• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión /

La realidad del acoso escolar

Por Gustavo Galarreta

El cómo luchar contra el acoso escolar ha estado de actualidad esta semana y el Gobierno de Navarra ha dejado claro que en este problema no tiene ni ha tenido un plan de acción, hasta ahora por lo menos. Sólo cuenta con un discurso vacío que carece de un fondo real.

Me gustaría hacer una reflexión desde la prudencia y conociendo que es una materia en la que la moderación y la reflexión deben ser primordiales. Nos queda mucho que andar en la materia de la prevención del acoso escolar, en primer lugar se deben realizar las acciones pedagógicas suficientes a nuestra sociedad para que toda ella sea conocedora de la realidad de nuestros centros escolares. Toda la comunidad educativa tiene que conocer que el acoso escolar o 'Bullying' es tan real y latente en nuestra sociedad como cualquier otra figura ilícita o delictiva, sólo en este curso escolar la Asesoría de Convivencia del Departamento de Educación ha registrado 130 casos, sabiendo que muchos de los casos no se denuncian por miedo, desconocimiento, prejuicios, etc.

Desde el Gobierno de Navarra indican que en Navarra un 5,9% de los escolares sufre alguna forma de acoso y que Navarra es la Comunidad Autónoma con el porcentaje más bajo de España en acoso escolar, pero todos los que estamos en contacto con esta lacra sabemos que se debe luchar con todos los medios a nuestro alcance para erradicar este gravísimo problema de nuestros centros educativos y que hasta erradicar todos los casos de acoso escolar se deben poner todos los medios a nuestro alcance para conseguirlo.

Preguntada la portavoz del Gobierno de Navarra sobre esta problemática, saca su manual de política y nos informa: “El departamento de Educación está trabajando en revisar el protocolo de acoso escolar”. Respuesta de manual para que la sociedad navarra escuche que el Gobierno está trabajando, pero la realidad es que cuando el actual gobierno redactó el acuerdo programático donde fuerzas de muy distinta índole se pusieron de acuerdo para redactar un documento que plasmase las inquietudes programáticas de todos ellos, los que nos dedicamos a esta materia pudimos observar con asombro cómo en materia de Educación dicho acuerdo no mencionaba en ninguno de sus 38 puntos las palabras Acoso Escolar, Ciber-Bullying, Groming, Sexting, etc. Términos todos ellos conocidos por las personas que ponen su grano de arena en la lucha contra el acoso escolar.

Cuando la realidad nos golpea a la sociedad navarra con los casos más dramáticos de acoso escolar, no se puede responder de forma adecuada a ellos si la realidad es que no estaba entre nuestras prioridades luchar contra el acoso escolar.

En Navarra, contamos desde el año 2010 con un Decreto Foral sobre la convivencia en los centros educativos que fue actualizado en 2014 con unos protocolos ante casos de acoso escolar, quedando de este modo las actuaciones en el centro educativo reguladas en protección, Intervención eficaz, rápida y no precipitada, discreción y confidencialidad, intervención con todo el alumnado implicado, prudencia y sensibilidad.

Está claro que el sistema educativo cuenta con una serie de medios, pero tiene que quedar patente que toda la comunidad educativa tiene que implicarse en la lucha contra el acoso, ¿Quién forma parte de esa comunidad educativa?

En primer lugar las familias, como mayor conocedor de la posible victima pueden detectar alteraciones en conductas como la bajada en el rendimiento escolar, cambio de actitudes, pesadillas, nulo interés en todo lo relacionado con el colegio. El profesorado es otra figura vital en la detección pero también es el primer filtro entre el acosador y el acosado. Los compañeros, muchas veces espectadores pasivos, forman parte del triángulo vicioso que se forma entre el acosador, la víctima y los espectadores pasivos. Los pediatras, médicos de familia y resto de personal facultativo que está en contacto con chicas y chicos en edad escolar puede detectar posibles casos. Las distintas policías en su faceta de investigación, tanto en los centros como de forma virtual, son otro de los pilares de este entramado que debe y puede luchar contra el acoso escolar.

Pero todos los actores anteriormente citados poco o nada pueden hacer si no reciben la formación suficiente, nadie ha enseñado a un padre o a una madre a detectar el acoso escolar. Los profesores muchas veces carecen de las herramientas formativas para la atención de este tipo de casos. Los facultativos tienen muy difícil detectar casos de acoso cuando tienen escasos diez minutos para atender un paciente. Las distintas policías muchas veces son mal vistas en algunos centros docentes, etc.

Podríamos seguir con las carencias que tiene el sistema para detectar, afrontar y prevenir el acoso escolar. Pero más allá de las carencias, debemos de una vez por todas, trabajar en equipos multidisciplinares donde todos los actores implicados pongan su grano de arena para erradicar este gravísimo problema que, aunque muchísimas veces no salga a la luz, es realmente un problema grave que atañe a toda la sociedad. En España y en Navarra contamos con excelentes profesionales en todos y cada uno de los campos que engloba la comunidad educativa y sólo es cuestión de voluntad el sentarlos y crear los equipos de trabajo que redacten los protocolos necesarios para que toda la sociedad navarra sea conocedora de este problema y tenga la formación necesaria para su detección, que es primer paso para la erradicación.


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