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Opinión / Sabatinas

Pedro y el lobo

Por Fermín Mínguez

La fábula se titula así, ¿la conocen?, esa en la que un pastor hace broma con que viene un lobo y luego nadie le cree. Esa fábula que habla de liderazgo responsable en tono infantil.

Una trabajadora de la limpieza desinfecta el atril, este miércoles en el Congreso, tras la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para explicar la declaración del estado de alarma y las medidas para paliar las consecuencias de la pandemia provocada por el coronavirus, en Madrid (España), a 18 de marzo de 2020.

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18/3/2020
Una trabajadora de la limpieza desinfecta el atril, este miércoles en el Congreso, tras la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Einstein decía que liderar con el ejemplo no es la mejor forma de liderar, sino que es la única, y mira que el tipo no fue el mejor ejemplo de esto porque debía ser tela de puertas para adentro, pero aquí tenía razón. Cada uno es responsable del ejemplo que da, y cuanto más responsabilidad, mayor impacto del ejemplo.

No voy a hablar de la falta de previsión ante esta crisis porque hablar a toro pasado es muy de cuñado profesional y de tertuliano listo, de esos que lo sabían antes que nadie pero siempre hablan a posteriori. Y mira que teníamos la ventaja de lo que estaba pasando antes en otros sitios y bastaba con replicar las medidas que ellos tomaban, algo antes de que pasara lo mismo que tenía que pasar.

Esto me da igual que lo apliquen a nivel internacional que a nivel autonómico, que soplagaitas hay en todos los sitios, y en lugar de criticar lo mal que lo hacen los demás, bastaría con anticiparse. Pero en fin, entiendo que puede ser difícil anticiparse y es más fácil pensar que a mí no me pasará, lo que no entiendo es que una vez estamos en el marrón, y marrón oscuro este, no actuemos en consecuencia ni en presente ni para futuro,

Vamos a ver, lo que no puede ser es que se genere un estado de alerta, se exija a la población un esfuerzo titánico por no salir de casa, porque estar una semana en casa es difícil, con niños qué les voy a contar, y luego quien toma las decisiones se lo pase por el forro de los cojones. (Ya me disculparán pero me tienen contento)

Se le pide a cada cual por su capacidad y responsabilidad. Y nosotros, que majos somos majísimos, nos confinamos y nos confitamos si hace falta. SI notas algún síntoma leve no vayas al médico y cuídate en casa que no vamos a hacer pruebas porque es un gasto tremendo y solo se las harán al personal sanitario y de seguridad porque son prioritarios.

Bueno, y también a la mujer del presidente del Gobierno, que como sabemos juega un papel vital en el desarrollo de la crisis, y a los políticos que estuvieron en las manifestaciones o en los actos políticos que convocaron, que es vital que puedan salir en la tele para no perder comba, y de todos los congresistas que quieran porque como estos dieron, igual ellos también. Ah, y a los futbolistas, que siempre se han implicado en la solución de las crisis colgando fotos en sus casas con emoticonos sonrientes y con los dedicos para arriba. Nosotros, que solo somos ciudadanos que teletrabajan y teleeducan a sus hijos mientras se confinan y se cuidan, no. A nosotros no.

Oigan, y no olviden que si alguien cercano a ustedes ha dado positivo tienen la obligación moral, social, ética, profesional, jurídica, epistolar y personal de guardar la preceptiva cuarentena, porque sería muy irresponsable que habiendo estado expuestos al virus, y sabiéndolo, te dé igual y salgas a esparcirlo. Excepto si sonde vas es a un consejo de ministros en el que te juntas con otros veinte o tienes que dar una rueda de prensa que no podrías dar desde casa porque claro, lo del confinamiento y el teletrabajo no procede cuando uno cree que está por encima del bien y del mal.

Vamos a ver, que entiendo que gestionar una crisis de estas tiene que ser terrible, dificilísimo, pero cumplir las propias normas que uno impone no lo es tanto. Si no han sido capaces, ninguno ojo, que esto no va de partidos y siglas, de prevenir lo que venía, sean al menos capaces de gestionarlo hacia adelante. Mi nivel de responsabilidad es mantenerme en casa, teletrabajar lo que pueda, hacer que mi hija pueda hacer sus deberes y ser lo más feliz posible en esta situación (esto antes que hacer las manualidades en forma de dados del infierno, por supuesto) y mantener la moral alta para no hacer un Waco en mi portal, y esto lo asumo y lo hago por mi bien, el de mi familia y el bien de la comunidad. Pero cada uno que asuma el suyo.

Los servicios sociales, los sanitarios, la gente de limpieza, los de los supermercados y todos los que están dando la cara física en esta crisis con los riesgos que conlleva están asumiendo su parte de responsabilidad, dando ejemplo, liderando con él y dejando una impronta que servirá para futuras generaciones. Igual que la mayoría de empresarios pequeños y medianos de este país, y los autónomos, que se están mirando a los ojos a la ruina pero que luchan por seguir.

Pues bien, si cada uno estamos asumiendo nuestra parte, por favor, quienes tienen la capacidad de dirigir, capacidad y obligación que les hemos delegado mediante votos, háganlo. Dejen de convocarnos en los balcones como si esto fuera un zoo en altura para que aplaudamos cada día a un colectivo y empiecen a cuidarlos como merecen. Ahora ya sabemos qué pasa en estas crisis y qué problemas hemos tenido, así que además de liberar fondos para salir de ésta, que ya nos la comemos, empiecen a pensar en cómo haremos para evitar la siguiente.

Por mí se pueden meter las dedicatorias en los balcones por donde les quepa, (sigo enfadado, perdonen) y en lugar de aplaudir a los sanitarios dígannos cómo se va a reforzar la estructura en salud para que no desborde en próximas pandemias. Estoy seguro que los sanitarios prefieren esto a los aplausos, de verdad. Igual pasa con los investigadores, que ahora nos acordamos de ellos para meter prisa con la vacuna, como si fuera un sabor nuevo de helado, y hasta ahora los hemos tenidos arrinconados con sueldos míseros en un sistema perverso donde es imposible ganarse la vida salvando otras.

Cuéntennos ese plan de activación de servicios sociales donde el precio del servicio y la plaza concertada va a cubrir las necesidades reales de una parte de la sociedad desprotegida, o como van a hacer para modernizar y articular las fuerzas de seguridad para que no se jueguen la vida por tres duros, más allá de poner fotos tiernas ahora.

Esto es liderar con el ejemplo, asumir que no se ha sabido hacerlo mejor pero que se tiene la capacidad de solucionar esta situación dando ejemplo y que además se tiene la visión de cambiar lo que se ha hecho mal para que no se repita. Y todo esto sin aprovechar para mensajes partidistas pensando en próximas elecciones, que suenan rancios y cerriles. Porque esta altura de miras, este liderar con el ejemplo, necesita de un consenso común, pensando que en la próxima crisis y gobierne quien gobierne los ciudadanos confinados tendrán una estructura que los proteja y los saque de esta situación.

A Pedro, el de la fábula claro, ya le ha comido el lobo la mitad del rebaño esta vez, confío en que la próxima vez que aparezca, el lobo de lo que sea, lo molamos a palos porque hayamos aprendido de este incendio. Que el fuego quema, pero también limpia y purifica.


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Pedro y el lobo