• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión /

¿La burbuja de la cerveza artesanal?

Por Iñaki Oroz

Desde hace unos años en Navarra han surgido varias empresas locales productoras de cerveza artesanal. Naparbier, Sesma Brewing y la Vasconia por ejemplo.

En el resto de España está sucediendo lo mismo desde hace años, ya en 2007 en Cataluña nació Montseny. El fenómeno no es nuevo, ya venía ocurriendo en otros países como en el Reino Unido en los 70 o en algunos países como Francia ya se desarrollan cadenas como Les 3 Brasseurs.

Los consumidores observamos estos fenómenos de mercado, por ejemplo,  vale con dar una vuelta por las calles de Pamplona, o de cualquier ciudad española, para ver tiendas de jamón que afloran como setas (aunque alguna ya ha cerrado).

Cada vez que surge una “moda” de estas características surge la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué repentinamente nuestras ciudades se llenan de jamonerías? ¿O por qué el gin tonic se pone de moda? ¿O por qué en una época la novela histórica copa las listas de más vendidos y en otra las novelas de misterio? Y por supuesto después nos cuestionamos si estamos ante burbujas o no.

La respuesta no es única y tampoco está clara. No olvidemos que vemos los fenómenos que triunfan, pero no los que fracasan, pero en cualquier caso siempre detrás de todo desarrollo de mercado tiene que haber una oferta y una demanda que nos lleve a nosotros, los consumidores, a comprar algo: o jamón, o gin tonic o cerveza artesanal…

Cada producto es un mundo aparte y debe ser analizado por separado. Como ejemplo, en este artículo, me quiero centrar en la cerveza.

¿Qué ha ocurrido para que en pocos años tengamos varias productoras locales de cerveza?

En primer lugar estamos presenciando una revolución en el mercado europeo y español de la alimentación. Términos como orgánico, local, etc. son protagonistas de muchas de nuestras compras. No nos damos cuenta porque las cosas cambian poco a poco, pero si tuviéramos una foto de los lineales de nuestro supermercado hace 10 años y otra foto de hoy mismo nos sorprenderíamos del cambio. Y la cerveza, lógicamente, vive esta dinámica.

La búsqueda de una alimentación sana, la exigencia del consumidor sobre la calidad de los ingredientes, etc. marcan la tendencia de confiar más en los productos elaborados cerca.

En segundo lugar estamos en medio de una revolución gastronómica. Tenemos varios tipos de sal, agua mineral de mil países y cualquier producto en muchísimas variedades. La diversidad protagoniza los lineales de alimentación, y la cerveza no puede quedar fuera.

Por tanto tenemos un consumidor que demanda más marcas de cerveza y productos locales. Además tenemos unos canales idóneos como son el gourmet y restauración.

Hasta aquí la demanda, pero qué pasa con la oferta ¿por qué surgen los pequeños productores? La respuesta tiene varios factores: visión, tecnología, personas, financiación… y todos tienen que coexistir para salir adelante.

Así que nos encontramos con personas que saben ver esa necesidad en el mercado y se dan cuenta que con una inversión limitada se puede hacer cerveza buena y variada con una tecnología a su alcance.

¿Y qué pasa con la financiación? Curiosamente en plena crisis surge una oportunidad de financiación a través del dinero recibido por personas que salen de sus empleos porque éstos ya no son necesarios y observan como salida profesional invertir en la producción de cerveza artesana.

Por último, siempre que este tipo de productos se pone de moda se produce una sobre oferta con el riesgo de llegar a ser si no una burbuja, al menos un globo que se desinfle posteriormente.

Así que un fenómeno como la cerveza navarra no es casual, pero tampoco es nada organizado necesariamente acordado y planeado por grandes empresas. Es simplemente el resultado de la confluencia de diversas tendencias del entorno.


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