Para esto se asesinó, para que el asesinado estuviera callado en el cementerio y el ideólogo del crimen, de la mano del Psoe, decidiendo que los dineros de sus víctimas fueran a sus postulados ideológicos.
Lo bueno de ser un jubilado sin más futuro que el presente y no deberle nada al sistema en general, y al navarro en particular, es que te puedes sentar un día de labor en la cuneta del ahora, pedir un gintonic y unas gominolas o un negroni con almendras si es la hora del aperitivo, cerrar el libro que te traes entre manos, abrir el iPad y volver a soltarle a Txibite tecla a tecla lo de siempre, que es una impresentable y que su gobierno es un gobierno levantado sobre la sangre y las vísceras de cientos de asesinados para conseguir un fin político al que ella se ha rendido.
Un gobierno que solo ha sido posible por esa limpieza ideológica, física -no olvidemos nunca, pumpún, charco de sangre en la acera con la nuca reventada de, entre otros, políticos contrarios a pactar con el terror-, amparada y fomentada por sus socios. Socios que ella libremente ha elegido, que quede claro, que podría haber elegido otros o irse a su casa sin deshonra.
Es decir, el gobierno de Txibite ha puesto el huevo de los presupuestos de Navarra y cuarta vez, oh, sorpresa, que le ha salido al romperse una serpiente con un hacha goteando sangre inocente.
Que Bildu es el partido de la eta lo sabe hasta Txibite, que se quita de en medio de las fotos y deja solos a los subordinados en los retratos con el firmante de la doctrina que más masacres propició por parte del terrorismo nacionalista vasco, Adolfo Araiz, siempre tan sonriente.
Para esto se asesinó, para que el asesinado estuviera callado en el cementerio y el ideólogo del crimen, de la mano del Psoe, decidiendo que los dineros de sus víctimas fueran a sus postulados ideológicos.
El partido de la eta podría disimular, dejarlo en la nevera, ponerlo detrás del biombo, en la fontanería que no se ve, pero para qué, eso sería como condenar su historia y si algo tiene claro el partido de la eta es que están orgullosos de toda la sangre que han hecho correr y que no se arrepentirán jamás de ello.
Que en cada foto aparezca el partidario de la doctrina más sanguinaria, que en cada foto quede para la historia el orgullo con el que reivindican los años en los que limpiaron ideológicamente a bombazos y a tiros en la nuca cualquier rastro de oposición a su proyecto, que en cada foto se vea que si están aquí es porque mataron mucho y bien, que en cada foto se vea que ese proyecto criminal que han llevado a buen puerto es gracias a sus socios socialistas.
Hay que matar, hay que matar mucho, hay que matar más, hay que matar a todos eso es lo que Adolfo Araiz firmó en aquella ponencia Oldartzen. Y eso es lo que hicieron los pistoleros, matar para alisar el terreno y conseguir llevarlo hasta esa foto en la que hoy posa sonriente con los socialistas navarros, donde no está su presidenta.
Quizás Txibite nos ha hecho caso y ha empezado a leer a Shakespeare, como le llevamos recomendando hace años, y ya tiene el runrún detrás de la oreja de que traicionar a los muertos nunca sale gratis.
Cualquier día, Lady Macbeth, se te aparecen una noche por el pasillo, desvelada, y ya nunca podrás librarte de su sangre, con la que te has pringado, porque esa sangre no se va con nada.... es ya eterna, aunque pienses que quitándote de una foto exorcizas el peligro. Error. Yo, mientras tanto, vuelvo tranquilo y en paz a mis lecturas. Y eso es todo.
