• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Que dice el PNV que Navarra son ellos

Por Javier Ancín

Un partido sin representación por Navarra en el Congreso de los Diputados dice ser la voz de Navarra en Madrid. Y no pasa nada, ninguna de las autoridades forales salta a defender las instituciones navarras. 

Ortuzar y cargos del PNV de Navarra se comprometen a "seguir siendo la voz" de la Comunidad foral en Madrid.
Ortuzar y cargos del PNV de Navarra se comprometen a "seguir siendo la voz" de la Comunidad foral en Madrid.

Septiembre y ya tenemos aquí la cantinela de siempre con la llegada del nuevo curso político. Volverán, no se han ido en ningún momento, las oscuras golondrinas a nuestro nido navarro a anidar, desovando el huevo de la serpiente de nuevo, a ver si esta vez cuaja el monstruo, se hace adulto y nos aniquila.

Las golondrinas o quizás sean cuervos, fíjate bien, como el del poema de Edgar Allan Poe. Cuervos que sobrevuelan en círculo sobre Pamplona, Tudela también, que tomen nota, graznando amenazadores, esperando el momento adecuado para caer en picado sobre nuestros cuerpos débiles y sacarnos los ojos.

Ya está aquí el Cthulhu de Lovecraft, un nombre que produce terror solo con verlo escrito y que aún los seguidores del autor estadounidense se preguntan por cómo debemos pronunciarlo. Cthulhu en euskera estoy convencido que se vocaliza como Ortuzar, con la misma cadencia de voz de papos llenos, supremacista, completamente fuera del tiempo que nos ha tocado vivir,  aunque tenga secuestrado nuestro presente para torturarnos con su voz arrogante a los que hemos quedado encerrados en este espacio decimonónico de su siniestra ideología.

Septiembre y volvemos con la burra al trigo. Salta la noticia, como una plaga de langostas cada final del verano. El partido de ultraderecha vasca, el peneuve, se arroga la representatividad de Navarra y nos lo escupe, un jardo en toda la cara, con la prepotencia del esclavista sobre sus esclavos.

Un partido sin representación por Navarra en el Congreso de los Diputados dice ser la voz de Navarra en Madrid. Y no pasa nada, ninguna de las autoridades forales salta a defender las instituciones navarras. Aquí nadie les ha votado para que nos representen en nada en la máxima cámara del estado. Largo. Ospa!

Contémoslo otra vez, que quede constancia que mientras somos los navarros la propiedad privada de un partido político aberchándal con sede en Bilbao, Txibite calla y permite que le traten -nos traten- como a un felpudo viejo. Aparta, mindundi, que en Navarra hacemos y deshacemos nosotros, el peneuve de Arana, aunque nadie nos haya votado para representaros en la madrileña carrera de San Jerónimo.

Para el peneuve y para Sánchez, Navarra como jugador no existe, los navarros no existimos, no podemos hablar por nosotros mismos, para ellos Navarra solo es un terreno de juego donde hacen sus negocios, por eso tienen en el palacio de la Diputación a una muchacha pusilánime y obediente que no molesta y que lo máximo que hace por Navarra es lijar maderas en su jardín, cobrando una pasta. Jodó. Y a callar.

A callar, humillada, como el otro día en la toma de posesiones de Urkullu donde los maderos del tinglado vasco llevaban en su uniforme de gala el escudo de Navarra en ese cuarto cuartel siempre amenazadoramente vacío que ya han rellenado de nuevo.

Mira, niñata, tu comunidad, que se entere todo el mundo, aquí, tras el escudo de Álava. Y la niñata calló y se quedó arrodillada frente al Dios detrás Dios del poema de Borges, en vez de haber montado en cólera y largarse de esa cueva de señoros impresentables que se estaban riendo de ella, obligándole a tragar sapos y culebras por puro sadismo.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza... la pieza siempre es Txibite, la pelele. No olvidarlo nunca. Y eso es todo.


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