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Opinión / Sabatinas

La filosofía, lo sencillo y lo verosímil

Por Fermín Mínguez

“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”, decía Bertrand Russell, no se me ocurre mejor entrada para estas semanas de Eurocopa y elecciones.

El señor Russell, Bertrand para los amigos, fue un matemático y filósofo inglés que obtuvo el Nobel de Literatura. Hay que ser especial para ser matemático y Nobel de Literatura, ¿no creen? Es una de esas lecturas que cuestionan que hacen razonar y plantearse que la evolución no se hace ratificando seguridades sino cuestionándolas.

Estas semanas de fútbol y elecciones en redes sociales hubieran hecho las delicias de Bertrand. Es increíble este enrocarse (en cualquiera de las definiciones de la RAE) en la defensa de la opción propia, ese no cuestionarse que puede que en algo no se tenga razón o incluso, a lo loco lo digo, que haya alguna opción diferente a la nuestra que pueda tener razón.

Pues no, eso no se contempla. Sólo se critica y se proclama la superioridad de nuestra opción, y esas son formas peligrosas. Hemos llegado a utilizar el mismo argumento para defender y negar lo mismo. El Sr. Russell decía que “la calumnia siempre es sencilla y verosímil”, algo así como una versión de comida rápida de la verdad, donde es más importante que sea creíble antes que cierto.

Del gol de Piqué con España mejor no hablar, porque ha pasado lo mismo. Lo de menos es el gol, lo importante es lo que opinamos sobre él y como justificarlo. La más divertida que he oído es que juega por dinero, no por sentimiento. El resto del equipo son la versión futbolística de las Hermanitas de los Pobres. Lo subjetivo antes de lo objetivo. Lo sencillo, lo digerible. Es curioso lo que se parecen digerible y dirigible. Traga y cree.

Y con este panorama nos encontramos ante la reducción de presencia de la filosofía en el plan de estudios de Bachillerato. Precisamente cuando más necesitamos cuestionarnos, de valorar opciones, de poner en duda lo que nos cuentan. Me preocupa, mucho, que no formemos en la discusión y que validemos el enfrentamiento, y creo que no es casualidad. Estas segundas, por el momento, elecciones son fruto de la falta de entendimiento y de valor para negociar y gobernar en minoría. De la necesidad de no tener que andar cediendo y reconociendo que otros pueden tener razón, que eso es muy trabajoso. Mejor imponer, que es más fácil. Aquí Russell decía que “Cuando encuentres oposición, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria” Y nos lo queremos perder. Queremos privar a las próximas generaciones de esto.

Que en una situación como la nuestra hay que ser más productivos, tener perfiles más enfocados a lo técnico, dicen. Pensar es la mejor forma de producir, cuestionarse la de crecer, dudar la de avanzar.  Tengo la sensación de que tienen que ver menos con el tema de la producción y más con el del pastoreo, es más fácil tener un redil de productores que de pensadores. En nuestra mano está decidir entre quedarnos en lo mundano o apostar por trascender, por atravesar el muro que lo separa.

Asumir que sólo nuestra posición es cierta, que somos los dueños de la razón, lo único que hace es alejarnos de la posibilidad de mejorar, aislarnos. Aunque quizás sea eso lo que queramos, que fuera de la certeza se vive peor, la crisis exige tomar decisiones y eso incomoda. Vas a tener razón Bertrand cuando dices que “lo que los hombres realmente quieren no es el conocimiento sino la certidumbre” Toda la razón, porque las certidumbres se defienden, no se cuestionan. Eso sí, luego no vale quejarse.

Los ingleses tienen una expresión que me encanta para definir cuando algo es difícil de controlar, dicen que es como “pastorear gatos”.  La intención del pastor no hace el comportamiento del rebaño. Prefiero ser gato. Y aceptar la incertidumbre. Y agradezco mucho haber tenido Filosofía en mi programación curricular, y los esfuerzos titánicos de Carlos, excelente profesor, por domar esa manada de caballos de 16 años que éramos y lo que aprendí a cuestionarme fuera de la zona de confort.

De hecho reconozco que Bertrand Russell no es uno de los santos de mi devoción, lo siento Bert, y sin embargo recurro frecuentemente a él, a sus enfoques, a sus citas.

Necesitamos pensadores para avanzar, necesitamos ser pensadores para diferenciar entre vivir y sobrevivir, para reconocer lo que separa lo mundano de lo transcendental. Hay quien lo llama wonderwall.


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