• martes, 16 de abril de 2024
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Opinión /

Pretextos, excusas y justificaciones para negar el trato de favor a la edil de Bildu

Por Editorial

Bildu continuó ayer con su excusas, pretextos y justificaciones para defender la actuación de los agentes de la Policía Municipal de Pamplona que no quisieron practicar la prueba de alcoholemia a la concejal de Bildu Maider Beloki tras haber atropellado a dos octogenarios la tarde noche del 31 de diciembre. Tras haber insinuado con anterioridad que la culpa era de las personas atropelladas y haber minimizado el resultado lesivo –una mujer de 82 años sufrió una fractura de pelvis y tuvo que ser hospitalizada–, ayer Bildu se esforzó en negar un supuesto trato de favor a su compañera de partido.

Pero a luz de los datos aportados por el concejal delegado de Protección Ciudadana, Aritz Romeo, las incógnitas sobre la actuación policial lejos de ser disipadas, se incrementaron. Resulta sorprendente que se hiciera constar que la edil Beloki se mostraba nerviosa y no se le realizó la etilometría porque "la situación de la ciudad en ese momento era complicada". Si tan complicada era la situación, ¿por qué rechazaron la presencia del equipo de atestados, cuyos integrantes hubieran sido los encargados de practicar la prueba?

Bildu, que volvió ayer a calificar el suceso como "menor y leve", alegó que en ningún momento se trató a su compañera como concejal, sino como "ciudadana" anónima. Sin embargo, la propia agente que intervino en el suceso alardeó con posterioridad de que conocía la condición de concejal de Beloki. Además, hay que recordar que esta había aparcado en una zona de estacionamiento reservado exclusivamente a los titulares de tarjetas municipales. ¿Y qué ciudadano anónimo se despide del policía actuante en un accidente con un par de besos en las mejillas en un claro síntoma de camaradería?

De igual forma, Bildu mezcló todo tipo de accidentes de tráfico, con heridos y sin los mismos, para exculpar el trato otorgado a su concejal. El partido radical abertzale no dijo sin embargo que en la mayoría de atropellos con heridos sí que se llevó a cabo la correspondiente etilometría. El comportamiento realizado fue tan chocante que, a los pocos minutos, un agente de la Policía Municipal recriminó a la agente que intervino en el atropello que no hubiera efectuado la prueba de alcoholemia a la edil, y más tratándose de una zona residencial. 

Y, para colmo, Bildu intentó presentar el siniestro como un ejemplo de transparencia al decir que la concejal compareció voluntariamente al día siguiente del atropello. Pero lo cierto y real de lo sucedido es que el atropello a los dos ancianos tuvo lugar el 31 de diciembre y Bildu no informó a nadie de lo ocurrido y la concejal no compareció ni dio explicación alguna sobre lo sucedido ni el 1, ni el 2 ni el 3 de enero. Beloki tuvo que salir ante los medios de comunicación después de que Navarra.com publicara el 4 de enero a las 12.31 horas el atropello de la concejal sobre el que el equipo de Gobierno municipal de Bildu no había informado. 
 


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