• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión /

Los lloros de Zidane dejan impracticable el césped de El Sadar

Por Ignacio Murillo

El entrenador del Real Madrid ofrece una imagen vergonzosa después de no poder ganar a Osasuna en El Sadar. 

El entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, durante el partido de Liga en Primera División ante Osasuna que disputan esta noche en el estadio de El Sadar, en Pamplona. EFE/Jesús Diges
El entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, durante el partido de Liga en Primera División ante Osasuna que disputan esta noche en el estadio de El Sadar, en Pamplona. EFE/Jesús Diges

Tiene Osasuna por delante unas jornadas complicadas. Recuperar el césped de El Sadar llevará su tiempo después de los litros de lágrimas derramadas por Zinedine Zidane tras la incapacidad de su glorioso equipo de vencer a los zarrapastrosos de Osasuna, esos que transitan por los últimos puestos de la tabla. 

"No ha sido un partido de fútbol, se tenía que haber aplazado", dijo Zizou al término del encuentro frustrado por la tozuda realidad de que su equipo no juega ni a tabas. Osasuna tiró 2 veces a puerta, por 1 del Real Madrid en todo el partido. 

Las estrellas del fútbol no querían jugar en Pamplona, a pesar de que más de 50 personas se dejaron la vida durante cerca de 12 horas de manera ininterrumpida para que el césped estuviera en las mejores condiciones, algo que ocurrió. Cualquiera diría que en la capital navarra había caído una nevada durante todo el día viendo las imágenes del estadio de El Sadar. 

El Real Madrid sabía desde hace semanas que jugaba en Pamplona el 9 de enero a las 21 horas. También sabía desde hace unos cuantos días el club merengue, su presidente, su entrenador y todo el resto de asesores, trabajadores y medios de comunicación de Madrid que una borrasca atravesaría España desde horas antes del partido. 

Tuvo que ser la Liga quien obligara al Real Madrid a viajar a Pamplona un día antes, porque la idea de Zidane era suspender el partido sin viajar a Navarra, es decir, sin bajarse del autobús, con la excusa de que el mal tiempo había impedido el desplazamiento el mismo sábado. 

Pero la jugada no les salió bien. Tuvieron que montarse en su vuelo chárter con todas las comodidades donde -oh desgracia- aguardaron la friolera de tres durísimas horas hasta despegar de Barajas. ¡Qué drama! ¡Qué terrible! ¡Tres horas de retraso! ¿Cómo les pueden hacer eso a ellos?  "Indignación en el Real Madrid", se podía leer en los medios de la Central Lechera. ¿Indignación con quién? ¿Con Filomena?

 También tuvo que ser frustrante para las estrellas blancas ver desde sus ventanas del Hotel Muga de Beloso como la nieve cubría Pamplona, pero las fotos que llegaban desde El Sadar decían lo contrario: los operarios del club rojillo no dejaban que el manto blanco tomara forma y el partido podría disputarse.

Hay que apuntar que el Real Madrid nunca pudo pedir la suspensión del partido por dos motivos evidentes: el equipo pudo viajar a Pamplona y el campo estaba en perfectas condiciones para jugar a las 21 horas.

Las excusas baratas del entrenador del Real Madrid, la falta de respeto a un club como Osasuna y su ridícula rueda de prensa al terminar el choque ponen de manifiesto la altanería y el desprecio con el que algunos supuestos profesionales tratan al resto de participantes en esta Liga. como simples convidados.

Lo cierto después del buen punto conseguido es que Osasuna tendrá que volver a poner a punto ahora su estadio después del paso de la borrasca Filomena y del llorica Zidane.


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