• jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:00

Opinión / A mí no me líe

De dónde surgen estos artículos

Por Javier Ancín

No hay una inteligencia que nos controle, cosa que acojona aún más que si la hubiera, porque no hay un guión que nadie esté siguiendo.

Montaje con el cintillo de Javier Ancín y una imagen de archivo de un hombre escribiendo en un ordenador.
Montaje con el cintillo de Javier Ancín y una imagen de archivo de un hombre escribiendo en un ordenador.

Hay veces que acuden frases a la cabeza sin saber luego uno qué hacer con ellas. No posees ni el tema y ya sabes cómo va a arrancar lo que tienes que escribir... lo que ya has escrito, sin empezar.

Llevo dos días con la frase "tres minutos antes de que se detuviera el autobús, el meteorito ya había impactado contra la tierra", pero esta vez me es imposible dotarla de carcasa, vestirla con nada, y he decidido dejarla desnuda. Un esqueleto que me sirva para dar comienzo al artículo como el que nos contemplaba silencioso en el laboratorio de ciencias del colegio, con sus huesos colgando, su calavera mirando penetrantemente al vacío. Aunque la profesora ese día nos hablara de los platelmintos, la osamenta presidía la clase, dominando la escena. Si os soy sincero, no recuerdo ni una sola vez que aquel esqueleto sirviera para nada útil, que los nombres de los huesos ya los habíamos aprendido años atrás, cuando la asignatura de naturales nos la impartían dentro del aula convencional, pero nadie se atrevió nunca a retirarlo.

Los procesos creativos, como la vida, como la historia... son un poco así, imprevisibles. Rara vez responden a un plan fijado de antemano, por eso soy incapaz de creer en una conspiración mundial que controle la realidad al milímetro, y dependen más de la causalidad que de otra circunstancia de nuestra existencia. No hay una inteligencia que nos controle, cosa que acojona aún más que si la hubiera, porque no hay un guión que nadie esté siguiendo. Las cosas ocurren y, como mucho, los más inteligentes les sacan el mayor rendimiento posible a ellas, pero una vez que han sucedido.

Puedes berrear como un energúmeno, la cría esa zumbada de las coletas con cara de eterna mala hostia es un ejemplo, por el supuesto origen antropológico del cambio climático, cosa que no hará que se revierta si es que tiene que revertirse, que tampoco entiendo por qué debiéramos buscarlo; o plantar uvas con las que elaborar vino como durante el óptimo climático medieval hicieron en zonas hoy desérticamente frías: Escocia. Los vikingos pudieron llegar a Groenlandia por esa época al desaparecer el hielo en el mar.

El azar como motor de la realidad. Esa es nuestra grandeza y a la vez nuestro drama, podemos cambiarlo todo, aunque sea inevitable el final de cada uno, que cascar, cascamos del primero al último. Decía Stephen Hawking sobre el azar, un tanto guasón como era el personaje, que incluso aquellos que afirman que todo está predestinado y que no podemos cambiar nada al respecto, miran a ambos lados antes de cruzar la calle.

Tres minutos antes de que se detuviera el autobús... podríamos haber cambiado ya de gobierno, expulsando a Sánchez de nuestras vidas o conseguido, como en Francia, que el partido socialista esté en unos niveles subterráneos de intención de voto, que le dan por debajo del 2%, pero como sociedad elegimos otra cosa. Como sociedad elegimos de nuevo el viva las cadenas por otros medios: el voto nacionalista es inmutable en España, por ejemplo. Da igual lo que ocurra, su resultado siempre es el mismo en número de escaños.

En fin, quizás no tengamos remedio y el meteorito ya había impactado contra la tierra... antes de que todo esto fuera escrito y solo sea cuestión de esperar a que nos sepulté la polvareda que ha levantado y de la que aún no somos conscientes. Antes de que podamos bajar del autobús que aún no se ha detenido ya hemos acabado como esos huecos que quedan en Pompeya, que al inyectarles yeso, se nos devuelve a la vida lo que una vez la tuvo por puro azar.

Otro día hablamos cosas menos serias. Diviértanse, es viernes. Y eso el todo.


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
De dónde surgen estos artículos