• jueves, 25 de abril de 2024
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Opinión / Es periodista, uno de los fundadores de Telemadrid y su primer director de informativos.

La investidura de Sánchez

Por Fermín Bocos

Al aceptar las condiciones que impone Albert Rivera para que Ciudadanos apoye la investidura de Pedro Sánchez,

Santos Cerdán y Pedro Sánchez en un acto celebrado recientemente en Burlada. PABLO LASAOSA
Santos Cerdán y Pedro Sánchez en un acto celebrado recientemente en Burlada. PABLO LASAOSA

el dirigente socialista está apostando por la única alianza que no apareja riesgos político colaterales graves. Incluso letales. Sería el caso de un pacto con Podemos y con sus dirigentes empotrados en un Ejecutivo de coalición. O que el PSOE se integrara en la "gran coalición" que ofrece Mariano Rajoy. El matrimonio con los seguidores de Pablo Iglesias entregaría de facto el liderazgo de la izquierda a Podemos

-formación postcomunista de ideario populista radical-. La eventual  "joint venture" con el PP les situaría en una estela de irrelevancia  como sucedió en Grecia con el PASOK tras su coalición con Nea Demokratia, el partido de la derecha helena homólogo de los populares.

Tenía, pues, Pedro Sánchez pocas alternativas si no quería arriesgar su precario liderazgo en el seno del PSOE. Porque esa es otra. Sánchez tiene que lidiar a la vez en dos ruedos y en ambos con alta probabilidad de ser cogido por el toro. La verdad es que se ha crecido en estos dos meses en los que casi nadie daba un duro por su continuidad como líder de su partido si fracasaba en la investidura. Y todavía no está del todo claro que pueda conseguirlo, visto que  aún contando con el apoyo de Ciudadanos no suma y que para coronar el proceso necesitaría la abstención del PP (Rajoy tiene dicho que no le apoyará) y falta saber qué hará Podemos. Iglesias está muy cabreado, pero sabe que si vota "no" en las dos vueltas estará ofreciendo al PP una oportunidad para seguir gobernando o abriendo la puerta a nuevas elecciones. Ya digo que Pedro Sánchez lo tiene muy difícil con los de fuera y con los de casa.

Al PSOE de Andalucía le ha faltado tiempo para mostrar su disconformidad con la supresión de las diputaciones. La "discrepancia" tiene una explicación: en aquella comunidad el presupuesto anual de estas corporaciones se eleva a 1.794 millones de euros. 504 están destinados a pagar las nóminas; 204 millones son de funcionarios, el resto, 300 millones, se lo reparten los políticos que ocupan los órganos de gobierno, sus asesores y los contratados  laborales eventuales. Un auténtico manantial de dinero y una máquina de allegar el voto rural. En Andalucía los socialistas controlan cinco de las ocho diputaciones... En Castilla y León es el PP quien corta el bacalao. Sánchez ha dicho "sí" a Rivera, pero son muchos los  conjurados para que éste matrimonio no salga adelante. Veremos qué dicen las bases socialistas sobre el acuerdo con Ciudadanos. En ése  plebiscito el "sí", tampoco está claro. En realidad, nada está asegurado en relación con la investidura de Pedro Sánchez.


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