• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Sabatinas

La situación más ventajosa

Por Fermín Mínguez

“Lo mejor para este país ahora es un gobierno de coalición”. No te jode.

Parece que más que lo mejor es la única solución. Si alguno de los que han pronunciado esta frase tuvieran la mayoría suficiente para gobernar en solitario, dudo que siguieran pensando que lo mejor es un gobierno de coalición. Cómo nos gusta estar siempre en la situación más ventajosa.

Me fascina esta idea de la situación más ventajosa, la llamaremos SMV a partir de ahora, que las siglas dan caché, si quieren pueden pronunciarlas en inglés (es-em-ví) y ya lo bordan como tertulianos. Los primeros recuerdos que tengo de la SMV son muy de niño, desde el lado del que tiene que tragar con la decisión de otro. Es eso de, si te portas bien te daré tal cosa. ¿Y quién decide qué es bien?, ¿tú?

Puede que pegar al imbécil de niño que han traído tus padres a casa sea la mejor opción, para todos, aunque me quede sin regalo. Pero haga lo que haga, el final no depende de mí, sino del criterio de otros. Así que por si acaso voy generando una excusa que sirva, a ver si puedo cascarle al niñato y conseguir recompensa.

Estas negociaciones nos han acompañado toda la vida, y nos han hecho construir un espacio a nuestra medida. Algo así como la forma que tiene ya el sillón de Homer Simpson. Nuestra SMV particular.

Me han contado que hay gente, ni ustedes ni yo, que cuando suspendía decía que habían suspendido la mayoría, así que lo normal era suspender; si bien si los que aprobaban eran la mayoría, lo que decían era que no había que perder de vista que había quien había suspendido.  Esta gente, ni ustedes ni yo, insisto, ha crecido y ha ocupado puestos de responsabilidad, trabajan y deciden. Han pasado de formar parte del grupo que se quejaba de que cerrasen los bares al grupo de que el ruido y la suciedad de noche son terribles. Han visto la luz, o tempora o mores.

Y también gobiernan. Y aquí es todavía más divertido. La SMV al cubo.

He de reconocer que tenía fe en los movimientos ciudadanos, los partidos nuevos, los nuevos perfiles de los partidos de siempre y/o todos ellos. Pero estoy perdiéndola, a pocos, o a golpes.

Parece que lo que estaba mal no era el hecho de tomar decisiones por las propias pistolas sino el contenido de las decisiones. Y ahora que gobierno impongo las mías propias. Pero ahora está bien. Pasarme por el forro la opinión de parte de la población ahora está bien porque ahora decido. Mi forro es mejor que el tuyo, lo mío no es un forro, es un forrón. ¿Qué a quien me refiero?, decidan ustedes.

Soy capaz de debatir esto con perfiles de casi todos los perfiles políticos. Créanme. Gobernar para todos es mejor desde la oposición. Y al final volvemos a la situación más ventajosa. Recuperación económica, es mi gestión. Depresión económica, es herencia.

Parece que las cosas nos pasaran, sin tener que intervenir. Y luego es la situación la que nos obliga, y las obligaciones dificultan la situación y la decisión nos obliga a situarnos. Y buen desenladrillador será. Así que volvemos a la SMV durante el tiempo que nos dejen y a ver si cuela.  

Tiene que ser más sencillo, supongo que el de la SMV ahora soy yo, que no tengo nada que perder. Pero quizás ese sea el truco ir con la honestidad de quien no tiene nada que perder, ni que esconder. El otro día tuve una discusión de lo más interesante sobre la España multicultural y plurinacional entre un gallego, un cántabro, un leonés y un navarro mientras nos duchábamos después de un partido de rugby.

Créanme, poco que esconder allí. Cuatro planteamientos, ninguna intención de convencer y sí de sumar. Perfecto. No propongo trasladar el parlamento a una sauna, pero estoy convencido que sin tanto que justificar y mirando hacia adelante es más fácil construir. El “ahora me toca a mí” no lleva a ningún sitio, bueno, a favorecer una SMV al próximo que entre, que hará lo que le dé la gana justificándose en que el anterior lo hizo.

Hay que dejarse la piel cuando hay que dejársela, cuando se puede decidir, y no dejarse la voz quejándose.

Hablando de plurinacional y rugby, este sábado empieza el VI Naciones, y tengo que aprovechar para hablar de rugby, claro. Pocos partidos con más significado se me ocurren que un Inglaterra- Escocia, por ejemplo. En un deporte en el que además hay contacto del bueno.

Pues bien, no creo que haya polémicas con los himnos, con declaraciones de entrenadores, con políticos calentando el ambiente, aprovechando la coyuntura; lo que sí creo es que se verán partidos encendidos, duros, viscerales sabiendo que ganar dará una sensación de superioridad a todas aquellas personas a las que representan. Más allá del triunfo personal. Los 80 minutos son para dar lo mejor, para conseguir una victoria que perdure. Sin especular. La única situación ventajosa será la que genere el juego. Así se hace historia, sin especular.

Me hubiera encantado escuchar, en un ejercicio de sinceridad, que alguien dijera “ya que no queda más opción que gobernar en coalición, vamos a ver cómo lo hacemos lo mejor posible”. ¿A qué hubiera sido bonito?, ¿eh?, ¿a qué sí?

Pues ya que no van a pensar en mí, al menos que me traten con cuidado. Esta suerte no la tendrán en el VI Naciones, pero seguro que les va mejor. 


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La situación más ventajosa