• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / Sabatinas

La vida real

Por Fermín Mínguez

Cada vez resulta más difícil escribir y no enfadarse, y sobre todo decir algo original, intentar sorprender y enganchar cuando la realidad social es la misma decepción en bucle, pero me voy a esforzar en hacer un XP, ¿se acuerdan?, destacar  lo positivo.

Andrés Iniesta sentado en la soledad del Camp Nou en el día de su despedida. FOTO FCB
Andrés Iniesta sentado en la soledad del Camp Nou en el día de su despedida. FOTO FCB

Esta realidad marcada a golpes de sentencias judiciales que no es que sorprendan la verdad, al menos esta semana, pero que desaniman y encienden la rabia, resulta complicado encontrar esa luz que tranquilice, ese ejemplo en el que mirarse, el XP vamos.

Había pensado en hablar de Iniesta en la semana de su despedida del Barça. Ponerlo como ejemplo de bien hacer y discreción en un mundo histriónico y egocéntrico como el del fútbol, donde la estridencia de vestimentas y tatuajes, (outfit y tatoos para los modernos) son la norma. Que triunfe un tipo normal es algo extraordinario.

Xavi me decía con buen criterio que el Barça no solo pierde talento, sino que pierde enganche con la gente, pierde a un jugador que caía bien en todos los campos, que transcendía más allá de lo propio de su profesión. Se puede brillar sin seguir la corriente y sin llamar la atención. Se puede hacer bien sólo haciéndolo bien, sin depender de que otros lo hagan mal. Pero es cierto lo que dice Segura, que es un futbolista y que nos ponemos pesaditos encumbrando encumbrados. Agree.

Así que tenía que buscar otro XP como contrapunto a toda la gentuza que se ha demostrado esta semana que han robado dinero público y que han aprovechado su posición política, para la cual les elegimos nosotros, para lucrarse y lucrar a sus amigos. Una de las cosas que echo en falta en el código penal es que cuando haya una sentencia firme por corrupción o malversación (espero que esta llegue a serlo) los condenados tengan que devolver el dinero.

Creo que esto es lo que aleja a la clase política de la vida real, ellos creen que son intocables, y nosotros hemos renunciado a nuestro derecho a que nos respeten quienes hemos elegido como representantes. Seguimos trabajando, quienes tenemos la suerte de poder hacerlo, cotizando nuestra parte porque si no nos sancionan para que la dilapiden una panda de sátrapas a los que hasta ahora parecía que no les iba a pasar gran cosa. La talegada que se han pegado con sentencias ha sido importante, pero no sé si será suficiente. Lo suyo sería una cascada de dimisiones e intentar regenerar todo lo posible, pero no h sido así hasta ahora y tampoco parece que vaya a serlo.

Lo peor es que asistimos ojipláticos al desfile de ladrones y prevaricadores, pero asumimos que esto función así. Después de los memes propios la normalidad ha vuelto al día a día, ¿lo han notado? Y en ninguna conversación de los grupos de whatasapp en los que estoy se hablaba de esto ya.

En uno de ellos mi amigo Pepe se quejaba de que una visita había importunado sus planes de viernes noche con su pareja y estaba en su sofá chateando; Bastin  y La Chunga están haciendo camas para el batallón de universitarias y Coco no se entera de nada porque como no ha aceptado la nueva política de privacidad no le llegan mensajes.

En otro, en mi grupo de cabecera del que ya les he hablado, estamos monitorizando el fin de semana en Málaga de Iron Man  como si fuera un Gran Hermano, preocupados porque cumpla con todo el check list que se ha marcado.

La preocupación general seguro que existe, pero en la vida real, en el día a día, en las conversaciones de noche lo más importante sigue siendo la gente que tenemos cerca.

Y esta es la vida real, estos son los XP en los que me quiero fijar, en todas esas personas que siguen adelante a pesar de que las noticias te quiten las ganas.

Por cada Zaplana hay mil Iniestas, y ahí tiene que nacer la protesta, en la seguridad de que somos más los honrados que los chorizos, sería bueno que lo supieran.

Me encantaría poder reclamar la parte que me han robado, no sé, lo que me corresponda. Siete euros con cincuenta ocho céntimos por ejemplo, lo proporcional a los millones que se han llevado. Que igual para treinta y pico millones sí que son insolventes, pero para siete euros seguro que les da. Lo he planteado alguna vez, pero no sé si puede hacerse, si hay algún letrado en la sala que lo pueda aclarar, por favor.

Lo que tenemos que conseguir es que la vida real también les afecte a los que viven por encima de ella. Que lo real sea que si te pillan con la mano en la caja del dinero te caiga la del pulpo y que la estructura que te sustenta dimita en bloque.Y se devuelva hasta el último céntimo. Conseguir que no se hable en tercera persona, de lejos, de lo que afecta a la gestión del dinero de todos.

No me gusta que me gobiernen ladrones, y puede que sea un poco naif pero estoy convencido de que hay mucha gente capaz de gobernar con honradez, más allá de siglas políticas. No es normal que se dilapiden presupuestos, no es normal que haya quien se enriquezca por utilizar su puesto ni por el uso de información privilegiada.

Lo propio es que sólo puedan ser cargos públicos quienes demuestren capacidad y estén limpios de sospecha y condenas, y quien roba que lo devuelva. Y si es dinero público, que se haga con recargo. ¿No creen? Pues esto tenemos que pedirlo.

A ver si así podemos dedicarnos a las cosas importantes de la vida, como la vida de nuestros amigos, si el fin de semana de Iron Man acaba como prometía o si Pepe ha conseguido su objetivo de viernes noche. Eso es lo importante, lo que la gente común construye, lo que nos hace reír y en quién podemos confiar. No es un tema de que haya un Iniesta, sino de que sepamos reconocer a los Iniestas del día a día. Y que rompamos cadenas autoimpuestas, eso también.

Practicar el XP ayuda.


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