Renacer en Navidad

La suicida tenía 7 años. Siete. Y ha pasado desapercibida. 7 años. Y lo hizo en nombre de Dios. Esta no va a ser una felicitación navideña al uso.

Me enteré gracias al recorte que publicó un amigo en redes sociales, y la edad de la niña no parecía algo relevante. Como si estuviéramos tan acostumbrados a estas atrocidades que ya diera igual. Total, 3 muertos más. 4 con la niña, y un puñado de heridos. Ni tan mal, suelen ser más. Pasar de página, un sorbo al café y a ojear la sección de deportes.

Buscando información encuentro un vídeo donde los padres de dos niñas, algunos dicen que de esta, las alientan a inmolarse. Islam y Fátima se llaman. Y las alientan a hacerlo en nombre de Dios. Tócate las narices. Inmólate tú en tu nombre, sinvergüenza.

Recuerdo que en 2º de BUP (4º de la ESO para los actuales estudiantes, y 2º año sin hacer nada para los concursantes de Telecinco) fuimos con BUP Leyre, mi colegio, a una manifestación contra la guerra, seguramente la primera de Irak con una pancarta que decía “Queremos que nunca nadie mate a nadie”. Rotundo y claro.

Más que una pancarta era un axioma (según nuestra amiga la RAE: Proposición tan clara y evidente que se admite sin demostración). Por más que la leo no le encuentro fisura, pues bien, ni así. Hubo quien nos criticó desde las más variopintas posiciones, que si éramos provida, que si define matar, que si de qué idea política hablábamos… y creo que ese es el problema. Que sólo nos duelen los muertos afines. Quizás por eso nos da igual que la kamikaze tenga 7 años, porque está lejos y no es nuestra gente.

Pero fíjense lo sencillo que es que a uno lo confundan. En ese nadie mate a nadie, los sujetos activos son los nadie, porque los que son alguien, o así se lo hacemos creer nunca tienen las agallas, la vergüenza o las tripas de bajar al barro a matar, nos envían a los nadie a ejecutar, y nosotros aceptamos. Sobre todo si estamos en los nadies que matan, no en los que mueren, pero nos llamamos igual: nadie. Y así es fácil que las tornas cambien y nos encontremos en el otro lado de la moneda. A ver qué hacemos entonces.

Ninguna religión puede pedir matar, ningún Dios pide vidas a cambio de glorias. Otra cosa es que si hay que elegir entre comprometerse toda la vida o hacer un acto en un momento que nos abra las puertas del cielo elijamos lo segundo. Además de asesinos, vagos. De verdad, si alguien quiere entregar vidas a cambio de la vida eterna, que entregue la suya, pero que al resto nos deje en paz. No hay nada más egoísta que buscar la gloria gracias al sacrificio de otros, por lo que no creo que tenga recompensa.

Si ninguno de nosotros decidimos matar, si nadie inculca el odio a sus hijos al que piensa diferente, si cada uno asume su responsabilidad en esta escalada de violencia gratuita, nadie podrá imponernos ninguna muerte. Lo mal hecho, hecho está, pero  no repitamos patrones. Ninguna violencia justificada, en nombre de nadie, ni religiones ni banderas. Nunca.

Queremos que nunca nadie mate a nadie.

Y ahora va mi felicitación de Navidad, que con este previo no sé cómo encajará, pero Navidad es nacimiento, y nacimiento siempre es oportunidad. Siempre. Así que les deseo una Feliz Navidad, les deseo que nazcan a la vida que quieran tener, sin miedo y sin prejuicios. Aprovechen la oportunidad y nazcan, Y si no acaba de salir bien, nazcan de nuevo. Navidad es oportunidad. Hay quien dice que Navidad es una gran mentira, yo creo que no, creo que depende de cada uno recibirla y aprovecharla.

Feliz Navidad, queridos.

La canción, que es una versión preciosa dice que:

Nunca es demasiado tarde para volver a empezar/

Para salir a buscar tu tesoro/

Caminos sueños y promesas/

Caminos que ya son nuevos.

Pues eso, que feliz Navidad.

https://open.spotify.com/track/3n9YA4iQzCsOwYvYg2h20c