• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Desde la década de 1990 realiza entrevistas para el periódico El Mundo.

Políticos a palos

Por Esther Esteban

Creíamos que después del numerito que vimos el fin de semana en Ferraz lo habíamos visto casi todo, si de esperpentos sea trata, pero mi abuela solía decir que "cuando lo hay malo lo hay peor" y así es.

A veces no hay fronteras para que la realidad supere a la ficción y el lío en que se ha convertido la política británica tras el Brexit le ha podido costar la vida al eurodiputado Steven Woolfe -considerado como el favorito a la sucesión de Nigel Farage- que tuvo que ser traslado al hospital con pronóstico "grave", tras haber sido golpeado por Mike Hookem, correligionario del Partido de la Independencia del Reino Unido.

Al parecer Steven Woolfe se enzarzó en una pelea con Hookem durante una reunión del grupo parlamentario.

Como consecuencia de los golpes, acabó estrellando la cabeza contra una ventana. Según informó The Daily Telegraph, el eurodiputado quedó inconsciente y fue trasladado urgentemente a un hospital con heridas en la cabeza. Al final la cosa ha quedado en un susto y se recupera satisfactoriamente pero lo ocurrido es toda una metáfora del clima político que últimamente se hace irrespirable en el Reino Unido y en todo el mundo .

Ver a políticos "a palos" era hace años una imagen habitual de países donde o no había democracia o estaba en pañales pero ya no es así, y la fuerza de la razón ya no se impone a la razón de la fuerza.

El otro día me contaba uno de los asistentes al comité federal de la "decapitación" de Pedro Sánchez que "si hubiera habido pistolas se hubieran liado a tiros" especialmente en el momento de la "urna fantasma" donde la tensión fue máxima.

Afortunadamente la sangre no llegó al río pero las heridas tardarán años en curarse y si finalmente el PSOE opta por la abstención para investir a Rajoy tendrá que hacer mucha pedagogía. Dicen que los canales de comunicación entre Mariano Rajoy y Javier Fernández están abiertos y según contaba mi amiga Anabel Díez, en El País, con buena cobertura. "En cuatro días, ambos políticos han conversado en dos ocasiones y lo harán más veces antes de que el PSOE tome una decisión sobre su posición ante una nueva investidura del candidato del PP".

Es verdad que no está en la mano del presidente de la gestora del PSOE ni de todo ese órgano colegiado tomar una decisión que mantiene divididos a los socialistas. Pero antes de que se reúna el comité federal todos, dentro y fuera, deberíamos hacer un esfuerzo por no azuzar el fuego de la división y el enfrentamiento. Sabemos que el PSOE está en una difícil encrucijada, que lleva demasiado tiempo teniendo que elegir entre "susto o muerte", pero además de los problemas internos que tiene, en busca de su identidad perdida, las injerencias externas que están teniendo tanto políticas como mediáticas son intolerables y así no hay forma de que levanten cabeza.

El PSOE es un gran partido al que este país le debe mucho en términos democráticos y sufre del mismo mal que el resto de la socialdemocracia y la izquierda en general desde la caída del muro de Berlín. Son conscientes de que el lugar de la izquierda que ellos no ocupen lo tomarán otros al asalto y el centro que pierdan igual y por eso dan la sensación de tener muchas almas. Los que conocimos al PSOE de la transición y hemos seguido minuciosamente su evolución desde el ejercicio del periodismo jamás pensamos que podríamos escuchar insultos gruesos a Felipe González al grito de "fascista o golpista" no sólo porque es injusto sino por lo que representa de autodestrucción de los iconos. En su día fue "Dios", luego se transformó en "jarrón chino", y tal vez su trayectoria al lado de los más ricos y poderosos de la tierra haya chirriado, pero Felipe ni es ni será un fascista. El problema de cuando se falta al respeto a todo y a todos es que terminas por perdértelo a ti mismo y eso el PSOE no se lo debería permitir salvo que quiera terminar como la UCD .

Leer estos días "La transformación del mundo" de Jürgen Osterhammel les vendría a algunos muy bien.


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