Asirón, Bildu y la libertad

El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón (Bildu) ha tratado de apropiarse del cambio de denominación de la plaza Conde de Rodezno por plaza de la Libertad con un show impropio para el simple cambio de una placa. Junto a esto, fanfarroneó: "La tiraremos a la basura", espetó sobre la anterior placa.

Resulta grotesco y supone un escarnio para las víctimas que los cargos electos de la izquierda abertzale alardeen del concepto de libertad, uno de los derechos fundamentales, junto con el más sagrado, el derecho a la vida, más conculcados por la banda terrorista ETA, sus organizaciones satélites y sus corifeos. En el acto, meramente populista, Asirón tuvo que reconocer que él y su grupo votaron en contra de la nueva denominación. Qué paradoja. Siempre en contra de la libertad.

Mientras tanto, la cruda realidad ha vuelto a dejar en evidencia a las cuatro fuerzas políticas gobernantes en las instituciones forales y en el Ayuntamiento de Pamplona, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezquerra. El pasado 6 de abril, estas cuatro formaciones abrieron de par en par las puertas del Parlamento de Navarra para agasajar y presentar como víctimas a los acusados de pertenecer a Ekin, quienes aprovecharon la ocasión para denostar a la Audiencia Nacional y denunciar, como recogían los manuales de ETA, supuestas torturas.

Ayer, los cinco miembros de Ekin en Navarra, el aparato político de ETA ilegalizado en 2009, que se enfrentaban a 10 años por pertenencia a ETA, eludieron su ingreso en prisión al conformarse con una pena de 2 años de cárcel por integración en organización terrorista, por haber sido "los encargados de ejecutar la estrategia diseñada y supervisada en última instancia por la propia organización terrorista ETA".

Así actúan y se comportan los grupos políticos del autodenominado cambio, los supuestos adalides de la libertad.