¿Qué querías, retirarlo por miedo a que pasara lo que está pasando, que lo han puesto los del PP de candidato al ayuntamiento de Pamplona y la gente está ilusionada con votarlo como hacía tiempo no pasaba con un político?
Yo a Esparza sigo sin comprenderle. No entiendo sus movimientos. Es como si estuvieras frente a un jugador de ajedrez que ha dejado de mover el alfil en diagonal para hacerlo zigzaguear o que ha cogido el caballo, y en vez de saltar en ele, ha decidido que lo haga dibujando una eme sobre los escaques.
Y si no entiendo sus movimientos, tampoco entiendo sus enfados cuando se lo señalan, que eso ya no es ajedrez, ni damas, ni parchís, que es otra cosa, Esparza. Quizás una suerte de juego de la oca dejado todo al azar, para quitarse responsabilidad sobre el asunto. Yo qué sé.
Tiras y qué suerte, caes en una oca que te hace avanzar. Vuelves a tirar y acabas en el pozo, como si no fuera contigo el asunto, como si solo fueras una víctima más de los dados que saltan en la mesa del casino... en Casino. Una pena que se parezca tan poco al menos a Sharon Stone, por buscarle un consuelo aunque solo sea estético a semejante deriva táctica. En fin.
Tienes un pichichi en tu equipo como es Adanero, lo echas porque no te sirve para tu nuevo proyecto -quieres jugar más por la banda izquierda, la del Psoe-, el jugador en paro ficha por otro partido, te empieza a marcar goles... ¿y te quejas al presidente de su nuevo club por desleal, o no sé qué historias que te montas en la cabeza, por haberlo contratado?
¿Qué querías, retirarlo por miedo a que pasara lo que está pasando, que lo han puesto los del PP de candidato al ayuntamiento de Pamplona y la gente está ilusionada con votarlo como hacía tiempo no pasaba con un político?
No son los dados quienes se han equivocado, esto no es una cuestión de suerte, que aquí hay un organigrama con Esparza a la cabeza que toma decisiones. Decisiones buenas o malas, estrategias que te hacen vencer o fracasar. Es decir, haber gestionado mejor la plantilla del partido que tienes entre manos, que en vez de echar a la calle al canterano de forma drástica, podías haberlo reconducido poniéndolo tú de cabeza de lista de UPN y no el rival, con el que también has roto peras porque quieres ir solo a las elecciones.
A mí todo esto me empieza a recordar a la vuelta ciclista a España de 1985 y no porque Indurain se pusiera de amarillo con 20 años, siendo el ciclista más joven hasta la fecha en conseguirlo. Aquella que un tal Robert Millar, apodado Esparza, que iba de líder, creía tenerlo todo controlado y aún hoy no sabe cómo perdió la carrera en la penúltima etapa.
Esto lo tienes ganado, se choteaba Peio Ruiz Cabestany, alias Coronalzorriz en nuestro imaginario, dandole la mano al ciclista escocés al coronar el último puerto, con la meta a unos 40 kilómetros ya todo de bajada.
Ganadísimo, sí... sin enterarse de que hacía rato Perico Delgado, llamémoslo Adanero, estaba en fuga calladico, a lo suyo, volando hacia su Segovia natal para quitarle el jersey amarillo y la vuelta al iluso británico que lo tenía todo bajo control.
El día menos pensado, en unos meses, vamos, los espectadores veremos quién ha acertado con su apuesta. Y eso es todo.
