• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión /

El riesgo de un gobierno de extrema izquierda

Por Editorial

Los dirigentes territoriales del PSOE se oponen a Rajoy pero advierten del peligro de un acuerdo con Podemos
 

Pedro Sánchez se enfrenta a una gran tentación. Tremenda. Inmensa. El Poder. Ahora o nunca. Sabe que está ante la posibilidad de ser investido presidente. Pero a un gran precio. A un precio enorme. A cambio de rebasar la línea roja del referéndum en Cataluña. Esa es la contrapartida que debería entregar a Podemos, ERC y demás fuerzas nacionalistas –PNV o DL (antigua CiU)– para sumar los 176 diputados necesarios.

La dirección del PSOE decidió ayer retrasar hasta el 28 de diciembre el Comité Federal del partido que había convocado inicialmente para el día 26 y en el que se iban a analizar los peores resultados obtenidos por los socialistas en unas elecciones generales. El Comité Federal es el máximo órgano del partido entre congresos y es el que tiene capacidad para definir la política de pactos. La dirección socialista recalcó que actuará con responsabilidad y prudencia, y que corresponde al PP, como ganador de las elecciones, intentar formar gobierno.

Pero, al mismo tiempo, el PSOE dejó claro que va a votar no a la investidura de Mariano Rajoy y que tampoco se plantea abstenerse. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se mostró contundente al abogar por votar "rotundamente no a Rajoy". No obstante, Díaz también advirtió del peligro que supondría un acuerdo con Podemos. En este sentido, varios 'barones' regionales alertaron también de las dificultades de formar un gobierno alternativo, puesto que el PSOE no va a aceptar el derecho de autodeterminación y el referéndum de Cataluña que plantea Podemos como condición –entre otras– para prestarle sus votos.

Ante esta encrucijada, habrá que ver la posición que adopta Pedro Sánchez. Desde el punto de vista económico e institucional, un gobierno radical y sustentado por los nacionalistas sería letal para los intereses generales, puesto que a la incertidumbre e inseguridad económica se sumaría la inestabilidad territorial. Además, Sánchez debería ser consciente de que, aunque reciba todo el apoyo de la extrema izquierda y de los nacionalistas vascos y catalanes, la consulta catalana que propone Podemos pasa, inexorablemente, por la reforma de la Constitución, para la que se necesita el apoyo de los 2/3 del Congreso y Senado, de la posterior disolución de ambas cámaras y de la convocatoria de nuevas elecciones. Un callejón sin salida.


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