• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión / Sabatinas

Tú me hacías sonreír

Por Fermín Mínguez

Otra semana de despedidas antes de tiempo, y no puedo dejar de pensar en lo que nos gusta reconocer a posteriori, en cómo algunas muertes nos impactan y nos hacen reflexionar. También pienso en lo pronto que se nos olvidan esas reflexiones.

Pau Donés, líder de Jarabe de Palo, recientemente fallecido. ARCHIVO.
Pau Donés, líder de Jarabe de Palo, recientemente fallecido. ARCHIVO.

El otro día recibí un mensaje que me recordaba la noche en la que acabamos en Madrid con Pau Donés. Seguro que fue después de cerrar el Rajajá, todo lo memorable pasaba después del Raja. Me encantaría contar una historia chula, de esas que todo el mundo cuenta ahora, de algo que me dijo que me marcó y me tatué, pero la verdad que lo recuerdo con bastante normalidad. Nos empeñamos muchas veces en dar aire de profeta a las personas para que ganen valor, como si no fuera suficiente ser un ejemplo de normalidad. Parece que necesitamos la hipérbole vital para que los referentes tengan valor.

Hay una frase de Eric Hoffer que dice que no es nada sencillo entender lo simple. De hecho es tan complicado que preferimos enzarzarnos en dinámicas súper complicadas de vida, seguramente para evitar afrontar lo simple. Cuanto más ocupados pensando en concienzudas formas de complicarnos la vida, mejor. Cuanto más sobrecargándonos de justificaciones sobre cuánto trabajamos y el poco tiempo que nos queda para disfrutar, más contentos. Mejor ocupar el tiempo en quejarnos de que no podemos vivir, que en vivir. Es más cómo do poner en valor todo lo que hacemos, y acumular horas de no se qué que afrontar el hecho de que la vida se nos escapa entre los dedos, que no hacemos caso a quién debemos y de que lo único que nos quedará serán a los que hemos querido. El resto vuela. Esa prepotencia de creernos imprescindibles en lo personal, las miles de horas invertidas no computan en afectos.

Sin embargo se muere Pau Donés y reventamos redes sociales, estados de WhatsApp, camisetas y lo que haga falta, con frases de positivismo, resistencia y amor a la vida. Hacemos nuestros sus mensajes como si así los incorporásemos en nuestra vida. Tres días de militancia en la vida y luego a seguir. Toma de conciencia temporal, y vuelta a las anteojeras, esas piezas que se pone a los burros para que solo miren hacia adelante, y que la RAE también define como una "actitud mental o prejuicio que sólo permite ver un aspecto limitado de la realidad". El que no nos cuestiona es el que nos deja ver. 

Me ha afectado la muerte de Pau Donés, sí. Supongo que porque coincide en edad y fecha con el aniversario del día en el que perdí la esperanza, que aunque sea lo último en perderse, también se pierde. O puede que porque me pone de frente a esa ausencia que no lleno, con frases que reconozco, “sed felices porque la vida es urgente”, que me llevan al mantra que me acompaña desde hace dos años, el “sed buenos pero sobre todo sed felices” de Cris.

O quizás por la rabia que me produce que se nos llene la boca con frases de otros, alabando sus mensajes pero incapaces de tomar las decisiones necesarias para hacer de nuestra vida y la de los otros un lugar mejor. Reconociendo siempre el valor que dan a la vida los que se han ido, en lugar de vivir la nuestra. Hoffer decía también que es más fácil querer a la humanidad en general que al vecino. Mucho más fácil. Mejor defender a le vida de los negros que al negro de la esquina. Mucho más fácil llevar camisetas feministas que respetar a la mujer de al lado. Mucho más fácil compartir las frases de urgencia de alguien que sabe que se va a morir, que vivir con urgencia nuestra vida que, ojo, también se nos escapa.

Lo que nos queda es lo que podremos recordar, lo que hayamos decidido vivir, y, lo que es peor, lo que podamos rescatar cuando echemos de menos. La vida no es ni condicional ni pluscuamperfecta. Es indicativo, presente y futuro. Menos “si hubiera sabido habría” y más “he y haré”. Ese vivir recordando en condicional, además de muy doloroso, impide que hagamos cosas nuevas lamentándonos de lo que pudimos hacer y no hicimos. Los futuros “si lo hubiera sabido” se están fraguando hoy. Esa palabra sin decir de mañana puede decirse hoy. Igual que aquello que no hicimos, que puede hacerse mañana.

Piensen en qué no darían por un día más con los que perdimos, por poder decir o vivir eso que hoy echamos de menos. Pues eso está a nuestro alcance hoy con las personas que sí tenemos cerca y no valoramos porque no somos conscientes de que las perderemos. Mucho mejor los abrazos y los te quiero mucho hoy, que las lágrimas de mañana.

Porque al final lo importante es lo que vivimos, y la huella que dejamos.

Yo, que pienso en ti cada día, que te echo de menos siempre y que te lloro sin razón ni aviso, recuerdo que tú me hacías sonreír. Ojalá consiga dejar ese recuerdo en mis cercanos. A eso hay que dedicar el tiempo. A vivir todo lo que podamos, no se me ocurre mejor homenaje a quienes hubieran querido vivir más de lo que les tocó.

Que no nos falten las fuerzas ni la voz para hacer eso que queremos hacer, y decir eso que sabemos que tenemos que decir.

La vida es presente de indicativo. La vida es urgencia, y lo urgente es ser feliz.

Hagámonos sonreír.


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Tú me hacías sonreír