• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión /

Pistola taser

Por Gustavo Galarreta

 Muy pocas veces un arma de dotación policial abre las portadas de los medios de comunicación a nivel internacional. 

En este caso el arma que genera tal repercusión mediática es la pistola eléctrica Taser tras la muerte de Dalian Atkinson, ex futbolista inglés que militó en la Real Sociedad y que falleció durante una actuación policial de la cual se desconocen todavía los detalles.

En España fue noticia hace meses la adquisición por parte de los Mossos d´ Esquadra del arma de conducción eléctrica Taser para sus unidades de seguridad ciudadana. Este artículo pretende arrojar un poco de luz sobre el arma de la que todo el mundo habla y muy poca gente conoce.

Las armas eléctricas Taser se empezaron a utilizar en los EEUU en el año 1974, mucho ha llovido desde aquellos años y mucho han cambiado los distintos formatos delictivos y los patrones delincuenciales así como las distintas técnicas y tácticas policiales, así que quien piense que este es un arma nueva que quieren probar en España, se equivoca. En concreto el Taser X26D que han adquirido los Mossos es la cuarta generación de este arma.

La ciudadanía se preguntará si es necesaria la adquisición de este tipo de herramienta policial para que nuestras fuerzas del orden desarrollen efectivamente su trabajo, pues la respuesta es bien clara; sí. Este tipo de arma de letalidad reducida y fíjese bien el lector que indico letalidad reducida es porque cualquier objeto en manos de quien tiene la intención de infligir daño se convierte en un arma letal desde una simple hebilla de cinturón a un básico cuchillo de cocina al alcance de cualquiera.

Los agentes de policía tienen que ser dotados con todas las herramientas necesarias para efectuar con efectividad su trabajo y la primera herramienta que usa un policía es su criterio y capacidad de asertividad con el ciudadano, pero muchísimas veces los policías se ven envueltos en situaciones de peligro para su integridad física y la de terceros.

En la actualidad un policía cuando se enfrenta a una actuación en la que la violencia entra en juego, ya sea con individuos armados con armas de fuego, armas blancas u objetos contundentes tienen dos herramientas para hacer frente a esa agresión: su bastón policial; un trozo de madera de 60 Cm o su arma reglamentaria; por lo general una pistola Semi-automática del calibre 9 mm/p.

La verdad que esas dos opciones parecen un poco descompasadas la una con la otra, se ha visto en multitud de ocasiones como policías y terceras personas ajenas a lo que sucedía en la actuación policial han sido golpeadas con bates de beisbol o barras de hierro, ya que un palo de 60 Cm poco puede hacer frente a esos elementos y la utilización del arma de fuego sería muy complicada.

Es por eso que se debe dotar a la policía de unos medios intermedios entre un palo y una pistola, esos medios son las armas de letalidad reducida como son las pistolas Taser o los Lanzadores de 40 mm recién adquiridos por nuestra Policía Foral que disparan proyectiles de foam incapacitantes.

Este tipo de arma se llevan usando muchos años en España por parte de policías municipales sobre todo en las zonas de Cataluña, Valencia y las Islas Canarias con gran afluencia de turismo que en zonas de ocio nocturno y con numerosos incidentes con agresiones, todos han visto en repetidas ocasiones en los informativos como hasta seis agentes son incapaces de retener a una persona con verdadera intención de agredir, esta herramienta permite una rápida actuación del policía ante situaciones que pueden generar más violencia o a la hora de reducir a una persona extremadamente agresiva.

Este tipo de armas, lejos de poder hacerse un uso banal de ellas, son un tipo de armas que garantizan que su uso es adecuado y proporcionado como son; la incorporación de una cámara de grabación que una vez sale el arma de la funda genera un grabación de vídeo y audio que documentará la acción policial.

Lleva un registro interno que contabiliza cada impulso que se genera el día y la hora, así como el número de descargas y cada utilización, cada vez que es utilizada suelta unos micro confetis que se quedan en el lugar de la actuación en los cuales viene el número de serie para así saber el lugar exacto de uso y el usuario, las descargas no son continuas si no que son pulsos de cinco segundos.

Está claro que este arma tiene sus detractores, no dentro del ámbito policial, pero es hora que en España nos pongamos a la par de los 103 países que ya son usuarios de esta herramienta policial con muchos años de servicio, la principal herramienta del policía es usar los medios necesarios para no tener que hacer uso de ningún arma, pero que si la necesita usarla tenga la opción más adecuada y proporcionada y no tenga que elegir entre un palo de madera o un arma de fuego.


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