• jueves, 25 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Txibite cerró los bares y subieron los contagios

Por Javier Ancín

Vivimos en una simulación. No hace falta ya ni montar la tramoya ni el escenario sobre el que representan la obra los gobernantes.

La presidenta del gobierno de Navarra, María Chivite, a su llegada al Parlamento de Navarra. MIGUEL OSÉS
La presidenta del gobierno de Navarra, María Chivite, a su llegada al Parlamento de Navarra. MIGUEL OSÉS

Cerraron los bares y subieron los contagios, casi automáticamente. Txibite no sabe ni por dónde le da el cierzo pero antes de que le acusen de que no hace nada, ella hace. O más bien deshace, un sector entero, de forma bochornosa. Cuando salgamos de aquí ya no habrá muchos de los garitos en los que nos juntábamos. 

¿Es una medida eficaz o una gilipollez haber cerrado los bares? Tienes evidencias de todos los tipos, elija la suya, esto ya no va de frenar una pandemia sino de no perder elecciones.

En esta pandemia estamos aprendiendo una cosa curiosa, las medidas no son buenas ni malas para frenar el virus sino que son medidas que te quitan responsabilidades para colocar el foco en otros, que es al final de lo que viven los políticos, de que parezca que ellos no tienen la culpa para que no les reste apoyos populares.

Yo ya cerré los bares, dirá cuando esto pase Txibite. ¿Son realmente los bares el punto principal de los contagios? Pues parece que no, los casos no hacen más que aumentar en Navarra desde que tomó esa medida drástica, pero Txibite ya tiene el clavo al que agarrase cuando tenga que rendir cuentas en las urnas o en los tribunales. Yo hice, dirá, cuando vete tú a saber si no era mejor no haber hecho nada o nada tan exagerado, y que no se arruinara un sector tan amplio de la sociedad.

La realidad no importa, lo importante es lo que la mayoría crea. Si la mayoría tiene la percepción de que una medida es la adecuada, automáticamente pasa a ser una medida eficaz que hace que tu imagen como gestor suba, dándote votos. ¿Aunque los datos no la avalen, aunque no se encuentre evidencia científica en la que apoyarse? Desde luego. La verdad no le importa a casi nadie, lo importante es lo que la gente crea que es la verdad. 

Hace un mes se hizo un concierto en Barcelona con 5.000 personas sin distancias de ningún tipo, a la antigua usanza, en el Palau Sant Jordi. Solo llevaban mascarillas, como se exigían en el interior de los bares, medida que al menos en Pamplona, lo que yo vi, se respetaba mucho. Lo cierto es que de aquel concierto no han salido noticias de que fuera un foco infeccioso, es decir, que si hubiera funcionado mal, si se hubieran contagiado 100 o 200 personas en él, socialistas como Txibite nos estarían machacando día y noche con que han acertado cerrando los bares y que Madrid no, dejándolos abiertos.

Vivimos en una simulación. No hace falta ya ni montar la tramoya ni el escenario sobre el que representan la obra los gobernantes. Basta con soltar palabras, muchas, para que alguien se crea que al menos algunas se han hecho sólidas, palpables, y conseguiremos cambiar la realidad. Sánchez lo hace mucho. Ha presentado nueve veces el mismo plan de palabras que dice que es un rescate económico de la sociedad. Con que haya una mayoría que crea que ese plan ya se está desarrollando, aunque nunca ha dejado el plano de la fantasía, suficiente. Esto pasó con la renta esa básica que se inventaron entre el PSOE con Podemos y que no ha llegado a nadie. La mayoría cree que hay un colchón para los necesitados, qué bueno es el PSOE que no deja a nadie atrás, votémosle, cuando la realidad es que ha sido un fracaso. 

Se lo explicaré de otra forma más técnica, con más ciencia dentro, si la mayoría cree que me he liado con Claudia Schiffer, ¿qué más da que no sea cierto, si me van a envidiar igual, que es de lo que se trata? Y eso es todo.


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Txibite cerró los bares y subieron los contagios