Por fin he conseguido ver Rogue One, la película de La guerra de las Galaxias evitando que me la destriparan (aquí no lo haré, sin spoilers para los modernos) el mismo mes en que Donald Trump será investido presidente de EEUU. Qué cosas.
Soy fan total, como de tantas otras cosas, de Star Wars y su saga sobre todo por la capacidad que tiene para sorprenderme, y por toda la historia que late detrás de una simple batalla de espadas láser y personajes fantásticos. Esta de Rogue One es una historia de esperanza, de confianza y de entrega total por unos ideales. Es una historia bonita, y realista en consecuencias. Todo lo realista que es una historia galáctica, claro, pero que explica muchas cosas con pequeños detalles, es impactante la escena en la que aparece Darth Vader (el del casco oscuro, el malo) y puedes llegar a entender mejor sus por qué, por ejemplo. Es una historia de fe a pesar de todo. La fe de los buenos.
Y qué pinta Trump aquí, se dirán, pues pinta porque no solo los buenos tienen fe. Si no ya me explicarán el nombramiento de Trump el día 20 a qué obedece. Voy a evitar juicios de valor, o lo intentaré, y centrarme en las propuestas reales que lo han llevado a la presidencia de la primera potencia mundial.
Este señor ha dicho frases como que es mejor cambiar de mujer cuando cumplen 35, hay que hacer el check- out decía; o que las situaciones de acoso en el ejército son normales porque “a quien se le ocurre juntar a hombres y mujeres”, o que es peligroso que tu esposa trabaje. Y sin embargo ha tenido respaldo de voto femenino.
De los inmigrantes ha dicho todo tipo de lindezas, como que México envía traficantes y violadores, además del tema del muro reembolsable. También ha tenido para musulmanes y chinos. Y sin embargo ha contado con el voto inmigrante.
La última ha sido decir que para que no haya suspicacias con sus negocios los deja en manos de terceros, terceros que son sus hijos… así que excepto que sean como los Pantoja o los de Puerto Urraco donde el concepto de familia no es garantía de nada, no es muy creíble esa separación de sus empresas.
Pues fíjense, que un tipo que ha dicho todas estas barbaridades, que cuando empezó la campaña para ser candidato republicano todo el mundo creía que era una broma, que no ofrecía garantías, que nada tenía que hacer contra el niño bonito republicano Cruz, que si una democracia madura como la americana no permitiría un perfil así, va y gana las elecciones. Porque no está allí por azar, no, está porque le han votado. Alguien cree en este tipo a pesar de todo esto. Él creyó en todo esto a pesar de él mismo. Tóquense las narices. Un tipo así ha ganado. No me digan que no es tener fe.
A lo mejor le han votado como castigo a la otra opción, y en el castigo se les ha ido la mano, igual el hartazgo de lo conocido ha aupado a un señor que no tiene intención de gobernar para todos sino para los suyos y sus intereses. Y esto me temo que pasa demasiado y que luego no valdrá de mucho lamentarse. Eso nos suena.
Rogue, en inglés, significa pícaro, travieso y pillo; pero también bellaco, deshonesto y malvado. Así que ha ganado Rogue One, y como decía al principio, no solo los buenos tienen fe, la fe de los pillos, sino que los bellacos también tienen fe, la fe de los malvados.
Hay quien utiliza su rabia, su ira o incluso su odio como motivador y lo convierte en una herramienta de mejora, y hay quien lo utiliza para hacer peores a los demás, para meter miedo. La Resistencia, los Rebeldes o el Imperio. La luz, la fuerza, o el lado oscuro.
Toda situación es susceptible de cambio, dependerá de que los hombres buenos no tengan miedo. Porque las fes pueden confundirse, las buenas personas no.
Que la fuerza esté con ustedes. Y las agallas, las agallas también.
