asumirlo, si piensa que su mesita del jardín le necesita más que cualquier otro navarro, nadie le obliga a semejante triaje, dimita, pírese y deje de hacer el ridículo. Y eso es todo.
