• martes, 16 de abril de 2024
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Opinión / Desde la década de 1990 realiza entrevistas para el periódico El Mundo.

El PSOE y sus circunstancias

Por Esther Esteban

El adiós en diferido de Carme Chacon me pilló en Sevilla, participando en un debate de televisión, con periodistas de la tierra.

Antes de empezar le pregunté a un colega que conoce bien el entorno de Susana Díaz si en su opinión tiene ya sacado el billete del AVE a Madrid para tomar "Ferraz" al día siguiente de las elecciones si Pedro Sánchez fracasa.

La respuesta fue clara. "Ella está dejando que Sánchez se cueza en su propia salsa y que vaya de tropezón en tropezón. Solo aspirará a controlar el partido si es por aclamación y hasta entonces sigue jugando sus cartas hábilmente bien con Chacón, en la retaguardia, bien utilizando a Madina como ariete del descontento".

Prácticamente todos los periodistas presentes compartían el análisis, con más o menos matices, salvo uno que insistía en que la presidenta no dará el paso salvo que vea la posibilidad más o menos cierta de llegar a la Moncloa y eso es harina de otro costal.

Lo que está claro es que al líder de los socialistas le ha durado el alto el fuego en su partido apenas un suspiro, que la tranquilidad ha sido un espejismo escaso, desde que aceptó el encargo del Rey para intentar formar gobierno, hasta el momento en que se levantó el acta de defunción de la legislatura más corta y convulsa de toda la  democracia. Solo unas horas después, todo saltó por los aires con el anuncio de Carme Chacón de no repetir como número uno de los socialistas en Barcelona.

El hecho de que la exministra de Zapatero dijera que se va por razones políticas pero se queda, además de ser una puñalada en toda regla para su secretario general es la imagen que todos los críticos querían para dejar claro que las aguas siguen turbias y revueltas. Muchos creen que tras la decisión subyace una suerte de rechazo a tener que ir a primarias para repetir como cabeza de lista del PSC y le reprochan que se a agarre a su cargo en la ejecutiva federal del partido.

"La marcha de Carme en diferido le está retratando. No quiere riesgos y si va a unas primarias no las tiene todas consigo. No se va, se queda, no es un paso atrás sino al lado para coger aire y seguir metiendo el dedo en la llaga. Está repitiendo lo que hizo con Rubalcaba", me comentaba un alto cargo del comité federal.

Pero el sobresalto para la dirección del PSOE no quedó ahí. Irene Lozano comunicó también su decisión de no formar parte de nuevo de la lista del PSOE por Madrid, seis meses después de su polémico fichaje en el que la dirección federal del partido se dejó muchos jirones y pese a que el propio Sánchez había confirmado horas antes que contaba con ella para las elecciones de junio.

Ambos movimientos certifican que, lejos de haberse apagado el incendio interno en el PSOE continúa muy activo y ahora con la elaboración de las listas para el 26J la guerra por el liderazgo socialista sin duda se recrudecerá. A todo eso se une el fantasma de Podemos y su intento de dar el 'sorpasso', para convertirse en la gran fuerza de la izquierda, que a muchos socialistas hace que les tiemblen las piernas y vean como un error su aproximación a Ciudadanos, que ha reducido su espacio ideológico.

El otro día Jorge Galindo, investigador del departamento de sociología de la Universidad de Ginebra, comentaba en un artículo publicado en El País que, dada la complejidad política del momento, el dueño del futuro será quien maneje los matices, quien sea capaz de comprender la complejidad y de construir coaliciones sobre ella. "La socialdemocracia española, como el europea, nació y creció gracias a una búsqueda del equilibrio, a la ruptura de la polarización. Si en el pasado la respuesta no fue absoluta, ¿por qué iba hacerlo hoy? Tal vez la clave resida en no ser completamente Renzi ni Corbyn si no en ser ambos en cierta medida: mirar hacia el centro en unas cosas y rumbo a la izquierda en otras.

"Escribía el profesor, para sostener la tesis de que todavía no tiene porque ser tarde para el PSOE. Tal vez el análisis sea cierto pero para buscar el camino se necesita que, de puertas adentro se tenga claro el recorrido a seguir, se le dé confianza a quien tenga que liderar el proyecto y no se trasmita la idea de que todo lo que se cuece en Ferraz es provisional y tiene fecha de caducidad. El PSOE se lleva desangrando desde hace mucho tiempo, cuando ni siquiera habíamos oído hablar de Pedro Sánchez y tal vez algunos, poniéndole continuamente en la picota y utilizando descaradamente para ello sus terminales mediáticas, pretenden escurrir el bulto de sus propios errores. Por eso precisamente Susana Díaz va con pies de plomo, ¡qué lista!


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