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Opinión /

La refundación del hacha y la serpiente (V): el Plan Ibarreche, el sueño frustrado de un Nuevo Estatuto en Euskadi

Por Jaime Ignacio del Burgo

El Plan Ibarreche ha inspirado la nueva propuesta formulada por el PNV ante la Comisión de reforma del Estatuto el pasado 8 de mayo de 2018.

El Lehendakari Ibarretxe puso en marcha un plan para romper con España.
El Lehendakari Ibarretxe puso en marcha un plan para romper con España.

El 27 de septiembre de 2002, el lendakari Ibarreche presentó un proyecto de reforma integral del Estatuto de Guernica. Se titulaba “Propuesta del Parlamento Vasco para la convivencia en Euskadi. Nuevo Estatuto Político de Euskadi”. Se trataba de una propuesta de secesión encubierta, al tratar de convertir al País Vasco en un estado libre asociado con España.

El Pleno del Parlamento vasco lo aprobó el 30 de diciembre de 2004 y acordó remitirlo al Congreso de los Diputados por 39 votos a favor y 35 en contra. Batasuna había mostrado su oposición al proyecto por entender que consolidaba la unión con el Estado español y limitarse el plan tan sólo a los territorios sujetos a la Comunidad vasca. Sin embargo, durante la votación el portavoz aberzale, Arnaldo Otegui, leyó una carta del parlamentario Josu Urrikoetxea (“Josu Ternera”), fugado de España por su pertenencia a ETA, en la que se justificaba su apoyo al plan. Eso hizo que tres de los diputados batasunos votaran a favor y otros tres lo hicieran en contra. Los votos a favor fueron determinantes para la aprobación del Parlamento.

Coincidiendo con la larga tramitación en la Cámara de Vitoria de la referida propuesta de Ibarreche, en la recta final de la campaña de las elecciones generales a celebrar el 14 de marzo de 2004, se produjo el atentado del 11-M en la estación de Atocha que supuso un cambio radical en la política española. La izquierda tuvo la gran habilidad de desviar contra el PP la indignación de los ciudadanos. La “culpa” de la masacre había sido el alineamiento de Aznar con el presidente Bush en la guerra del Irak.

España se había merecido el justo castigo de los seguidores de Alá. Además, sentenció lapidariamente en TVE el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, a últimas horas del sábado día 13 de marzo y en plena jornada de reflexión, “los ciudadanos españoles se merecen un gobierno que no les mienta, un gobierno que les diga siempre la verdad”. Esta imputación era falsa.

El Gobierno había informado paso a paso de todos los avances de la investigación, que empezó sobre el valor entendido por todos de que se trataba de un atentado de ETA. El mismo día 12 de marzo el ministro del Interior anunció que se abría una segunda vía de investigación islamista. Y el mismo sábado 13 de marzo, se informó de las primeras detenciones de personas de nacionalidad marroquí.

Poco se dice que el primero que atribuyó el atentado a la banda terrorista fue el lendakari Ibarreche, que a las 9,30 del mismo día 11 compareció ante los medios de comunicación para decir, entre otras cosas: “Cuando ETA atenta, cada vez que ETA ha atentado y atenta se rompe en mil pedazos el corazón de los vascos y vascas, porque el pueblo vascos ha sido, es y será, un pueblo civilizado… El terrorismo es de ETA… ETA, estoy absolutamente convencido, está escribiendo su final… ETA está escribiendo sus últimas palabras, terribles, desgraciadas, pero sus últimas páginas… Está claro que ETA ha pretendido dinamitar la democracia”.

En las elecciones generales del domingo 14 de marzo, el batacazo del PP, que pasó de 184 a 148 diputados, permitió al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero convertirse en presidente, al sumar a sus 164 escaños los 20 escaños obtenidos por IU, ERC, CC, BNG y CHA. CiU, PNV, EA y NaBai, que sumaban 19, se abstuvieron en la investidura).

Volviendo al Plan Ibarreche su pretensión era sustituir el Estatuto de Guernica por un nuevo marco jurídico, fruto del pacto con el Estado, para acceder a un “status” de libre asociación con España. Se invocaban para ello los derechos históricos del pueblo vasco amparados y respetados por la que hasta ese momento denostada disposición adicional de la Constitución.

Destacamos tan solo dos de sus artículos. En el primero se define la libre asociación con España:

“Artículo 1.- Como parte integrante del pueblo vasco o Euskal Herria, las ciudadanas y ciudadanos que integran los territorios vascos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, en el ejercicio del derecho a decidir libre y democráticamente su propio marco de organización y de relaciones políticas, como expresión de la nación vasca y garantía de autogobierno, se constituyen en una comunidad vasca libremente asociada al Estado español, en un marco de libre solidaridad con los pueblos que lo componen, bajo la denominación de Comunidad de Euskadi o Euskadi, a los efectos del presente Estatuto”.

En el segundo hace referencia a Navarra:

“Artículo 6.- Relaciones con la Comunidad Foral de Navarra

1.- La Comunidad de Euskadi y la Comunidad Foral de Navarra podrán establecer los vínculos políticos y las relaciones internas a nivel municipal y territorial que consideren más adecuadas para el desarrollo y el bienestar social, económico y cultural de sus ciudadanas y ciudadanos, sin más limitación que la propia voluntad de éstos.

2.- A estos efectos, se podrán celebrar convenios y acuerdos de cooperación entre ambas comunidades para el desarrollo y la gestión de ámbitos de interés común, incluyendo, en su caso, la posibilidad de establecer instrumentos comunes de cooperación, si así fuera aprobado por sus respectivas instituciones de autogobierno. El Estado respetará en todo caso la celebración de los convenios y acuerdos de cooperación entre ambas comunidades, por lo que no resultará de aplicación a dichas relaciones lo dispuesto en el artículo 145 de la Constitución.

3.- Si en el futuro, en el ejercicio de su voluntad, las ciudadanas y ciudadanos de la Comunidad de Euskadi y los de la Comunidad Foral de Navarra deciden libremente vincularse o conformar un marco político común, se establecerá de mutuo acuerdo el proceso de negociación entre las instituciones respectivas que articule, en su caso, el nuevo marco de organización y de relaciones políticas con el Estado español, que deberá ser ratificado por la ciudadanía de ambas comunidades”.

En la sesión del Congreso del 1 de febrero de 2005, el proyecto fue rechazado por 313 votos en contra (PSOE, PP, IU, Coalición Canaria y la Chunta Aragonesista), 29 a favor (PNV, ERC, CIU, EA, NaBai y Bloque Nacionalista Gallego. Hubo dos abstenciones (Iniciativa per Catalunya Verts).

Lo que ignoraba el PNV era que el rechazo del PSOE obedecía a la intención de Rodríguez Zapatero de negociar el final de ETA para lo que había emprendido conversaciones secretas con la banda terrorista.

Por otra parte, y como veremos más adelante, el Plan Ibarreche de nuevo Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi ha inspirado en sus puntos fundamentales la nueva propuesta formulada por el PNV ante la Comisión de reforma del Estatuto  el pasado 8 de mayo de 2018.


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