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Opinión / Sabatinas

Delinquir por encima de nuestras posibilidades

Por Fermín Mínguez

Esta semana de declaraciones y entrevistas salvadoras, de nuevos presuntos implicados en evasión y blanqueo se cierra encima con la muerte de Prince. Vaya 2016 este de despedir a creadores y mantener a estafadores. Vaya añito.

Siempre me ha hecho mucha gracia la expresión de vivir por encima de nuestras posibilidades. A mi capacidad racional de varón de provincias le cuesta entender ciertas lógicas. Entiendo perfectamente lo que es gastar más de lo que se tiene, o ese “quita y no pon, llega el hondón” que decía mi abuela, pero lo de las posibilidades se me escapa. Si un sueldo bajo pide un crédito estratosférico y el banco se lo concede, ¿es culpa de quien lo pide por intentar vivir por encima de sus posibilidades?, ¿o es el banco quien quiere obtener beneficio por encima de sus posibilidades?, ¿o s responsabilidad mutua?  

Esto es lo que se me escapa, porque las posibilidades son infinitas, lo que no es infinito son las realidades.  Sin embargo no he oído a nadie decir que en este país se está delinquiendo por encima de nuestras, sus, posibilidades, porque la regla de tres se puede aplicar en dos sentidos, claro.

Quede claro que hablo desde la presunción absoluta de que todos los que van saliendo en los papeles de Panamá, por ejemplo, no son responsables de nada y que pasaban por allí, Panamá es un destino cercano y muy transitable, claro.

A lo que iba, parece que querer pagar lo menos posible de impuestos para poder disfrutar de los rendimientos de tu trabajo es lícito. Pagar menos de lo legal es delinquir, además de pasarte por el forro las necesidades sociales que se pagan con los impuestos, que esto se dice demasiado poco.

Defraudar es robar a quien más lo necesita. Pero intentar blanquear o desviar fondos interponiendo sociedades falsas para no pagar lo que debes eso es delinquir por encima de tus posibilidades. Imaginen que reciben una subvención pública de apoyo cultural con la producen sus películas y que luego no pagan los impuestos que hacen posible esa subvención. O que están cobrando un dineral por trabajar en la televisión pública y luego intentas no cotizar en el país para no pagar los impuestos con los que te pagan el sueldo. O que ostentas un cargo público que se paga con los impuestos que tú no pagas.

Delinquir pero muy por encima de las posibilidades, esto nos convierte en cornudos y apaleados. Estupendo. Pago con mis impuestos la fortuna de quien no paga los suyos. Pero lo peor son los discursos, las excusas y nuestro conformismo.

En lugar de discutir sobre cómo solucionar el problema, nos dedicamos a discutir por bandos, a justificar lo que hacen unos con lo que hicieron otros y convertimos lo que es una discusión sobre asuntos legales en otra sobre asuntos políticos. El bucle infinito. Pero es curioso que esto sólo  pasa con determinados delitos. Y delinquir es delinquir. Robar es robar. Matar es matar. Violar es violar. A ver si viendo varios juntos somos al fin conscientes de esto.

Los delitos no se justifican, se juzgan. Y se juzgan todos, vengan de donde vengan, y se intenten justificar como sea. Y quien sea. Nos guste o no.

El otro día escuché a Otegui decir en su entrevista que era ridículo pedir que ahora condenara la violencia cuando durante años su postura política fue no hacerlo, que si no se entendía que no  tenía sentido. Respuesta política dijo, o postura política.

Y el debate se lleva a términos políticos sobre la situación social, la independencia, etcétera. No pienso entrar porque sería jugar a lo mismo, porque ante cientos de muertos no se puede tener una postura política. Matar no es política, y refugiarse ahí es lo más cobarde posible, es mezquino. Y es injusto para quienes han defendido esa postura política pero renegando y condenando el uso de la violencia. Es repulsivo como consentimos actos de apoyo a delincuentes, como reforzamos conductas, y no es necesario en reprocharlo desde las víctimas, no hace falta entrar en ese debate. Es objetivamente despreciable, desde cualquier punto de vista.

Si alguien roba, se le se le juzga y se le condena si es culpable tal y como diga la ley. Si alguien mata, se le juzga y se le condena si es culpable como diga la ley. Si alguien extorsiona, se le juzga y se le condena si es culpable tal y como diga la ley. Si alguien viola, se le juzga y se le condena si es culpable tal y como dice la ley. No? A ver si alguien se le ocurre abrir un debate político de justificación de los dos últimos delitos.  A ver quien afora o hace homenajes a los culpables de los dos últimos. A ver si les dejaríamos.

Intentar sacar partido, delinquiendo, en beneficio propio es totalmente lícito, cada cual que lo intente como quiera, eso sí, si te pillan te fastidias. Y pringas. Y asumes las consecuencias, sin empezar a enarbolar banderas y causas. Te hemos pillado.  Como a el Dioni.

Una de las últimas canciones que grabó Prince estaba dedicada a los sucesos de Baltimore, donde un joven negro murió después de ser detenido por la policía. El estribillo repite la frase “Si no hay justicia no habrá paz”. Tengo la sensación de que hemos dejado esta frase en manos de los malos, como chantaje. Habrá que recuperarla.

Y que se les acabe el cuento para que dejen de vivir del mismo. Ajustemos las realidades de todos. Las posibilidades serán siempre infinitas, no renunciemos a ellas.


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Delinquir por encima de nuestras posibilidades