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Opinión /

El zarpazo terrorista que sobrevuela Europa

Por Gustavo Galarreta

Resulta necesario en un frente común ante el yihadismo global o cualquier tipo de violencia. 

Atentado en París.
Atentado terrorista en París, cerca de los Campos Eliseos. EE / REUTERS

Mientras el miércoles 19 la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, hablaba en Madrid sobre la violencia en las ciudades, dentro del Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y la Educación para la Convencía y la Paz, un ciudadano francés de 39 años llamando Karim Cheurfi decidía que al día siguiente intentaría acabar con la vida de varios policías armado con un fusil de asalto.

Mientras en Madrid más de 400 representantes de instituciones como ayuntamientos, líderes locales, organismos y redes internacionales, academias, ONGs y sociedad civil debatían cómo paliar la violencia internacional, la vida del policía nacional francés Xavier Jegele, de 37 años, se perdía a causa de las balas de un fusil de asalto y dos compañeros suyos resultaban heridos.

Recuerdo como en el año 2005 la Comunidad Europea diseñaba una estrategia contraterrorista cimentada en los siguientes preceptos: Prevenir, Proteger, Perseguir y Responder. Ya por aquellos años la estrategia no parecía fácil de llevar a cabo debido a la gran variedad de motivos de radicalización que se daban sobre todo en todo lo relacionado con el yihadismo internacional, lo que hacía que tratar de localizar y diagnosticar conductas compatibles con una posible radicalización pareciese una empresa faraónica.

Ya en el año 2008, tras la actualización de la estrategia contra la radicalización y la captación terrorista, se detectaron importantes fisuras en los sistemas de detección de personas con un perfil compatible con la radicalización yihadista, más que nada porque los medios usados por las redes de captación se difuminaban en internet y las redes sociales donde es muy complicado seguir el rastro de las distintas redes de captación.

En el año 2014, cuando Al-Baghdadi rompe su alianza con Al-Qaeda y se autoproclama Califa del Estado Islámico sobre territorio de Irak y Siria creando el DAESH, la Unión Europea revisa de nuevo su estrategia frente al yihadismo y prioriza la acción de evitar que las personas se radicalicen, sean radicalizadas y sean captadas por el terrorismo para así prevenir que surja una nueva generación de terroristas.

Se trataba de una tarea ardua para los servicios de información e inteligencia, ya que por aquella época el DAESH era capaz de ingresar dos millones de dólares diarios y muchos de esos recursos se destinaban a sus plataformas de captación y propaganda con una repercusión mundial de todas sus acciones de violencia y difusión del mensaje de su yihad global.

Nos presentamos en el año 2017, hemos visto cómo el DAESH ha perdido casi todo su territorio en Siria e Irak al igual que muchas de sus vías de financiación, pero lo que no ha perdido es su capacidad de generar terror en la sociedad, sobre todo en la europea.

Toda Europa de una forma u otra ha sentido el zarpazo terrorista, pero de una forma más notable en los últimos tiempos ha sido Francia quien más ha sufrido está sinrazón, por eso y por otras causas el país galo ha sido pionero en la elaboración de programas de lucha contra la radicalización y la prevención en el ámbito social del fenómeno de la yihad global, combinada con un gran esfuerzo de todos sus recursos en materia de seguridad.

Solo la operación Centinel aporta 10.000 soldados de apoyo a la seguridad que aportan las fuerzas y cuerpos de seguridad francesas. No cabe duda de que la fatiga de medios que sufre Francia por su constante amenaza y atentados consumados está haciendo que mucha gente reflexione sobre la efectividad de dichos programas ya que los resultados no son los que se esperaban.

Dichos programas de calado social poco o nada pueden hacer muchas veces contra perfiles como el autor del este último atentado de París, persona con múltiples antecedentes en delincuencia común y que en un periodo de escasos meses es capaz de radicalizarse hasta decidir perpetrar un acto terrorista como el de esta semana.

Está claro que la perdida de terreno real del DAESH ha hecho que su mensaje de un califato idílico pierda fuerza pero que sus acciones sobre Europa ganen protagonismo e intenten influir de una manera u otra en nuestro devenir como europeos. Que el DAESH tenía claro que tenía que hacer acciones terroristas en Francia para influir en las elecciones se demuestra con las acciones terroristas frustradas por la policía como fue la de Marsella. Los cambios constantes de modus operandi de sus acciones terroristas hacen que los servicios de inteligencia valoren cientos de perfiles de posibles radicalizados, lo cual hace muy difícil su detección.

Creo en una Europa de las libertades y unida, lejos de los extremismos pero también creo en el fortalecimiento de la respuesta de la Unión Europea frente a la amenaza terrorista que tristemente nos ha tocado vivir. Por eso creo que la labor de todos es necesaria en un frente común ante el yihadismo global o cualquier tipo de violencia. Es la sociedad europea en su conjunto quien debe unirse en materia de seguridad y prevención para intentar frenar el terrorismo, no es momento de individualidades ni de fisuras en la idea de una Unión Europea.


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El zarpazo terrorista que sobrevuela Europa