• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión /

Fútbol y violencia

Por Gustavo Galarreta

El autor reflexiona sobre la violencia en el fútbol, la cual se ha llevado la vida de un agente de la Ertzaintza. 

Un ertzaina interviene durante los incidentes con ultras del pasado jueves en Bilbao
Un ertzaina interviene durante los incidentes con ultras del pasado jueves en Bilbao

La imagen de Inocencio Alonso García, ertzaina fallecido en la explanada del estadio de San Mames ha dado la vuelta a toda Europa, muchos diarios y medios de comunicación han dado la portada y la cabecera de sus informativos a la imagen del agente tendido en suelo, una imagen que recoge muchas cosas detrás.

No me es fácil para mí escribir estas palabras de análisis, pero intentaré coger un poco de distancia y desde una perspectiva más amplia darle al lector una visión de lo que rodea a los grupos ultras del fútbol europeo y lo que para mí tiene más importancia, que están haciendo nuestras autoridades para gestionar este problema que ya viene de muy atrás.

En primer lugar, indicar que quien piense que la muerte de Inocencio no ha sido causada por los graves disturbios y enfrentamientos ocurridos en los aledaños de San Mames es que no cuenta con toda la información.

Los agentes de la Brigada Móvil de la Ertzaintza llevaban casi doce horas de servicio, habían realizado varias cargas policiales con la intención de que las dos aficiones no se enfrentaran,  habían aguantado una lluvia de objetos contundentes por no hablar de lo que supone enfrentarse cuerpo a cuerpo a personas que su única intención es la hacerte el mayor daño posible,  que nadie piense que el paro cardiaco que provocó su muerte no es causa directa del desempeño de sus funciones mientras vestía orgulloso el uniforme que tantos años había portado para servir a la sociedad vasca.

Pero ¿Qué está pasando con las aficiones más radicales de los equipos de fútbol? ¿Por qué ha rebrotado esta unión de fútbol y violencia?. Hace años en España y en toda Europa se vivieron años muy duros en lo relativo a la violencia en el fútbol y cuando parecía que esta lacra se había podido erradicar otra vez se vuelve a reproducir. Uno de los puntos de inflexión fue el mundial de Francia 2016 donde aficiones con un corte de agrupaciones paramilitares vinieron de Rusia y Polonia totalmente organizados con el único fin de generar violencia, cuando a ese cóctel le sumas los hinchas más radicales de la afición inglesa tienes los ingredientes perfectos para ver lo que tristemente toda Europa vio.

En materia de competición internacional como fue el partido del Athletic de Bilbao y el Spartak de Moscú es la UEFA y las autoridades de los países de los dos equipos quien se coordinan para realizar una labor preventiva sobre sus aficionados más radicales. La tarea de inteligencia y trabajo de análisis se tiene que empezar a trabajar meses antes de que empiece a rodar el balón, la identificación en el país de origen de los hinchas más radicales tiene que generar una bolsa de posibles personas que no cuenten con la autorización necesaria para realizar un viaje de estas características, en este caso aun más fácil cuando uno de los dos equipos no pertenece al espacio Schengen. La generación o no de visados podría ser una de las ramas más efectivas.

Este tipo de aficiones tan radicales y tan preparadas para generar violencia estudian a la policía antes de viajar como lo indican en sus redes sociales y propaganda interna incautada y es por eso que las distintas policías tienen que saber adaptarse a las nuevas formas de violencia.

En materia anti disturbios existen dos posibles modelos de actuación; el primero consiste en la acumulación de tantos agentes como personas a controlar, requiere de mucho personal y de mucha previsión organizativa, este modelo lo podemos ver en países como el Reino Unido y Alemania.

El segundo modelo; consiste en la alta preparación de unos grupos determinados a los cuales se les dota de una preparación y material adecuado para hacer frente a grandes masas de personas, se basa en la técnica de control de masas usando medios anti disturbios de medio y largo alcance, ese modelo es usado en Francia y en España. Pero cuando al segundo modelo se le quita una de las principales herramientas como los las pelotas de goma te quedas con un modelo que no es el primero ni el segundo y los que pierden siempre son los policías.

Las tres policías autonómicas que tenemos en España han realizado un cambio de modelo en materia anti disturbios y ha sido eliminar las pelotas de goma, en Navarra también, cambiándolas por unos lanzadores de 40 mm que se han visto como herramientas poco útiles en estos casos. Los gobiernos autonómicos han realizado un cambio de modelo policial en materia anti disturbios sin contar para nada con los informes técnicos, basando sus decisiones en meras acciones políticas basadas en el cortoplacismos.

La policía día a día se juega la vida por la sociedad a la que sirve, pero cuando esta sociedad percibe que algunos políticos dejan a su policía vendida a su suerte; duele y mucho. Pero si algo tiene que tener claro la sociedad, es que esa policía, sea cual sea el color de su uniforme tras recibir un golpe como la muerte de un compañero se levantará y otra vez se pondrá al servicio de ella.


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