• martes, 19 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

La izquierda vive de tu dinero y de tus esperanzas

Por Javier Ancín

Pensaba en esto viendo la deriva del gobierno hacia el delirio, en que se debería perder la esperanza y la paciencia mucho antes. La gente se ahorraría un camino absurdo, engordando ilusiones, que siempre termina en una decepción tan grande que deprime hasta el infinito. 

Foto David Domench / Europa Press / ARCHIVO

Salinger desapareció muchos años antes de morir. Se piró, adiós, aquí os quedáis, y no se supo mucho más durante casi medio siglo que duró su retiro del mundanal ruido.

Me pasé la adolescencia y la juventud leyendo que, cuando el autor de El guardián entre el centeno falleciera, tendríamos una catarata de obras que habría ido escribiendo en su exilio interior, porque seguía escribiendo, nos aseguraban. Confía. No preguntes todo el rato. Ya llegarán sus nuevos volúmenes. No seas impaciente. 

Doce años después de su deceso, no tenemos nada. Dice su hijo que sigue transcribiendo los papeles que dejó el padre y que antes de cinco años no habrá terminado. Siempre falta un suspiro para alcanzar el paraíso, como una zanahoria puesta para que sigas avanzando. Mira, ahí lo tienes, no te pares ahora, si lo estás tocando... aunque ni lo rozas porque siempre es una fantasía. 

En Esta casa es una ruina, la peli de Tom Hanks, cada vez que los propietarios preguntaban al capataz cuándo acabarían las obras les decía que en dos semanas... siempre eran dos semanas, daba igual cuántas semanas hubieran pasado ya, la respuesta a la pregunta recurrente de cuándo concluirían la reforma volvía a ser dos semanas. Tengo la sospecha que nunca veremos nada nuevo de Salinger. 

Pensaba en esto hoy, viendo la deriva del gobierno hacia el delirio, en que se debería perder la esperanza y la paciencia mucho antes. La gente se ahorraría un camino absurdo, engordando ilusiones, que siempre termina en una decepción tan grande que deprime hasta el infinito. Con la izquierda cuando gobierna siempre pasa lo mismo, todo son expectativas y todas ellas acaban en frustrantes engaños

Hace cuatro años que gobierna el PSOE podemita de Sánchez y le prometió a la gente que iban a vivir mejor, pagarían menos por sus cosas -la cesta de la compra o la hipoteca por decirte dos vitales-, disfrutarían de mejores servicios públicos, por ejemplo la sanidad; la gente gozaría de trabajos de forma casi plena y remunerados como nunca antes se habían visto, a las mujeres también les prometieron que estarían más protegidas frente a los violadores. Créeme, confía, estamos terminando de diseñarlo todo, casi, casi lo estás tocando con los dedos, ten fe... y transitando ya el último año de esta legislatura que prácticamente ha tenido cinco, ni una de sus promesas se ha cumplido. 

La cesta de la compra disparada, los parados solo han encontrado un cambio de nombre, ahora se les llama fijos discontinuos, las sanidades donde gobierna la izquierda también arrasadas -véase el caso de Navarra que tras ocho años de izquierda las listas de espera son ya elefantiásicas -, las hipotecas se encarecen al mismo ritmo que lo hace la calefacción que acabas de poner a medio gas para intentar no morir más que de de frío, de ruina económica y los violadores de mujeres, con esta nueva ley que nos ha traído el PSOE y Podemos, se les reducen las penas llegando incluso algunos a ser excarcelados, generando un miedo y angustia extra a sus víctimas. Si todo esto no fuera suficiente, también pagamos más impuestos nadie sabe para qué a esa izquierda que dice que trabaja para ti con miles de asesores nuevos con sueldazos. 

Ten esperanza, confía en nosotros, ten fe... nunca te damos realidades pero te proporcionamos creencias para que vayas tirando mientras a nosotros, los políticos de izquierda, no nos faltan las doce pagas y las dos extraordinarias. Estamos a punto de solucionarte la vida. De verdad. 

Las encuestas nunca le dan menos del 25% al PSOE porque esta vez sí, seguro -se dicen los votantes zurdos-, este año Sánchez nos arreglará todos los problemas domésticos. Y si no la siguiente legislatura o la siguiente o la siguiente de la siguiente que no acaba de llegar nunca pero da igual, el votante socialista seguirá apostando por ellos, porque llegará un año que podremos por fin descansar en verano en un chiringuito, leyendo una obra inédita de Salinger que también siempre está punto de aterrizar en las librerías. Y eso es todo.


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