• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / Sabatinas

Navarro

Por Fermín Mínguez

¿Tú que eres? Navarro. ¿Y después? No entiendo. ¿Vasco o español? Pues navarro.

Escudo de Navarra. MIGUEL OSÉS
Escudo de Navarra en un acto oficial. MIGUEL OSÉS

Hoy toca hablar de la tierra, de la raíz, en el día en el que está convocada una manifestación con la bandera de Navarra como lema.

Siempre me ha llamado la atención esa necesidad de que a lo navarro haga falta ponerle una supra identidad, como si no fuera suficiente con ser navarro, exigiendo posicionarse más allá del elemento común.

La bandera de Navarra siempre ha funcionado como elemento cohesionador, identitario, aglutinador, lo que tiene mucho valor si tenemos en cuenta lo diferentes que somos los navarros y esa terquedad propia que nos hace enrocarnos con demasiada facilidad, O quizás sea por eso mismo por lo que hemos conseguido mantener la identidad, porque hemos sabido integrar diferentes pareceres y sensibilidades bajo una bandera que nos ha identificado durante varios siglos.

Miren, el otro día en el chat del equipo de rugby apareció la foto de un culé convencido vestido con una camiseta del Madrid (de García Calvo además, para más inri y choteo), por una apuesta. Seguramente la misma que hizo a un perico de pro posar con una del Barça. ¿Qué por qué les cuento esto?, pues porque bajo la bandera del equipo conviven, convivimos pelajes políticos de todas las propuestas, y cuando digo todas quiero decir todas. TO-DAS.

Y sin embargo nadie cuestiona la bandera común, la que nos ha traído hasta aquí y hace que los golpes duelan menos o no duelan o merezcan la pena. Y a nadie se le ocurre proponer otra bandera porque sea de un equipo mejor o más potente, y mucho menos dudar de su compañero de equipo. Uno pertenece a donde pertenece, y luego vienen los matices, pero esos son personales.

Y en lo personal es donde nace la discusión, porque cada uno tiene su parecer y todos podemos tener razón. Esto es como aquellos amigos que se reconocen cinéfilos porque ven una película diaria y a uno le gusta Robert de Niro y al otro Rocco Sifredi, pues ambos son estandartes del cine que protagonizan, pero va a ser que no estamos hablando de la misma categoría cinematográfica…

Pues eso mismo pasa con las banderas, están las históricas, las que arrastran representatividad histórica, y las que tienen representatividad política, las que se han creado para dar respuesta a una realidad política, y por lo tanto artificial.

Lo cultural no necesita banderas, y lo que forma parte de la historia ya está recogido en ella, y se puede poner en valor. Lo que no tiene sentido en generar enfrentamiento y entrar en un debate estéril sobre si hace falta otra bandera más en el balcón. Porque el problema no es la bandera, el problema es que parece que no es suficiente con lo que hemos hecho hasta ahora como Navarra, antes como reino ahora como Comunidad Foral, como para tener que esperar que alguien nos acoja.

No todo va a ser política, no es un tema de izquierdas o derechas es un tema de reconocimiento histórico. Conozco gente de derechas que estará mañana en la manifestación, y de izquierdas, y muchos sin opción política que estarán. Y la mayoría van a ir no por estar en contra de nada, no, sino porque se sienten representados con su bandera actual; porque creen necesario reivindicar sus símbolos. Y si es así será porque los sienten amenazados, y todo el mundo está en su derecho de reivindicar lo propio. De salir a la calle.

Me van a permitir cerrar antes el artículo hoy, porque creo que hoy la palabra la tienen los navarros, los que se manifiestan y los que no, claro, pero al menos los que no tendrían que escuchar lo que pase esta tarde y ser consecuentes.  

Mientras tanto colgaré mi bandera de Navarra en mi balcón de Barcelona, sólo para decir que aquí vive un navarro, que se siente orgulloso de su historia, que no necesita que nadie lo tutele y mucho menos que alguien aproveche su historia para envolverla en banderas nuevas.

Creo que pocas cosas mejores pueden pasarte en la vida que ser navarro, ¿y después?, ¿que qué quiero ser después?, pues feliz. Navarro y feliz, no sé qué más les hace falta a algunos en la vida.

Hoy sin canción, cada uno que cante la suya, faltaría más.


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