• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión /

El día del refugiado con poco que celebrar

Por Gustavo Galarreta

El pasado 20 de Junio se celebró (aunque no había mucho que celebrar) el día del refugiado. Este artículo pretende dar un poco de luz a personas que han tenido que dejarlo todo atrás y empezar una nueva vida a la espera de un futuro mejor. 

Día Internacional de los Refugiados, 20 de junio.
Día Internacional de los Refugiados, 20 de junio.

Por todo el mundo los distintos conflictos obligan a millones de personas a dejar todo lo que tienen para emprender una huida por salvar su vida y este día se intenta concienciar a la sociedad mundial de su situación.

Este es un problema a nivel mundial en el que no habría que hacer distintivos pero me gustaría hacer una mención especial al conflicto bélico de Ucrania.

Siempre han existido conflictos más mediáticos que otros. Es y será una realidad. Sin embargo, la auténtica realidad es que en nuestra Europa se está librando un conflicto bélico y que por las circunstancias o los intereses que sean no se le está dando la importancia real que tiene para todos los europeos. El conflicto bélico en Ucrania desde el año 2013 hasta la actualidad se ha podido cobrar la vida de una cantidad aproximada (según fuentes no oficiales) de 50.000 personas entre militares y civiles. 

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calculaba que 2 millones de personas habían tenido que irse de su casa de manera forzada: 1,2 millones se habían desplazado dentro del país y más de 800.000 se habían refugiado en Rusia. Solo en los años 2014 y 2015, 35.000 refugiados ucranianos pidieron asilo en la Unión europea.

En los últimos meses se han recrudecido los combates entre  las fuerzas independentistas de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk con el gobierno de Ucrania, con más de cien bombardeos contabilizados por ambos bandos y con un número de bajas superior al millar.

En la actualidad los denominados conflictos asimétricos donde no se exponen con claridad ni los frentes de batalla ni los medios con los que cuentan las fuerzas beligerantes nos encontramos que en Ucrania ya son varios los acuerdos de alto el fuego y la ruptura de los mismos. Por no hablar de los constantes desafíos diplomáticos rusos respecto a Ucrania. El último: reconocer como legales los documentos de los residentes en los territorios controlados por los separatistas en las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk.

De esta situación se desprende que, desde que empezó el conflicto en 2013 hasta el año pasado, 11.103 ucranianos pedirían asilo en España. Una cifra importante teniendo en cuenta la situación geográfica de los dos países. Por poner una comparativa con un conflicto mucho más mediático como es Siria, podríamos decir que el pasado año 2.975 refugiados sirios pidieron asilo en España y 2.570 ucranianos realizaron el mismo trámite.

Para Europa tener un conflicto latente en su frontera Este supone un desafío, por lo que ha diseñado una arquitectura de defensa que refuerce esa frontera con Rusia, demostrando así la importancia del conflicto. Pero hablamos de conflictos latentes a miles de kilómetros y nos parecen tan lejanos de nuestra Navarra que parecen estar olvidados. Pero no es así, en Navarra conviven con nosotros refugiados sirios, iraquís, afganos, ucranianos, etc.

Hay muchas personas que trabajan con ellos a diario para facilitar su llegada e integración. Son muchas las instituciones y ONG´s que realizan esa labor y me gustaría citar a dos de esas instituciones por su trabajo. Una es la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) que con 36 años de trabajo infatigable, solo en los 10 últimos años ha atendido a más de 350.000 personas que de la noche a la mañana perdieron todo y se vieron obligados a dejar su casa y muchas veces sus seres queridos.

Desde su delegación en Navarra trabajan para darles todo el apoyo posible a nivel institucional y personal personas como Idoia Oneca. Se vuelcan en un trabajo callado pero eficiente que sin duda requiere de un mayor apoyo institucional a todos los niveles.

Desde el mundo de la universidad también se ha tomado conciencia de este problema global. Desde la Agrupación Universitaria por Oriente Medio (AUNOM) de la Universidad de Navarra, dirigidos por el profesor Santiago Martínez han sido capaces de tejer una red de acogida capaz de dar el apoyo necesario a familias refugiadas llevando a cabo diversas actividades enfocadas a la integración de esas familias. También han diseñado una serie de ponencias y charlas donde se han trabajado, desde el punto de vista académico, los distintos enfoques religiosos y étnicos de distintos conflictos latentes en el mundo.

Si tenemos una juventud concienciada y sobre todo conocedora de la realidad de los conflictos muchas veces lejanos en lo geográfico pero cercanos en lo humano tendremos mucho terreno ganado ante los que por la fuerza quieren imponer sus ideas sobre los demás.

Ningún conflicto bélico es igual a otro, cada uno es diferente y responde a unas situaciones propias. Cada guerra tiene su escenario y sus actores. Si buscásemos un solo origen para cada guerra nunca la encontraríamos, pero hay una figura que si encontramos en todas las guerras por muy distintas que están sean y muy lejanas que estén en el tiempo. Esa figura es la del refugiado, siempre es el eslabón más débil. Es quien siempre pierde y nunca gana. Es por eso que todo lo se haga para dar voz a los refugiados es poco.


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