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Opinión /

Tiroteo en EE UU, tan lejos y tan cerca de Navarra

Por Gustavo Galarreta

El autor analiza la nueva matanza en un Instituto de los EEUU y arroja un poco de luz sobre este tipo de episodios.

Tiroteo en una escuela de Florida. Los estudiantes evacuan la escuela de secundaria.
Tiroteo en una escuela de Florida. Los estudiantes evacuan la escuela de secundaria.

“El mundo es un pañuelo” es una expresión que muchas veces hace conectar partes del mundo tan distintas como; Lodosa (Navarra) y Parkland (Florida) en los EEUU. El nexo de unión en este caso es Patricia Rivas, profesora en excedencia del instituto de Lodosa que vivió en primera persona el acto de violencia irracional ocurrido en el Instituto Marjoy Stoneman Douglas del cual es profesora, donde un antiguo alumno de 19 años  empuñando un fusil provocó la muerte de 17 compañeros y heridas a una gran cantidad de ellos.

Pero ¿Qué sabemos en Europa y en concreto en Navarra? de este tipo de acciones que técnicamente se denominan situaciones “AMOK”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) por Amok se entiende "un episodio aleatorio, aparentemente no provocado, de un comportamiento asesino o destructor de los demás, seguido de amnesia y/o agotamiento. A menudo va acompañado de un viraje hacia un comportamiento auto-destructivo, es decir, de causarse lesiones o amputaciones llegándose hasta el suicidio".

En Navarra desde el ámbito de la seguridad tanto en Policía Foral como Policía Municipal de Pamplona se está empezando a trabajar esta materia formando a sus agentes en  este fenómeno que requiere unos determinados protocolos y formas especificas de actuación. Este fenómeno que afecta también a Europa, como se pudo ver hace unos pocos meses en Alemania. Por ahora, en Navarra se ha trabajado solo el punto de vista de la reacción por parte de los medios de seguridad, pero esta problemática abarca muchos más campos los cuales se deberían también trabajar.

En Psiquiatría, por “Síndrome Amok” hasta fechas recientes se conocía a una “dolencia ligada a la cultura que consiste en una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra locamente y, armada, ataque, hiera o mate indiscriminadamente a las personas y animales que aparezcan a su paso, hasta que el sujeto es inmovilizado o se suicida.

Según los psiquiatras, el ataque homicida va precedido por lo general de un período de preocupación, pesadumbre y depresión moderada. En algunos de los casos recientes, los autores anuncian con antelación los ataques, mediante amenazas de viva voz, escritas o a través de Internet. Tras el ataque, tal y como describe la OMS, la persona queda exhausta, a veces con una amnesia completa y, eventualmente, acaba suicidándose.

Según los expertos todo empieza, con un sujeto más bien tímido y apocado, que sufre una experiencia traumática que no puede soportar. Puede ser un desengaño amoroso, una humillación o, simplemente, una terrible envidia por agravio comparativo. En todo caso, la sensación es tan insoportable que la persona no puede resistir el sufrimiento sin hacer nada. Como suele ser un individuo solitario y algo acomplejado, no reacciona enseguida. Después de darle muchas vueltas, concluye que la única salida es un acto violento contra otra persona o contra sí mismo.

La rabia y la impotencia acumuladas encuentran finalmente su encaje en un proyecto, en un plan. La relación de las víctimas elegidas con la causa del trauma original puede ser mínima o inexistente, pero, de todas maneras, la tensión del sujeto desaparece a partir de la decisión criminal. Con toda serenidad, empieza a preparar cuidadosamente la operación a llevar a cabo, cuidando todos los detalles y previendo las dificultades.

Si en algún momento surge la duda, la angustia reaparece, momento en el cual puede replantearse la situación y detener el proceso. Sin embargo, si el plan cristaliza en su mente, llega a un punto en el que su desarrollo se vuelve imparable. El fenómeno es antiguo, lo que es nuevo es que suceda cada vez más en países desarrollados”.  

En Europa una las personas que más ha trabajado en el tema es; Inés Geipel, la cual afirma tras estudiar cinco episodios Amok en Europa; "La locura asesina se ha convertido en un fenómeno global”. “Estos monstruos suelen tener un perfil similar”. Casi todos ellos provienen de familias bien situadas, viven en ciudades pequeñas y tienen fama de excéntricos.

El aislamiento personal  es una de las circunstancias que se repiten en los autores de los asesinatos; ante la impotencia nacida de una ineficacia social, estos individuos se refugian en un mundo interior, muchas veces relacionado con el cine, videojuegos, cómics, Internet y otros ámbitos de diversa naturaleza. Un experto aseguraba que “estos individuos pueden sumirse en el reino de los juegos de ordenador e ir escalando niveles, algo que no consiguen en el mundo real. Y se acostumbran a la violencia virtual”. “No es que estos jóvenes no tengan emociones”, explica Geipel, “Pero poco a poco van aislando su afectividad”.

El síndrome de Amok, tal y como aparece en la actualidad, está estrechamente relacionado con los medios de comunicación y su capacidad global de difusión. Para poder prevenir estos episodios son muchos los estamentos que se encuentran trabajando, pero es el conjunto de la sociedad la que tiene que perder el miedo a identificar los distintos indicadores que pueden ayudar a identificar a los posibles autores de hechos tan terribles con los ocurridos en Florida.

El estudio de los autores de los casos Amok nos indican que no existe un perfil definido, solamente algunas coincidencias, es por eso que no se tiene que dejar de analizar episodios como este para prevenirlos y Navarra no tiene por qué ser ninguna excepción.


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