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Opinión / Sabatinas

Teletrabajo ante el coronavirus

Por Fermín Mínguez

Ponemos 'tele' delante de lo que sea y ya parece que nos hemos modernizado y encontrado soluciones. Teletrabajo ha sido la última novedad, ahora lo descubrimos y, aunque a la fuerza ahorcan, no parece que estemos preparados.

Una persona trabaja en su domiclio con motivo de la situación excepcional generada por el coronavirus
Una persona trabaja en su domiclio con motivo de la situación excepcional generada por el coronavirus

Miren que llevamos años de avances tecnológicos, de herramientas que favorecen el trabajo a distancia; años hablando de revolución tecnológica, de nueva era digital y de lo que quieran terminado en 2.0 y al final tiene que venir un virus para poner el teletrabajo en valor. No pienso hacer bromas con el tema del Corona virus, que bastante broma estamos viviendo entre la falta de precaución de la población que confunde cuarentena con vacaciones de primavera y la visión preclara de nuestros dirigentes que permiten mítines y manifestaciones multitudinarias viendo como estaba avanzando el tema en otros países. Como si la propagación de un virus fuera programable. Los virus son muy de respetar las intenciones de terceros, sí, en fin, con estos bueyes hay que arar.

Para lo que sí estamos preparados tecnológicamente es para la difusión multimedia de expertos mediante vídeos, mensajes, notas de voz (odio eterno a las notas de voz). He recibido mensajes de enfermeras salientes, enfermeros entrantes, doctores, técnicos, pacientes y demás presuntos, porque a saber quién graba los audios, diciéndonos qué hacer y qué no hacer. Hasta los gitanos de Haro, Camarón al frente, se han hecho famosos notas de voz mediante. Para opinar y compartir tontunas sí que usamos la tecnología, sí. Harto de reenvíos de anónimos salvando el mundo.

Pero a lo que iba, cuando ya ha quedado claro que esto se iba de madre y hacía falta frenar el contagio aparece la posibilidad del teletrabajo. Que no está el país ni su tejido empresarial preparado se ve claramente por dos razones.

La primera es que se han tenido que preparar planes y protocolos de teletrabajo deprisa y corriendo una vez que se ha visto que iba a ser inevitable que la gente se quedara en casa, es decir no es que se apostará por teletrabajar como medida de prevención, o para reducir paulatinamente la presencia de trabajadores en los centros de trabajo, no, sino porque no había más pistolas que hacer algo rápido para poder seguir trabajando a pesar de posibles cuarentenas domiciliarias. Que lo podemos vender como que en las crisis surgen las oportunidades y cosas así, pero la verdad es que muy pocos han sido capaces de tener estandarizado un sistema de teletrabajo, que lo único que significa es que uno puede trabajar desde el lugar que más le convenga siempre que cumpla sus obligaciones y objetivos. Porque teletrabajar no es trabajar desde casa, y esta es la segunda razón que demuestra que no estamos preparados, miren.

La segunda razón es que confundimos trabajar en casa con teletrabajo, y no es así. Como no estamos acostumbrados a trabajar en otro sitio que no sea la oficina, lo de trabajar desde casa nos parece hasta exótico un par de días, pero esto va para largo. No es lo mismo jugar un partido de solteros contra casados después de una barbacoa familiar que disputar una liga regular. ¿lo ven? Tengo la sensación de que además se están juntando soluciones, un tres en uno. Porque si tenemos que trabajar, confinarnos y en algún caso cuidar de nuestros hijos, esto ya no es teletrabajo, es más bien telecircodetrespistas. Hay a quienes nos ha tocado teletrabajar con frecuencia y no siempre ha sido una buena noticia. A más de uno le sonará haber trabajado algún día en vacaciones, porque había que revisar tal o cual email, o porque salía una oferta importante- Esos días que solían acabar en tensión familiar por aquello de “te importa más el trabajo que nosotros”, que nunca es verdad, bueno, a saber, que de todo hay, y tenía más que ver con una planificación regular de las responsabilidades.

Favorecer el teletrabajo como medida excepcional es algo más que mandar a la gente con el portátil a casa, ahora mismo mi hija está a mi lado insistiendo en ayudarme a escribir, “dándole a la letra a cuando toque”, como teletrabajo se hace cuesta arriba, Volvemos a hacer un mal uso de las posibilidades de la tecnología.

Pasa lo mismo con la telemedicina y el telecuidado, apostamos todo a la innovación más impactante, que no está mal tenerla como referencia, pero olvidamos la básica, la más accesible y que es de ayuda real y solo nos acordamos de ella cuando truena, como ahora. Quiero decir que está muy bien desarrollar un quirófano 5G que permita cirugías a distancia, pero es igual de importante o más tener un sistema de telemonitorizacion remota no solo para emergencias como ahora, sino como herramienta de racionalización de recursos. Hoy en día existe tecnología que permite el control sanitario domiciliario sin mayor problema, y sin ser demasiado caro. Los ciudadanos se toman los datos que sean necesarios y el personal sanitario lo puede evaluar sin necesidad de contacto, ¿no les suena bien?, pues pregúntennos a quienes trabajamos en el sector, de verdad, que esto funciona. Pero hace falta preparación, previsión, liderazgo y buena voluntad, todo eso. No es la primera crisis vírica que sufrimos, y me atrevo a aventurar que no será la última, lo auguro de hecho, esto de las crisis tiene algo de movimiento pendular, va y viene, va y viene, así que sería bueno que para la próxima, que la habrá, tengamos algo mejor pensado cómo se afrontará, y lo que hoy llamamos novedad tecnológica, pase a ser herramienta útil.

Ya que parece que este no va a ser el fin del mundo, preparémonos para el próximo, y para el siguiente, intentando disfrutar, hasta que llegue alguno en el que hagamos chimpún.


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